Terror a la media noche

EL ESPANTAPÁJAROS

EL ESPANTAPÁJAROS

En una apartada y sombría región, en lo profundo del campo, vivía una familia de granjeros llamada los Hawthorne. Eran conocidos por su valentía y espíritu trabajador, pero también por su inmensa desdicha debido a una plaga aviar que había invadido sus preciosos maizales.

Los cuervos, grajos y otras aves carroñeras habían comenzado a infectar sus cosechas, propagando una extraña enfermedad que misteriosamente acababa con las vidas de quienes se contagiaban. Las autoridades no sabían cómo detener la enfermedad y muchas familias ya habían perdido a sus seres queridos.

Ante el creciente temor y la ira acumulada por las pérdidas, el padre de la familia, Elijah, decidió tomar una drástica medida para proteger a los suyos y salvar sus tierras. Cegado por la rabia, recurrió a un antiguo libro de hechicería que encontró en el desván de la granja. Leyendo conjuros prohibidos, invocó al mismísimo demonio Azazel para que protegiera su propiedad de las aves maléficas.

El espantapájaros, símbolo de protección y esperanza en los campos, se transformó en un inquietante guardián, con ojos que brillaban con un resplandor carmesí y una sonrisa siniestra tallada en su rostro de paja.

Al principio, el demonio cumplió su cometido. Las aves que se atrevían a acercarse a los campos de los Hawthorne eran disuadidas por el aterrador espantapájaros. La familia vio cómo sus cultivos prosperaban mientras el resto del país se sumía en la desesperación y la enfermedad.

Sin embargo, conforme pasaba el tiempo, la actitud del espantapájaros comenzó a cambiar; su mirada maligna se posaba fijamente en cada uno de los miembros de la familia, y un aura oscura se cernía sobre la granja.

Una noche de luna llena, una densa niebla se alzó entre los campos. Los Hawthorne, preocupados, pero sin sospechar lo peor, decidieron dormir juntos esa noche. En medio de la oscuridad, escucharon un crujido procedente del exterior. Elijah, sigilosamente, se asomó por la ventana y lo que vio lo paralizó de terror.

El espantapájaros había cobrado vida. Sus extremidades se movían con torpeza, pero una fuerza sobrenatural lo impulsaba hacia la casa. Las sombras danzantes del demonio bailaban alrededor del muñeco, otorgándole una macabra vida propia.

La familia se apresuró a barricar las puertas y ventanas, pero era inútil. El espantapájaros, bajo el control del malévolo Azazel, atravesó las defensas de la casa con un solo objetivo en mente: acabar con los Hawthorne.

Los gritos de terror resonaron en la granja mientras el espantapájaros poseído se cernía sobre la familia, mostrando una sed de sangre inimaginable. Uno a uno, los miembros de la familia fueron cayendo bajo sus garras. Elijah luchó hasta el final, tratando de proteger a sus seres queridos, pero la fuerza del demonio era abrumadora.

Al amanecer, la granja yacía en ruinas, y un silencio espeluznante cubría la escena. Los Hawthorne habían sido exterminados por el espantapájaros poseído, mientras que las aves seguían volando libremente, propagando la enfermedad que ya había azotado al resto del país.

La leyenda de la familia Hawthorne se convirtió en un sombrío cuento que se transmitía de generación en generación, advirtiendo a los valientes, pero imprudentes granjeros que intentaran convocar fuerzas que no podían controlar. La granja y el espantapájaros maldito fueron abandonados, dejando que la naturaleza reclamara la tierra.

Y así, la historia de los Hawthorne se desvaneció en el olvido, pero la presencia oscura del espantapájaros poseído seguía atormentando la tierra, esperando en la sombra para cobrarse nuevas víctimas que se atrevieran a perturbar su letal descanso.

 



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Editado: 11.03.2024

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