Terry
A partir de ese día la relación de Marcos y yo se volvió intensa. Volvimos a juntarnos en su casa para nadar en la piscina, pero ahora no solo nadábamos y hablábamos de la vida. Nos comunicábamos sin hablar y a nuestras manos les gustaba navegar por el cuerpo del otro. Con él no sentía incomodidad, temor o cansancio. Al contrario, quería más y más de él.
Más de sus labios, más de su tacto, más de su cuerpo y aunque me sorprende admitirlo, más de verlo estremecerse frente a mí.
—Terry, quiero que me acompañes a un lugar este finde—propuso de repente una tarde.
—¿A dónde?
—A acampar, conectar con la naturaleza.
—No creo que me den permiso, mi mamá es un tanto sobreprotectora.
—Cierto, a veces olvido que eres un niño de mami, un chico bueno.
—No soy tan bueno.
—Pues ven conmigo.
La propuesta de Marcos se veía tentadora, pero sabía que no me dejarían ir.
—¿Iríamos como amigos o como algo más? —pregunté.
—No hay que ponernos etiquetas.
—Alguien tiene miedo al compromiso.
—No quiero romperte el corazón.
Aún no había logrado descifrar si ser amigos con derechos me incomodaba o no, porque, aunque Marcos no lo quisiera admitir, eso era justo lo que éramos.
Cuando hablamos de nuestros sentimientos llegamos a la conclusión de que ambos sentíamos una atracción fuerte el uno por el otro, pero ninguno estaba listo para volver a estar en una relación.
Me gustaba mucho su sinceridad.
*******
—¿Seguro que estás cómodo con eso? —preguntó David.
—La verdad es que sí.
—¿Estás consciente de que no son nada formal y él podría estar con otra persona?
—Sí.
—¿Eso no te molestaría?
—Quizás sí, quizás no. Tendría que pasar.
David no estaba muy convencido de toda la situación.
—Adelante, puedes decirme lo que piensas.
—Creo que te está utilizando.
—Confió en él.
Al inicio David estuvo contento por el beso, pero cuando le conté el acuerdo que habíamos llegado dejó de caerle bien Marcos.
Él decía que tenía que estar con alguien que me amara públicamente.
—Sabes, eso me recuerda a algo.
—¿A qué?
—Trent siempre decía que estabas enamorado de mí, pero que yo no me daba cuenta. Es absurdo, ¿cierto? —David se quedó callado por un momento. Así que decidí volver a preguntar—¿Cierto?
Le puso pausa a la partida.
—Terry, tenemos que hablar.
—¿Qué? ¿Acaso me vas a decir que todo este tiempo estuviste enamorado de mí? —ironicé. David no se rio. Su semblante serio mirando a la pantalla me hizo dudar.
—David.
—Terry, ¿qué pasaría si Trent tuviera razón?
—No sé, sería un poco difícil de procesar. Eres mi mejor amigo.
—Entiendo.
—Entonces…
—Okey—se puso de frente a mí. —Terry…
—David no te atrevas.
—Terry, Trent tenía razón.
—Es una broma, ¿cierto?
Se quedó callado.
—Bro… No te quedes callado.
Mi corazón se empezó a agitar y la desesperación se estaba apoderando de mí. Hasta que finalmente David habló.
—Terry… Estoy enamorado de ti. Desde el primer momento en que te vi lo he estado—dijo al fin con sus ojos aguados y un tono sincero.
—Bro…
Estaba atónito. No sabía que se respondía en estos casos.
—Sé que estás en shock. No tienes que decir nada. Solo necesitaba que lo supieras, porque ya no podía seguir guardándomelo.
Asentí, todavía aturdido. Mientras un silencio un tanto incómodo se apoderaba del ambiente.
—Okey. Wow. Creo que es suficiente juego por hoy—respondí.
David asintió. Se puso de pie y tomó su celular.
—Lo siento, Terry—dijo antes de salir de mi habitación.
Me quedé mirando la puerta por un buen rato después de que David se fue. Las palabras "estoy enamorado de ti" rebotaban en mi mente como un eco incesante. ¿Cómo no lo vi venir?
Tomé mi celular y le marqué a Marcos.
—Hola bonito.
—Hola.
—¿A qué le debo el honor?
—Tengo una duda, ¿qué se hace cuando una persona te dice que está enamorado de ti?
—Depende quién sea la persona.
—Digamos que es tu mejor amigo.
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Editado: 16.11.2024