Nadie que conociera a la pareja podía pensar en Dessa sin Sasha, o en Sasha sin Dessa.
A ojos de cualquiera, eran la pareja ideal. Y de puertas para adentro era igual.
Se respetaban, protegían, apoyaban y querían.
Ellos se amaban con pasión, como solo los jóvenes son capaces de hacerlo.
Dessa era el ancla de Sasha al mundo real.
Ella lo había salvado, según él.
Pero a partir de una noche, Sasha había tenido que aprender a vivir sin Dessa.
A sobrevivir.