Terrible elección

10. Cita, castigo y dos idiotas


*GEORGE*

- Vamos George. -Insistió por tercera vez.

- Oh no, Madeline. No pienso salir así.

"Esto es ridículo"

- Blaise, perdiste una apuesta, ahora tienes que cumplir con tu reto. Así que te ordeno que salgas.

"Uh, chica mandona"

Salí de mi habitación completamente resignado. Estoy usando mi disfraz de Policia de hace 6 años, me queda pequeño, la bragueta del pantalón no cierra y no me deja respirar.

Madie estaba reprimiendo su risa, lo noté porque su cara de puso más roja que un tomate.

- Que esperas para reirte, Mad.

- ¿Qué estas diciendo, George? No me estoy riendo.

- No porque te estás aguantando la risa, Madie.

- Eso no es verdad. -Dijo tratando de soñar seria.

- Si lo es, Madeline.

- ¿Nos vamos? -Preguntó. Asentí rápidamente y subimos a su auto.

En el camino Madie iba muy contenta cantando canciones de arctic monkeys, me encanta verla de esa manera, es mucho mejor verla así que cohibida. Cuando el semaforo se puso en rojo tarareó un par de estrofas, en el trayecto recordé que aún tengo puesto éste estúpido disfraz de policía.

- ¿En serio tengo que hacer esto Madie? ¿No podemos mejor cambiar la apuesta?

- Por favor George. ¿Cuando te ha importado lo que piensen de ti? Si ayer estabas corriendo semidesnudo en una playa, ahora será diferente.

- Si, pero lo hice para llamar tu atención. -Guiñé mi ojo, Madie se removió de su lugar y me quedé callado, pisó el acelerador y avanzamos, no volví a hablar el resto del camino.

Estacionó el auto en las afueras del centro comercial, no quería bajar vestido de ésta manera, atoré el cinturón de seguridad, Madie abrió la puerta del copiloto y le dije que no podía bajar.

- ¿Qué estas diciendo Blaise? - Preguntó molesta.

- Lo siento Madie, estoy atorado.

- A ver, déjame ayudarte. -Se agachó un poco en mi dirección y tomé el cinturón de seguridad para impedir que lo quitara.

- Suelta eso, Blaise. -Forcejeó.

- No Madie, por favor.

- Deja de jugar con eso, suéltalo. -Presionó la manija del cinturón, forcejeé con ella, Madie perdió el equilibrio y cayó encima de mi, mis manos soltaron el cinturón para sujetarla a ella, sus ojos se encontraron con los míos, su cercanía me puso nervioso, acaricié su mejilla con mis manos y tomé su barbilla.

"Necesito besarla"

Cerró sus ojos y sin pensarlo la acerqué a mi, estaba a milímetros de tocar sus labios cuando el sonido de un claxon nos sobresaltó. Se levantó rápidamente, me quité el cinturón de seguridad y cerré la puerta del auto.

- ¿Vamos? -Preguntó.

- Vamos.

Entramos al centro comercial, para mi buena suerte no había mucha gente. Tomé la mano de Madeline y caminamos por varias tiendas y la llevé al bowling bling. Si iba a hacer el ridículo tendría que hacerlo en mi sitio favorito. Tomé la bola y tiré un par de veces los bolos, observé de reojo a Madie, creo que estaba aburrida.

- ¿Quieres intentarlo Mad? -Asintió. Le di la bola y se acercó a mi.

- Bien Madie, vas a tomar la bola, te pones en posición, tu objetivo son los pinos y tienes que derribarlos todos.

- Okay, déjame intentarlo.


Tomó la bola y se tambaleó un poco, en un movimiento rápido tomé la bola y su mano. ¡Dios! Sus ojos, sus hermosos ojos azules me estaban observando y no con rudeza, sino diferente.

Tomó la bola de nuevo. Presté atención a cada movimiento que hizo, primero entrecerró sus ojos y fijó su objetivo, después se inclinó un poco y lanzó la bola. Sus ojos se encontraron con los míos y un estruendo nos sorprendió a todos.

- Bien hecho preciosa. -Madie se acercó a mi y me abrazó, no dudé ni un segundo en corresponderle.

Tomó otra bola y de nuevo derribó todos los pinos, agarré mi mochila y fui al baño a cambiarme, éste disfraz me incomodaba demasiado.


 


*MADIE*

Nunca me imaginé ser tan buena en los bolos y mucho menos derribar todos los pinos fácilmente.

Después de unas ocho veces de jugar, fui a dejar la bola en su lugar y dos chicos se acercaron a mi.

- Hola Linda. -dijo el pelirrojo, éramos como como la misma estatura.

"Era más que obvio que querían ligar"

- Hola. -Respondí secamente.

- ¡Wow! Eres una Diosa jugando bolos. Deberías enseñarme a jugar así, muñeca. -Bufé. Este desconocido me estaba incomodando.

-Escucha...

- El que te va a enseñar a jugar con puños soy yo si no te alejas de mi chica, imbécil. -Gruñó George y tomó cintura posesivamente por detrás.

- Tranquilo amigo. -Retrocedió el chico. - Sólo charlaba con ella, es todo.

- Pues tu conversación se acabó, así que vete antes de que te patee el trasero. -Espetó molestó.

Los chicos se fueron, relajando el ambiente tenso que se formó en el lugar, salimos de ahí y tomamos el ascensor, George jaló su cabello con frustración y rompí el silencio.

- ¿Qué fue todo eso en los bolos George? -Era más que obvio que no tenía que preguntar eso ya que sé porqué lo hizo.

- Porqué me muero de celos, Madeline. Me dan celos que otros tipos de acerquen a ti de forma maliciosa y es que eres tan hermosa e inocente que no ves más allá de las malas intenciones.

- Bueno yo...

- No voy a permitir que más idiotas traten de ligarte, eso me corresponde a mi...

Llevé mi vista a otra parte y sonreí.

Indirectamente George acaba de decirme que le da celos que otros chicos logren lo que él no ha podido hacer: enamorarme.
 




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