Terrence (capítulos finales)

Capítulo 37 : Lo que pasó en new york

Terry

Estaba feliz, David se estaba abriendo más a mí, Trent molestaba menos y Candy volvía del viaje, todo se sentía en calma y eso me agradaba.

—Le compraste flores.

—SÍ, girasoles.

—Buen chico.

—No quería que se viera con Luan, pero bueno son amigos, no estoy celoso, lo bueno es que ya regresó.

—Y con el otro asuntito—preguntó David.

—También estoy trabajando en eso.

—Solo déjate llevar.

—Lo sé, pero no sé, ¿me entiendes?

—Te entiendo, confía un poco más en ti y todo saldrá bien, bro.            

—Bueno.

Terminamos la partida y acompañé a David a casa de Sofía para luego ir a recibir a Candy al aeropuerto.

—Ay el amor adolescente, es tan bonito eso de estar enamorado a su edad, las mariposas, las primeras veces, idealizar un futuro juntos—Mamá estaba muy risueña el día de hoy—Disfruta y espero que duren, Candy me cae bien.

—Gracias, mamá.

— ¿Leíste el libro que te di?

—Sí, mamá.

—Buen niño, aunque ya no eres un niño, pero siempre será mi niño pequeñito hermoso.

— ¿Mamá tienes algo que decirme? Estás muy friendly.

—Te estoy demostrando mi amor, bebé.

—Yo también te quiero mamá, pero te conozco.

—Luego lo hablamos, tú disfruta con Candy.

—Bueno, gracias por traerme Ma.   

Mamá me dejó en el aeropuerto donde me encontré con la mamá de Candy.

—Ya llegó mi niño favorito—dijo la mamá de Candy—lindas flores.

— ¿Todavía no ha llegado?

—El avión acaba de aterrizar, así  que aún tenemos que esperar un buen rato.

Candy

 El avión aterrizó, había llegado de vuelta a mi hogar, devuelta a mi vida, lejos de…New york

—Candelaria, ¿estás bien? —Preguntó Ana—Has estado muy callada.

—Sí, estoy bien.

—Está bien.

Después de recoger la maleta, caminos hacia salida. Y entonces lo vi, esperándome con su linda camisa azul de rayas y un ramo de mis flores favoritas, sonriendo, con esa luz tan linda que lo caracteriza.

—Hola sweetie—Me levanté de la silla de ruedas y lo abracé.

—Te extrañé tanto Terry.

—Y yo a ti, dulzura.

Terry nos acompañó devuelta a casa, todo el camino me la pasé con mi cabeza recostada en su hombro, tomados de la mano. Me acompañó a mi habitación y mamá nos dejó solos.

—Cuéntame dulzura, ¿Cómo te fue en el viaje? ¿Qué dijo el médico? —preguntó.

—Todo muy bien, soy apta para la operación.

— ¡Eso es genial mi amor!

—Sí—dijo sin ganas.

—Mmm, ¿por qué no te veo emocionada? Algo más pasó, ¿verdad?

—No no no, el viaje fue fenomenal.

— ¿Conociste a Luan?

—Sí.

— ¿y qué tal? ¿Te trató bonito?

—Eh…sí, fue muy amable.

— ¿y qué hicieron?                                 

—Hablar.       

Flashback

Estaba en el parque esperando la llegada de Luan, Ana me acompañaba y sentía cosquillas en el estómago de los nervios.

— ¿Estás nerviosa? —me preguntó Ana.

—Un poco.

— ¿Qué ropa te dijo que traería puesta?

—Polo negro, chamarra blanca, jeans y un lasito rojo en la muñeca, pero no creo que sea necesario saber eso, dijo que me va a llamar.

—Un lasito como este—alcé la mirada, era él.

—Luan.

—Candy—tomé impulso para levantarme y Luan me abrazó.

—Por fin—susurró. Deshice el abrazo y me senté en la silla de ruedas.

Luan saludó a Ana y caminamos hacia un café que había cerca.

—Y tú, ¿qué estudias Luan?

—Estudio Medicina—a Ana se le iluminaron los ojos.

—Yo estudio enfermería.

Ahí va, Ana era loco con su carrera podía hablar horas y horas sin parar de hospitales, el cuidado de los enfermos e inyecciones.

—Estoy en mi último año y me encanta, pero me consume demasiado.

—Yo apenas estoy en empezando.

—Hay que tener mucha vocación para estudiar medicina, es una carrera larga.

—Lo sé.

—A Candy no les gusta, ella es más de letras y esas cosas.

—Lo sé, es una gran escritora—dijo Luan viéndome sonriendo.

—Entonces ere su fan—dijo Ana.

—Sí.

—Y mi amigo—agregué.

—Es bueno eso de conocer personas por medio de nuestras pasiones, por ejemplo…—ahí iba otra vez.

Merendamos y cuando terminamos Luan se ofreció a llevarnos a donde nos estábamos quedando.

—Aquí es—dijo Ana.

—Que coincidencia vivo a dos cuadras.

—Que cool, un placer conocerte Luan, me caíste bien—dijo Ana, bajándose del auto, Luan se bajó del auto para ayudarme a bajar mientras Ana sacaba la silla de ruedas.

Me tendió su mano—Fue lindo verte, aunque tu hermana casi no te dejó hablar—tomé su mano para bajarme—Tranquilo, estoy acostumbra.

— ¿Crees que podamos vernos mañana pero sin ella? —preguntó en voz baja, tomé impulso y me caí de pie aún sujetando su mano y mirándonos frente a frente.

—Lo pensaré.

—Aquí tienes Candy—dijo Ana posicionando mi silla.

—Gracias, hasta luego Luan.

—Hasta luego Candy.

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—Me alegro que hayas disfrutado tu viaje—dijo Terry—Las cosas han estado mejorando por acá, pero me faltabas tú.

Sonreí—Ven aquí, tontito—dije extendiendo mis brazos para que me abrazara. Me abrazó.

—No te vayas por mucho tiempo que me siento solito—sonreí y le di un beso en la cabeza.

—No la haré.

—A la próxima te acompaño.

—Sería lindo, no hemos viajado fuera del país juntos.




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