LA HUÍDA.

 Al fin estas chicas podían escapar de su pesadilla, todo lo que les había pasado fue algo que no esperaban, subieron las escaleras del sótano y abrieron la puerta, todo había terminado según ellas.

 Iban caminando por el pasillo de la casa hasta que observan unas luces blancas reflejando por las ventanas de la sala y de momento la energía eléctrica se corta. Oscuridad total era lo que les asolaba a ellas, con mucho miedo no sabían que había sucedido.

 Alice corre hacia la puerta y la llavea, da unos pasos atrás, se dirige hacia la ventana y observa a un hombre parado mirando fijamente y con una motosierra en la mano, ¿quién era?, Alice pega un susto de grito, ahora estaban atrapadas en la propia casa de tortura. No puede estar pasando esto, dijo Alice con una voz quebrada, ¿qué es todo esto?, Cielo, debemos huír de este lugar, saldremos por la puerta trasera y corremos por el bosque, no sé a dónde nos llevará, pero debemos intentarlo, es la única forma, ese loco nos matará, no sabemos ni siquiera quién es.

 Tienes razón, mencionó Cielo, tomemos algo para defendernos y huyamos. Bajaron hasta el sótano, tomaron un cuchillo cada una y buscaron el arma que le habían quitado estos hombres, pero vaya sorpresa para ellas, estaba descargada.