Terror Y Algo Más

El Doble Maldito I

Habían pasado apenas unas horas desde que el autobús escolar dejó al grupo de estudiantes en el denso bosque de Blackwood. En la excursión participaba Marco, un adolescente de dieciséis años, conocido por su espíritu aventurero. A pesar de las advertencias de sus profesores, su curiosidad lo llevó a adentrarse más allá del sendero marcado, fascinado por los misterios que escondían los árboles centenarios.

El aire fresco y el canto de los pájaros envolvían el ambiente mientras Marco avanzaba sin percatarse de la distancia que lo separaba del grupo. Fue entonces cuando notó que el sol comenzaba a ocultarse detrás de las colinas. La oscuridad, lentamente, empezó a engullir el bosque, llenándolo de sombras inquietantes.

Intentando regresar, Marco se dio cuenta de que estaba completamente perdido. Cada árbol y cada roca parecían idénticos, y la idea de encontrar el camino de vuelta se volvía cada vez más remota. Comenzó a caminar con mayor rapidez, el corazón latiendo desbocado por el miedo y la adrenalina. Fue en ese momento cuando oyó un crujido detrás de él.

"¿Hola? ¿Hay alguien ahí?"

Su voz resonó entre los árboles sin obtener respuesta. Sin embargo, el crujido se repitió, esta vez más cerca. Marco giró sobre sus talones y vio una figura que emergía de entre las sombras. El rostro que observaba era el suyo, pero algo en los ojos del otro Marco lo hizo retroceder.

El doble maldito sonrió de manera siniestra, reflejando una maldad que Marco jamás había visto en sí mismo.

"He esperado mucho tiempo para este momento," dijo el doble, con una voz que era una macabra imitación de la suya.

"¿Quién eres?" Marco preguntó, sintiendo un escalofrío recorrer su espalda.

"Soy tu reflejo, tu sombra. Soy todo lo que has ocultado en lo más profundo de tu ser," respondió el doble. "Y he venido a reclamar lo que es mío."

Marco intentó correr, pero sus pies parecían estar pegados al suelo. La figura se acercaba lentamente, con movimientos calculados. Cada paso del doble hacía que la atmósfera se volviera más opresiva, más oscura. Desesperado, Marco buscó algo con lo que defenderse y encontró una rama caída. La alzó, dispuesto a golpear a su malvado reflejo.

El doble soltó una carcajada que resonó por todo el bosque. "No puedes escapar de ti mismo," dijo, y en un movimiento rápido, arrebató la rama de las manos de Marco, arrojándola lejos. Con un gesto de sus manos, el doble hizo que las sombras del bosque cobraran vida, rodeando a Marco.

El adolescente sintió como la oscuridad lo envolvía, absorbía su energía y su voluntad. Antes de que pudiera gritar, el doble se lanzó sobre él, y todo se volvió negro.

Horas después, los profesores y compañeros de Marco encontraron el lugar vacío. Solo quedaban las huellas de una lucha desesperada y la rama rota. Marco nunca fue encontrado, y desde entonces, los que se aventuran en el bosque de Blackwood aseguran haber visto una figura que se parece a él, vagando entre los árboles, con una sonrisa siniestra y ojos que reflejan una maldad eterna.

FIN




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