Terror Y Algo Más

La Casa Del Espejo

En un rincón olvidado de la ciudad, se encontraba una antigua mansión que todos evitaban. Las leyendas decían que la casa estaba maldita, y que aquellos que se atrevían a entrar, nunca volvían a salir. Nadie sabía realmente qué era lo que sucedía allí dentro, pero las historias de desapariciones y eventos extraños se multiplicaban con el paso del tiempo.

Una noche de luna llena, Marcos, un joven investigador de lo paranormal, decidió desafiar las advertencias y explorar la mansión. Equipado con su cámara y una linterna, se adentró en la oscuridad del lugar. Cada habitación estaba llena de polvo y telarañas, y el aire pesado parecía susurrar secretos olvidados.

En el segundo piso, Marcos encontró una puerta que lo llevó a una habitación vacía, excepto por un gran espejo antiguo enmarcado en madera tallada. Intrigado, se acercó al espejo, notando que a pesar de la falta de luz, el reflejo parecía extrañamente claro.

Mientras observaba su reflejo, algo cambió. Sus ojos comenzaron a arder y se tiñeron de un rojo intenso. Marcos intentó alejarse, pero era como si una fuerza invisible lo mantuviera pegado al espejo. El reflejo empezó a moverse por su cuenta, y de repente, una figura emergió del vidrio.

Era un hombre de cabello negro y ojos rojos, vestido con una túnica oscura. Su mirada era penetrante y su sonrisa cruel. Levantó una mano, mostrando una pequeña figura tallada en madera que tenía un extraño símbolo.

Marcos intentó gritar, pero ningún sonido salió de su boca. Sentía cómo la energía de su cuerpo era absorbida por el espejo, debilitándolo cada vez más. El hombre del reflejo extendió su mano y atravesó el vidrio, tomando a Marcos por el cuello. Con un último esfuerzo, Marcos se revolvió, pero fue inútil. Sus fuerzas lo abandonaron y todo se volvió oscuro.

A la mañana siguiente, la puerta de la mansión estaba entreabierta. Los pocos valientes que se atrevieron a asomarse no encontraron rastro de Marcos. Solo el espejo permanecía en la habitación, con su superficie reluciente y un nuevo reflejo: el de un joven con ojos rojos, atrapado en el cristal, clamando en silencio por liberarse.

Desde entonces, quienes pasan cerca de la mansión aseguran que en las noches de luna llena, pueden escuchar susurros que provienen de la casa.

Son los lamentos de aquellos que, como Marcos, se aventuraron demasiado cerca del espejo maldito, quedando atrapados para siempre en su reflejo.

FIN
 




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