Terrence (en proceso)

Capítulo 32 : Prioridad

Candy

— ¿y se emocionó?

—Claro que se emocionó, es mi novio, estaba súper feliz.

— ¿y cuál es el problema?

—Que se emocionó más por la llegada de su mejor amigo.

—Ay.

—Sí—le di un sorbo a mi bebida—mira, me agradan sus amigos son geniales, pero quiero avanzar con él, seguir siendo su prioridad, llevamos más de dos años.

—Si fueras mi novia siempre serias mi prioridad.

—Luan, no empieces.

—Es que mírate, eres una excelente escritora, bonita, inteligente, te superas cada día más, puedes tener al chico que quieras.

—Pero Terry es mi novio.

—Candy estás con él porque lo amas o por costumbre, ¿realmente sigues enamorada de él?

—Si lo dices por lo que pasó la otra vez, ya te dije que era solo un juego, nos dejamos llevar demasiado y sé que estuvo mal, pero no significó nada okey.

—No lo digo por eso preciosa, pero gracias por recordármelo, ¿realmente sigues enamorada de tu novio o solo tienes miedo de herirlo?

—Amo a mi novio, ¿okey? Y fin de la conversación.

—Bueno cambiando de tema, ya quiero que vengas para por fin poder abrazar a mi escritora favorita—sonreí.

—Yo también quiero conocerte en persona Luan.

— ¿Te gustaron las flores que te mandé?

—Las amé, y gracias por el sushi, la próxima lo pago yo.

—¿Tu novio sabe que vendrás a verme?

—Todavía no le he dicho.

— ¿Lo vas a traer?

—Iré con Ana.

—Pueden quedarse en mi departamento tengo espacio.

—Luan…

— ¿Qué?

—No vuelvas las cosas incómodas.

—Candy, si no tuvieras novio, ya hubiera tomado un vuelo para pedirle permiso a tu mamá y hacerte mi esposa, pero le tienes miedo al éxito.

—Como sea no podrías, tengo 16, ¿recuerdas?

—Puedo esperar dos años más.    

Luego de un rato terminé mi videollamada con Luan, en estos meses nos habíamos vuelto muy unidos, cuando terminé la primera parte del libro me escribió un mensaje por privado diciendo lo mucho que amó el libro y si le podía aceptar una llamada para saber quién estaba detrás de esa grandiosa historia, él es mi lector favorito, a pesar de que 3 años mayor que yo siempre está pendiente de lo que escribo y le tomé un cariño inmenso, pero comenzó a coquetearme sutilmente y aunque siempre le dejo en claro que solo somos amigos, me agrada que lo haga y a veces me siento culpable porque sé que Terry no dejaría que otras chicas le coqueteen.

Se lo comenté a Terry, y el dijo que podía seguir hablando con él sin problema, que simplemente era un lector tratando de ganarse su escritora favorita y que confía en mí. Por eso amo a Terry, es el príncipe azul de los cuentos de hadas, solo que últimamente no quiero ser una princesa. 

Miré la foto con él que descansaba en mi mesita de noche.

—No puedo romperle el corazón a mi primer amor. 

 

David

¿Qué le hizo tu mejor amigo a mi hermano?

¿Por qué preguntas?

Lleva todo el día nadando, eso quiere decir que está triste o inconforme.

No sé.

Bueno, ¿vendrás a verme hoy?

¿Quieres que vaya a verte?

Quiero presentarte a alguien.

Es quien yo creo que es.

Quizás.

Esto muy nervioso. Te necesito. 

Está bien, iré, mándame tu ubicación.

Eres el mejor David.

Sonreí, soy el mejor.

—Hey, ¿A dónde vas? —preguntó Mamá cuando pasé por su habitación.

—Voy a casa de Sofía.        

—Bien, sabes me alegra que hayas dejado atrás tu ideología tan horrorosa y enferma y ahora si seas un niño normal que le gustan las chicas, me agrada mucho Sofía es muy bonita y educada.

Me iba a detener a explicarle que sigo siendo gay, que Sofía no es mi novia y la razón por la que he cambiado es porque estoy sanando el trauma adquirido por su culpa ya que mi tía y el hermano de Ted nos han está pagando la terapia con el psicólogo, pero quería seguir siendo feliz.

—Nos vemos en la noche, mamá. 

Le escribí un mensaje a Sofía para que supiera donde iba a estar, Terry había ido a casa de Joshuad así que tenía tiempo para mí.

Tomé el bus hacia el departamento de Thomas, Ted ha estado viviendo con él estos meses.

Toqué el timbre de su piso.

— ¿Quién es?

—David.

—Pasa.

Subí las escaleras y Ted me abrió la puerta.

Sonreí, llevaba un suéter azul, unos pantalones negros, el pelo peinado hacia un lado y tenis blancos.

—Qué lindo estás.

— ¿De verdad? Me veo bien, no me veo ridículo o algo así.

—Te ves bien—entré—entonces lo vas a conocer hoy.

—Sí, estoy nervioso, hemos hablando par de veces por videollamada, pero aún así tengo miedo que sea una trampa o psicópata o algo, ya sabes trauma. Le iba a pedir a Tomás, pero vino cansado de la universidad y está dormido. ¿te molesta?

—Tranquilo, para eso estoy.

—Y, ¿Cómo está Terry?

—Sabias que sé besó con tu hermano.

Ted se empezó a reír—Trent va muy en serio con lo de enamorar a Terry, wow.

—No sabes la rabia que me dio.

—Si quieres puedes hacerle lo mismo.

— ¿Qué?

—Digo, para quitarte la rabia.

Negué sonriendo—Tú y tu sentido del humor.

Ted sonrió—No te preocupes, por lo que me has dicho Terry está profundamente enamorado de Candy, no hay manera de que desarrolle sentimientos por mi hermano, en cuanto a los tuyos, hay más chicos David, no solo existe Terry.

—Tengo un pequeño enganche con los chicos con una T en su nombre.




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