Tequila

Capítulo 6: Reencuentro.

(Sasha)

Sentir su piel, besar sus labios y acariciar su pelo mientras sientes como toma todo tu cuerpo y lo hace suyo; es una experiencia única, más si lo estás haciendo con un desconocido.

Toda la noche la pasé bien, él me hizo sentir bien, pero recuerdo lo que me dijo. Él tal vez no tome esto en serio, así que no me aré ilusiones.

Abro los ojos y me levanto lentamente. Él está de espaldas, aun duerme así que me pongo de pie y busco mi vestido, me visto lo más rápido que puedo porque necesito salir de aquí antes de que despierte y me pida que me quede para el desayuno.

No me quiero quedar un rato más con él. Necesito lavarme la cara y tengo mucha hambre.

—¿Sabes? Es la primera vez que una chica con la cual he estado despierta antes que yo.

Mierda, ya se despertó.

—¿Será porque soy mejor que tú? —me volteo y le doy una falsa sonrisa.

—No lo creo— cuestiona.

Ja, estúpido.

No le presto atención y me introduzco al baño para lavarme la cara. Busco en las gavetas algún cepillo de dientes y para mi suerte encuentro uno aun sellado, lo destapo y le pongo pasta dental.

Tengo que cuidar mi aliento.

—Encuentras las cosas rápido.

Joder...

—Sal, que me estoy lavando los dientes— lo empujo afuera y cierro la puerta.

Es un caso...

Salgo después de cepillarme y me peino el cabello con las manos. Tequila está sentado en la cama sin dejar de mirarme, hasta me siento súper acosada.

Es un apodo de capullo por cierto.

—Oye, ¿me dirás tu edad? —pregunto.

—26.

Mierda.

—Joder, otra vez no... sabes que tengo 18 ¿verdad?

—Si, tienes suficiente.

—¿Eso qué? Tenías que decirme porque si mis padres se enteran de que me he liado con otro que me lleve mis añitos, me sacan de la casa y eso es imposible, aun no soy 100% independiente— digo y luego me sostengo la cabeza.

Mis padres ya me lo advirtieron.

Tenía 16 cuando conocí a Asdrick y él tenía 23 y más que eso estaba metido en muchos líos. Yo había prometido nunca ligar con un tío que me llevara más de tres años. No sé, algunos nos comprometemos con cosas que no podemos controlar.

Y ahora estoy sentenciada por mis padres quienes se enteran hasta de los chismes que me cuentan a mí.

—Me tengo que ir— digo y camino hasta el pasillo con urgencia.

—¡Hoy a las 1:30! —exclama él.

—¡Jódete!

Salgo y cierro la puerta con fuerza.

—Oye, tranquila, ella no tiene la culpa— dice el vecino.

Se refiere a la puerta.

No jodas ¡es el vecino! Eso quiere decir que... nooo, ¡pero que bruta!

—Lo siento Luck.

Camino hasta el depa de Tom y toco el timbre y hasta la puerta porque es que soy una jodida bruta. ¿Como es posible que no me fijé?

—Sasha.

Esto es un sueño.

—¿Asdrick? —solo tuve que mencionarlo.

Él es quien me abre la puerta en vez de Tom, ¿qué hace aquí?

—El mismo ¿dónde estabas? —me pregunta.

Y míralo, el que se fue solo, vuelve sólito.

—No creo que te interese— le cruzo por el lado y veo a los chicos sentados—. Oh, hola Adolfo, ¿todo bien, chicos?

Tom se para y los demás asienten con sus miradas hacia mí.

—Ven— Tom me toma del brazo y me lleva a la habitación—, ¿te hizo algo? ¿Estás bien?

Se refiere al supuesto Tequila.

—Si, estoy bien, no me hizo nada, pero ¿qué hace él aquí? ¿A qué vino?

Tom se aleja y se sienta en la cómoda respirando profundo y molesto.

—Llegó esta madrugada y dice que se va a quedar por una larga temporada— dice y su rostro me dice que algo anda mal—. Cuando llegó, se puso como loco al no encontrarte, le dije que no vivías aquí, pero dijo que en tu casa no había nadie así que le apuntó a la cabeza a papá.

¿Que?

—¿A Mack?

—A Luis, él intentó sacarlo, pero Asdrick le apuntó, quería matarlo. Te estuvimos esperando desde entonces— me dice y puedo sentir la rabia en sus ojos.

—Se va a ir.

Camino hasta la sala principal, voy directo hacia él y le pego una cachetada con toda la rabia que he acumulado porque a mi familia, carajo, no se le toca.

—Largo, ¡largo que no te quiero ver más en mi puta vida! ¡Y que no se te vuelva a ocurrir apuntarle con un arma a cualquiera de mi familia, porque te mato! ¿Okey?

Su mandíbula se tensa y la mía está más que eso, tengo ganas de decirle tantas cosas, pero sé que las palabras no servirán de nada. Lo conozco y se va a tener que ir a la buena o a la mala.

—Oye, entiende que necesitaba verte— dice.

—Te fuiste, ni siquiera te despediste y ahora vienes después de años y le apuntas con un arma a mi familia, ¡eso es cosa de una mierda! Así que largo porque apestas.

—¿Conociste a alguien más?

Oh, claro que sí.

—Si y es mucho mejor que tú— ni siquiera lo sé pero se sintió bien.

Se está enojando, creo que no es buena idea, pero no soy una mujer inocente, soy el infierno si me lo propongo.

—¿Quién es? —pregunta súper serio.

—Vete— lo sigo echando.

—No me iré hasta que no me digas quien demonios es ese— insiste y es que no tiene el derecho.

Vuelvo a la habitación perseguida por él y busco en mi maleta una de las armas que él me dio una vez, una Taurus 92 B. Esas típicas de las películas.

—No me fui porque quise, debía... ¿qué haces? —pregunta.

Cargo el arma y le apunto a la cabeza, más le vale no intentar nada.

—Dije que te fueras, camina— digo moviéndome hacia delante— ¡que camines joder!

—Vale, vale, la vida da giros, pero no pensé que fuera así de terrible, te estas volviendo loca— dice haciendo ceña en la cabeza mientras camina hacia afuera.

—Solo camina, estoy loca desde mi nacimiento.

Todos me ven y se sorprenden, Adolfo se pone de pie de inmediato e intenta sacar su arma, pero Asdrick le hace seña para que no lo haga y luego para que se vayan.



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En el texto hay: amor, enemigos, amor humor sentimientos pasion

Editado: 12.10.2020

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