Paternidad.

Viva. Pero amordazada y con los brazos y los pies atados por cuerdas. Sus ojos se clavan en mí. Suplicantes, ansiosos. Pero brillantes de esperanza. Me tiro de rodillas frente a ella y desato el nudo del trapo que le cubre la boca.

─Pensé que no me encontrarían nunca ─me observa como si viera un espejismo mientras que yo no paro de llorar, de alivio pero también de frustración.

Sasha le libera los brazos y Daniel los pies. Tan pronto está libre me abraza y yo a ella. Mis lágrimas mojan su cabello. Por un momento me siento avergonzada de que ella se muestre más fuerte que yo ante todo esto. Que ella quién ha sufrido lo peor no esté envuelta en llanto, mientras que yo no sé como contenerme y poder hablar. Pero mi garganta está bloqueada por las emociones y tampoco tengo claro que es lo que debo decir. Estoy demasiado feliz de que al fin pudimos encontrarla pero me atormenta pensar en lo que ha tenido que pasar.

Los demás nos observan conmovidos pero guardando distancia.

─Estoy bien, Carley.

─¿De verdad lo estás?

Se separa de mí y me mira.

─Sí ─responde segura─. Pero ya quiero irme de aquí.

─Por supuesto.

Con Daniel la ayudamos a ponerse de pie. Se queja cuando lo hace después de haber estado por horas en una posición incómoda.

─¿Necesitas que te lleve? ─le pregunta Daniel al ver sus expresiones de dolor al intentar caminar.

─No. Solo tengo que ir despacio ─asegura─. Pero, gracias, chico misterio.

Daniel le dedica esa mirada de “¿en serio?”, y yo me descubro sonriendo mientras aún llevo las mejillas mojadas por las lágrimas derramadas hace poco.

Salimos de la cabaña dando pasos cortos hasta la entrada. Ya la noche ha caído completamente y el exterior está poco iluminado. Hay lámparas a ambos lados del sendero hasta la cabaña pero solo algunas están encendidas. Michael está dentro del auto del detective, en tanto que este espera cerca de la cabaña, pero no tanto. Supongo que si para mi fue difícil hablar para él es mucho peor ya que él y su hija no se conocen. Ambos se miran desde la distancia y noto como él quiere acercarse pero se contiene de hacerlo.

─¿Él fue quien me encontró?

─Digamos que fue un trabajo de equipo y que él fue un integrante muy importante.

─Hubiera sido muy dificil que ustedes solos se enfrentaran a un demente armado ─su expresión facial se transforma mientras dice eso─. Creí que en cualquier momento me dispararía.

─¿Crees que Michael sería capaz de algo así? ─le pregunto horrorizada.

─Él está completamente loco, Carley ─responde con un marcado tono de obviedad y todos miramos hacia el asiento trasero del auto. No hay mucha luz, así que solo se distingue una sombra muy quieta.

─¿Qué tiene que pasarle a una persona para convertirse en eso? ─dice Sasha, como si pensara en voz alta.

─No mucho ─Liam es quien le responde─ solo rendirse ante sus demonios.

Las sirenas de las patrullas se escuchan cada vez más cerca. El detective se aleja y empieza a descender por el camino. Minutos después empiezan a subir por la pequeña colina autos de policía y una ambulancia. Por lo que asumo que fue a abrir la verja. Y recuerdo que no llegó hasta aquí con su auto en un principio, así que tuvo que ir por él cuando estuvimos dentro de la cabaña.

Los paramédicos vienen rápidamente hasta nosotros y uno le pregunta a Carrie si se siente mareada.

─No, solo tengo calambres en las piernas.

─Debemos llevarte a la ambulancia para revisarte. ¿Estás de acuerdo?

─Sí.

Permitimos que los paramédicos ayuden a Carrie y nos quedamos un poco atrás. Los policías se dispersan por todo el lugar y uno se acerca a pedirnos que despejemos el área.

─Pueden ponerse por allá ─nos dice señalando el camino─. Pero no se vayan. Vamos a necesitar sus declaraciones.

Hacemos lo que nos dice y nos paramos a un lado del sendero de piedras. Observo el lugar en que nos encontramos, la gente alrededor, las luces parpadeantes reflejadas en los árboles, el ruido. Todo es como en las películas. Excepto que esto sí es real.

─Todo está bien ahora ─siento como Daniel me rodea con sus brazos.

─Sí ─digo, después de que mi mente ha rememorado todo lo vivido desde el día anterior.

Pasa un rato y Carrie aun no sale de la ambulancia. Quisiera acercarme para asegurarme de que esté bien pero no quiero que otro policía intente impedirlo. En la entrada se escucha la llegada de vehículos y la voz colérica de un hombre que les grita a los oficiales que se encuentran en la entrada.

─¡Todos perderán sus empleos! ─amenaza─. Personalmente me encargaré de que sea así.

─¿Quienes son? ─pregunta Daniel.

─Los padres de Michael ─contesto.

Los vehículos suben la colina con más velocidad de la necesaria. El primero apenas tiene tiempo de frenar antes de estrellarse contra una patrulla.

─ ¿Dónde tienen a mi hijo? ─vocifera el hombre de más de un metro noventa saliendo del auto. Por la ropa que trae da la impresión de haber estado en un club jugando golf. Del asiento del copiloto se baja una mujer de largo cabello negro, su esposa, vestida con un vestido blanco de tirantes y sandalias altas. Del otro auto baja un hombre vestido con saco y corbata que se acerca a la pareja e intenta contener al padre de Michael.

─No debe permitir que la situación lo supere, señor Armstrong. Tenemos todo bajo control ─le da unos golpes en la espalda─. Confíen en mí.

El hombre se dirige hacia donde el detective Dickson conversa con otro y los interrumpe con un saludo llamando su atención. Empieza con un discurso y no les permite la palabra a los demás, a pesar de que han intentado intervenir. El padre de Michael continúa con una pésima actitud. Camina de un lado hacia el otro, intenta ir hasta la cabaña pero se lo impiden ya que están recogiendo evidencia dentro. Hace una llamada y le grita a su interlocutor. Mientras tanto, la madre de Michael luce bastante tranquila recostada del auto con los brazos cruzados. Parece sentir que la observo y me mira, primero con desinterés y luego como si intentara reconocer de dónde me ha visto antes. También hace lo mismo con los demás como si hasta ahora ha notado que estamos aquí. Dejo de prestarle atención cuando noto que Carrie está saliendo de la ambulancia con ayuda de un paramédico y vamos hacia donde está.