Terrence (capítulos finales)

Capítulo 47 : La fiesta

Abrí los ojos y vi la hora en un reloj de pared frente a mí, 4 de la mañana, donde diablos estoy.

Traté de levantarme del sofá donde estaba, pero me dolía mucho la cabeza. Intenté volver en mí y enfocar la vista en los objetos de mi alrededor, esta no es mi casa.

¿Dónde está mi celular? Oí un quejido cerca mío, miré hacia abajo y me sobresalté, ¡¿por qué Trent está debajo de mí?!

—Shhh—se quejó Trent.

—Trent, Trent—dije moviéndolo—despierta.

—¿Qué quieres? —dijo mientras estrujaba su cara en el cojín del sofá.    

—¿Dónde estamos?

 —En mi casa.

—¿Por qué?

—Huimos de la fiesta.

—¿Qué fiesta? —la cabeza me dio una punzada de dolor—no entiendo nada y me duele la cabeza.

—Déjame dormir.

—¿Dónde está mi celular? —pregunté mientras seguía moviéndolos.

—En la mesa, en la mesa.

Tomé mi celular el cual solo le quedaba 10% de batería. Tenía 5 llamadas perdidas de mi mamá, 2 de mi papá, 3 de David y 1 de Joshuad. No entiendo nada.

Entré a los mensajes.

David: Estoy en la fiesta, ¿dónde estás?

7 de la noche.

Miré hacia el espejo que estaba frente a mí, ¡está no es mi ropa!

—Treeeentttt—dije sobresaltado y volviendo mi vista hacia él.

—Mmmm

—¡TRENT!

—¡QUEEE! — exclamó, luego me miró soñoliento y sonrió—le dije a David que le dijera a tu mamá que estabas bien, so chill—se sentó.

—No recuerdo nada.

—Te vomitaste encima, bebiste de más por eso te duele la cabeza.

—Pero yo no bebo.

—Por eso te duele la cabeza.

—¿Y David?

—Le dijiste que era un aburrido y que solo quería morirse, se enojó contigo y se fue.

—¡Qué!

—Sí.

—¡QUÉ! Yo no diría eso.

—Bueno, lo dijiste. 

Sentía que la cabeza me iba a explotar.

—Voy a buscarte una pastilla—mientras Trent iba por la pastilla, volví a tomar mi celular y llamé a David, pero me mandó directo al buzón—Toma—dijo Trent mientras me pasaba la pastilla junto a un vaso de agua.

—Gracias, pero cuéntame que pasó.

—Bueno, ¿qué es lo último que recuerdas?

—Llegar a la fiesta, que estaba incómodo y que me ofreciste una bebida.

—Okey eso es muy poco, como resumírtelo sin que te alteres.

—Trent.

—La bebida te gustó mucho y empezaste a tomar más y a soltarte, sentirte más cómodo. Te comencé a presentar a los chicos y a las chicas, empezaste a jugar.

—¿A jugar qué?

—Verdad o reto, el de los vasos y las pelotas de ping pong, el de pasar la carta con la boca, yo nunca nunca, eras el alma de la fiesta—dijo mientras sonreía y negaba con la cabeza como recordando algo importante.

Mientras más escuchaba más quería que me tragara la tierra—Dime por favor que no dije algo que no debía decir.

—Bueno, besaste a mucha gente, bailaste mucho, David vino a tu rescate, pero básicamente lo mandaste a la mierda. 

—¡Y tú no hiciste nada!

—Hey tranquilo que no he terminado de contar. Las cosas se estaban saliendo un poco de control, llegaron unos chicos que no estaban invitados, había uno que no sé por qué quería molestarte y no te dejaba en paz y bueno para molestarte solo existo yo.    

—¿Qué hiciste?

—No es relevante, la cosa esta es que nos fuimos de la fiesta, te traje para acá, vomitaste, lloraste, volviste a vomitar, te cambié de ropa.

—Dios Santo.

—Tranquilo—me miró— fue solo de suéter, te calmaste y te dormiste y ahora estamos aquí. 

Me pasé las manos por la cara, es muy frustrante no recordar lo que hice en esa fiesta. Trent se quedó viéndome con una sonrisa de labios cerrados.

—¿Por qué me miras?

—Eres muy divertido cuando tomas y no sé es lindo tenerte aquí, a estas horas conmigo.

—Ay Dios Mío—que incómodo—Te encanta molestarme, ¿verdad? No digas esas cosas, ¡Es raro!

—Mi psicóloga me recomendó ser más honesto conmigo mismo y con los demás.

—Pero yo no te pregunté.

—Lo siento Turrón, me encantas, que te puedo decir.

—Puedes callarte por favor.

—Vale, me callo.

A veces sentía que Trent decía todas esas cosas raras y cursis para molestarme, pero no estaba seguro hasta qué punto estaba hablando en serio.

—Mi mamá me va a matar.

—Madrina no es tan mala.

—No le digas así, otra pregunta ¿Dónde estamos?

—Pues en mi casa, en la antigua.

—Eso quiere decir que la casa de Joshuad está en frente.

—La última vez que la vi seguía ahí.

—Idiota—me puse de pie y fui a mirar por la ventana, efectivamente estábamos frente a su casa.

—Bueno Trent, gracias o bueno no sé si agradecerte porque no tengo la menor idea de que pasó, pero yo me voy a donde mi hermano—me puse de pie.

—Te recuerdo que son las 4 de la mañana.

—4: 28 para ser exacto, casi está amaneciendo debe de estar despierto, ¿no?

—Creo que no está ahí.

—¿y donde más estaría?

—Buscándote quizás.

—¡Trent!

—Ya, ya no me grites.

—Algo no me cuadra en todo esto, cuéntame la historia completa.

—¿Qué te digo? No soy David, me dio un poco de miedo contestar tu celular, sabes que no le caigo bien a tu familia.

—Efectivamente, mi mamá me va a matar—me volví a sentar en el sofá—Ahora no sé si quiero llegar a mi casa. Volvamos a David, específicamente que fue lo que le dije.

—Realmente no lo sé, llegué cuando te enojaste con él, le dijiste que no te ibas a ir, que te dejara en paz, que solo quería divertirte algo que él no sabe hacer y demás cosas que no recuerdo.

—Necesito hablar con él.

—Te preocupa—suspiró—sabes a veces siento que te gusta David.

—Piensas muchas estupideces.

—Piénsalo un momento, David es como tú para mí, David es tu Terry.

—En primer lugar, no me gustan los chicos, en segundo lugar, David es mi mejor amigo, es como mi hermano, me tengo que preocupar por él. En tercer lugar, no sé porque estoy hablando contigo.




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