Terry
Estaba abrazado a Candy mientras veíamos una película en su habitación.
— ¿Puedes quedarte a cenar hoy?
—No puedo sweetie, mi mamá no me deja.
—Creo que eres el único chico al cual le tienen reglas para salir.
—A veces es un poco fastidioso, pero lo hace por mi seguridad. No hs tenido buenas experiencias con Joshuad.
—Eres un bebé, amorcito.
— ¿Tú crees?
—Sí, un bebé grande…tú mamá ya sabe que somos novios, ¿verdad?
—Pues…
— ¡Terry!
—Te prometo que se los diré pronto.
—Llevamos casi 1 año y no se lo has dicho.
—Conozco a mamá, sigo sin entender como la tuya se lo tomo tan bien.
—Dijo que somos muy tiernos y que solo es un juego de niños, o sea lo nuestro.
— ¿y crees que es así?
—Claro, me tomo muy en serio lo nuestro, me encanta ser tu novia.
—Soy un bombón, lo sé.
Candy sonrió—Mío.
Le di un beso en la cabeza—Tuyo.
Seguimos viendo la película, mientras comíamos palomitas,
Hasta que salió la escena final del beso entre los protagonista.
— ¿Por qué nunca me has besado así? —preguntó Candy.
Me puse nervioso y mi corazón comenzó a latir más rápido—Pues…no sé, ¿quieres?
—Tranquilo honey, tu corazón está latiendo muy fuerte—Candy levantó su cabeza de mi pecho y se acomodó en el espaldar de la cama.
—Entonces… ¿Quieres?
—Sí, ven acércate.
Acerqué mi cara a la suya y miré su boca, Candy sonrió y puso una mano de sus manos en mi hombro, uní mis labios con los suyos y en vez de separarlos al momento como solíamos hacer, decidimos detenernos un poco más y sentir realmente la unión de nuestros labios, me sorprendió el movimientos de los Candy hacia los míos, así que puse mi mano en su mejilla y disfrute el momento, nuevas sensaciones invadían todo mi ser y te juro que no quería parar.
Nos separamos y Candy recostó su cabeza en mi hombro, para que yo evitará ver su sonrojo, era la primera vez que nos besábamos y no me lo hubiera imaginado de otra manera que con ella.
Después de ahí, la relación se volvió más genial de lo que ya era, besarla era lo que más disfrutaba hacer, y nos fuimos abriendo en diferentes temas, éramos más transparente y estábamos creciendo juntos.
—Quiero abrazarte.
—No, ahí estás bien.
—Te dije que no vinieras, estoy en mis días y no te quiero cerca.
— ¿y no te duele?
—Por ahora no y es lo único que agradezco.
Candy me tenia al otro lado de la habitación, cuando estaba en sus días no me dejaba acércamele, pero yo siempre le traía comida para que se sintiera mejor.
— ¿Me dejas tomar tu mano al menos?
—Mmm…solo el meñique.
Me acerqué a ella y me senté en el suelo, mi cabeza quedaba justamente a la altura del reposabrazos de su silla de rueda, así que recosté mi cabeza ahí y ella comenzó a acariciar mi pelo.
—Te amo mucho, ¿lo sabes?
Candy detuvo su mano y me miró.
— ¿Qué pasa? —pregunté.
— ¿Me amas?
—Obvio.
Candy hizo un puchero y se le aguaron los ojitos.
—Sweetie.
—Yo también te amo.
—Ay bebé—cogí su mano y le di un beso.
—Eres un sol.
—Tú eres mi sol.
Todo iba perfecto y cada día estaba más enamorado hasta que Candy me dijo que mis hermanastros salían.
—Vi a tus hermanos besándose—miré a Candy confundido.
— ¿En serio?
—Sí.
Me puse en modo serio y pensé que me estaba tomando el pelo—Sorry sweetie, pero no te creo.
—Es en serio Terry, yo los vi con mis propios ojos, no te estoy mintiendo.
—No te creo—dije con simpleza.
— ¿Por qué no?
—Lo que dices no tiene sentido, es ridículo.
— ¡Yo los vi! —exclamó Candy.
—Pues viste mal.
—No vi mal, yo sé lo que vi.
—Candy, mis hermanos no son novios
— ¿Acaso se los has preguntado?
—No, sería muy raro que yo le preguntara algo así.
— ¿No te parece extraños que dos hermanastros se lleven TAN bien? —Preguntó Candy asiendo énfasis en la última parte.
—No, Candy ellos dos son mis hermanos tan solo imaginarlos en una relación y besándose me produce náuseas, es como si yo me enamorara de Jessica de un momento a otro, compartimos sangre eso sería ilógico porque el lazo que nos une es familiar, no amoroso, además de incestuoso sería ilegal. —expliqué con obviedad.
—Según lo que me has contado ellos no comparten sangre, no son ni hermanos ni medio hermanos.
—Pero es como si lo fueran, Candy está conversación me está dando de dolor de cabeza, no puedo creer que hiciste que David se fuera para decirme esa estupidez—Dije ya un poco molesto y poniendo de pie.
—Yo a ti no te estoy mintiendo, yo los vi—insistió Candy.
—Sí y a mí las flores me hablaron—dije con ironía.
—No puedo creer que pienses que te estoy mintiendo, SOY TU NOVIA, yo no haría algo así—dijo ofendida y levantando la voz.
— ¡Lo estás haciendo ahora!, no sé qué ganas diciéndome eso—Candy se puso en frente de mi.
—Me duele que pienses que te estoy mintiendo, yo sé lo que vi y si no me quieres creer es tu problema, cuando te des cuenta de lo que te estoy diciendo es verdad te estaré esperando en mi casa.
—Candy, lo más seguro viste mal, Jessica y Joshuad no son novios, no pueden serlo.
— ¿Por qué?
—Son familia, la familia no se enamora, ambos son mis hermanos y eso nos convierte en hermanos a los tres, ellos no pueden ser más que hermanos y nunca lo serán, nuestros padres están casados y eso sería la cosa más horrible que podrían hacerle a esta familia, lo peor que podrían hacerme a mí—dije ya al borde de perder la cordura.
—Estas ciego al parecer.
—Candy, hoy no es buen día para pasarlo juntos, estaré en casa de mi mejor amigo, tú deberías ir donde una amiga o hacerte un examen de la vista, no queremos que sigas viendo cosas donde no las hay—Tomé su mano para besarla en señal de despedida—Hablamos después—y caminé hacia la casa, para ir donde David dejándola sola.
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Editado: 16.11.2024