Tergiversado

Recibiendo respuestas

 

Permanecemos inmóviles, cada una en su lugar. Han transcurrido largos minutos en los que solo nos hemos observado sin movernos de nuestra posición y únicamente se escucha la agitada respiración de ambas. Reconozco que debo haberla sorprendido bastante al súbitamente hacer esa pregunta, así que no insisto y la dejo ordenar sus pensamientos. 

---Es mejor que nos sentemos ---habla mi madre haciendo intento por recomponerse. 

Soy la primera en dirigirme al sofá. Ella imita mi acción y se acomoda en el asiento paralelo. Expectante, ansío escuchar lo que tenga qué decir. 

---No preguntaré cómo sabes de él ---la expresión en su rostro es indescifrable para mi, no se cómo definirla, y comprendo que puede ser muy duro para ella tener que hablar sobre eso---. No prometo qué te diré todo lo relacionado a ese hombre, Carley. Solo lo necesario es lo que debes saber. Solo lo que ahora importa.

Mi frustración va en ascenso a medida que la escucho. No me a dicho nada y ya está restringiendo lo que debo o no saber. En fin, planea seguir ocultando información.

---¡No crees que es mejor si me dices todo y así no tendré dudas ni confusiones en mi cabeza, así como a sido todos estos años, mamá!

---Sé qué lo que hago es por tu bien y nunca sentiré remordimiento por protegerte y cuidar de ti. Entiendo tu inquietud, pero debes tratar de entenderme a mí, cariño ---su voz es calmada apesar de que el tono en que yo le hablé fue demandante. La frustración me lacera y carcome el interior, tengo que apretar muy fuerte los ojos e inhalar. 

---Te escucho.

El ambiente sigue siendo tenso. Conciente de que no a pasado mucho tiempo, siento como si largas horas han transcurrido en absoluto silencio. 

Su actitud es de indecisión, lo puedo ver en sus ojos temerosos. Quisiera decirle que lo olvide, qué no tiene que decirme nada, qué olvidaré todo. Pero eso no solucionaría nada, al contrario solo terminaría provocando qué pierda la cabeza.

---Su nombre es Bramdon Sprouss. ---comienza a hablar, su mirada está fija al suelo de la sala en que nos encontramos---. Por mucho tiempo lo creí muerto. También llegué a pensar que estaba perdiendo la cordura cuando en algunas noches creí haberlo visto en los alrededores de mi consultorio. ---sus ojos se vuelven intensos, como si sentimientos muy fuertes la invadieran justo al recordar lo que narra.

---Pero, ¿quién es él, mamá? ¡¿Por qué te vigila ese hombre?!

La veo impaciente, esforzándose por no dejar libres las lágrimas que se acumulan en sus cuencas. Y la confusión aumenta en mi cabeza. ¿Por qué es tan difícil para ella hablar de ese hombre? ¿Por qué tiene esa reacción? ¿Por qué?

Sin poder contenerlas más, las lágrimas brotan imparables de sus ojos, y es ahí cuando yo también me quiebro. Nada duele más que ver sufrir a quién se ama; está claro que es un tema muy delicado y que tal vez he sido inconciente y burda al tratar de encontrar las respuestas que creo necesitar. 

Mi madre llora dolorosamente frente a mí y yo no sé qué hacer, mas que llorar al verla tan dolida. Reacciono y me acerco a ella, me siento a su lado y la rodeo con mis brazos. Ahora es la culpa la que me atormenta. Esto no estaba dentro de mis planes. No pensé que tendría que ver a sí a mi madre, otra vez. Solía llorar desconsolada en las fechas conmemorativas de la muerte de mi padre, lo recuerdo bien a pesar de que han pasado ya muchos años desde la última vez que sucedió o que yo la haya visto. Después de ese día se ha esforzado mucho para que yo no la vea llorar, quizás lo hace en la oficina o por las madrugadas cuando ya estoy dormida. No sé cómo hace para ocultarse, pero estoy segura de que se oculta de mi.

Mis inquietudes pasan a un segundo plano, sediendo el primer lugar a lo que ahora es más importante para mi. Ver a mi madre bien. No seguiré con mis reclamos ni insistencias, sería la más desconsideradas de las hijas si no le diera una tregua aún viendola en tal estado. 

---Es un acosador. ---su voz sale quebrada aun después de haber calmado considerablemente su llanto. 

Su comportamiento es justificado por la confesión que me ha hecho. ¡Está siendo acosada! ¡Mi mamá está siendo acosada! 

---Descuida, mamá. Ya no tienes que preocuparte por hablar si tanto daño te provoca. Yo lo entiendo. ---sigo abrazandola, creyendo que así puedo transmitirle mi apoyo de alguna manera. 

---Dije que te diría lo que necesitas saber. ---su tono es decidido y firme---. Y así lo haré. 

Trago saliva y me preparo mentalmente para lo que estoy a punto de escuchar. No quiero ser pesimista, pero sin que pueda evitarlo, escenas horrorosas cruzan mi mente y ruego al cielo que por ninguna de ellas mi madre haya tenido que pasar a manos de ese monstruo. 

---Lo conozco de hace muchos años atrás. ---mamá comienza a narrar lo que tanto quería escuchar y que ahora me provoca un terror inmedible, pero escucho atenta cada palabra---. Desde el principio supe cuáles eran sus intenciones conmigo, incluso lo supe antes de que él me lo confesara. Su comportamiento era muy obvio. Hasta irritante. ---su rostro revela desagrado al contar aquello---. Después de qué tu padre y yo nos casamos, él simplemente desapareció. Nunca volví a ver su asqueroso rostro. ---el odio hacía él está impregnado en sus palabras, todo en ella da a demostrar que detesta a ese hombre con cada fibra de su ser---. Hasta que semanas atrás estuvo esperando a que saliera de mi trabajo. Lo dudé. Creí que solo era mi mente jugándome una muy mala broma. Pero ahora no me quedan dudas después de que Sara también lo reconoció. Él ha vuelto.

Cumplió su palabra de decir solo lo que ella considera que necesito saber. Siento que resumió excesivamente la historia, pero no indagaré más. Creí que ese hombre tendría que ver algo con mi padre y aparentemente no es así. Además, el sujeto estuvo haciéndole la vida imposible a mi madre durante años y como si no fuera suficiente a decido retomar su oficio; no estaría bien que encima esté yo fastidiandola más. 

---¿Ya fuiste con la policía? Debes denunciar a ese enfermo, mamá. Nos está vigilando.

---Por supuesto que lo hice. Ya están tras su pista. Es muy astuto y no anda dejando cabos sueltos. 

Escuchar eso hace que mi piel se erize. 

¿Qué tan peligroso puede ser Bramdon Sprouss?

¿Qué sería capaz de hacer?

Por mi mente circulan tantas preguntas acerca de ese hombre. Pero no quiero hacer que mi madre rememore sucesos que es mejor que olvide. Así qué tendré que investigar por mi propia cuenta quién es ese tal Bramdon y de dónde conoce a mi madre. Ahora no solo debo averiguar qué fue lo que le ocurrió exactamente a mí padre, también debo saber quién es él hombre que acosa a mí madre. No estaré tranquila hasta que todo se aclare y ese hombre esté donde no pueda hacerle daño a nadie más. 

Pienso que tal vez en internet pueda encontrar algo de información sobre él. He buscado allí información sobre la muerte de mi padre y nada he encontrado. Pero no pierdo nada al intentar investigar sobre este tipo. Más tarde lo haré. 

La tensión disminuyó y el ambiente se tornó más liviano. 
Pero con apariencia de tranquilidad, sé que al igual que yo, mi madre lucha internamente con sus propios demonios. Estamos siendo espiadas por un hombre con problemas mentales pero en la medida de lo posible debemos seguir con nuestras vidas, claro, siempre guardando precaución.



#10648 en Thriller
#6080 en Misterio
#38198 en Novela romántica

En el texto hay: misterio romance familia amistad

Editado: 26.10.2020

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.