The Academy

16: ¿Está listo, majestad?

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– ¿Está listo, majestad?

– Si, claro.

A diferencia del templo en Gehenna, el del Deliciae era mucho más tranquilo por qué el mismo templo ya era extravagante, varias esculturas de mármol adornaban cada columna de la iglesia, adornados con flores de distintos colores en tonalidades claras, al igual que las pinturas que retrataban ya sea las hazañas de Jesús o el retrato de alguien importante, como el de María o José. Las copas, manteles, listones, todo tenían finas capas de plata o listón de ese mismo color, supongo que lo único diferente en este templo eran las flores y los constantes listones blancos y grises que adornaban con gran goce el altar, mientras varios pájaros revoloteaban con un entusiasmo algo curioso

– Así que usted es el primer hijo de Valtheron. Al fin es un placer conocerlo

“¿Conocerme? ¿De verdad?”

– El honor es mío, Jesús de Nazaret, salvador y...

– No necesitas terminar. ¿Está bien?

– El calor, es abrumador en frente de usted, señoría

– Lamentamos mucho las molestias. Me alegra saber que mi sobrina se casará con alguien de renombre y muy buena personalidad. Veo que tienes un gran corazón. Y ¡Estás deslumbrante con ese atuendo! No me esperaba menos para el futuro rey de Gehenna, nunca hubiera imaginado que un demonio le quedará bien el blanco.

– Sus palabras son muy sabias y misericordiosas. No sabe cuánto me alegra recibirlas. – Eran distintas religiones, pero no podía evitar comparar la vestimenta que me habían entregado, la camisa era más ampona de las mangas, el chaleco era más ajustado con el fin de rescatar aquellos detalles negros tan resaltantes, la media capa de tal extravagante rojo en mi brazo izquierdo pesaba más que los adornos que llevaban puesto a un lado, en contrario a Gehenna que lo único resaltante era el saco y nada más. Su mano tocó mi cabeza, logrando transmitir algo de frío en mi persona. – ¿Qué hace?

– No sería correcto que se presentará en ese estado frente a mi sobrina. Déjeme ayudarlo hasta que comience la ceremonia

– Lo agradezco.

El templo poco a poco se llenaba de ángeles e hijos de Dios, quienes miraban con mucho entusiasmo el templo, muchos aun viéndose confundidos. Es la primera vez que un demonio se casa en el Deliciae, no me sorprende que hayan invitado a toda la región.

– Su majestad Mallory Valtheron de Gehenna. Preséntese.

Aquella voz tan tosca y risueña resonó por todo el templo dejándolo en total silencio, logrando escuchar más que un suspiró y quejido de sorpresa y malestar. El señor a quien mejor reconocen como “Dios” miraba con cierto cuidado mi presencia, tenía un semblante tranquilo, pero mostraba felicidad por esta unión, analizándolo con la misma mirada que Jesús, seguramente logrando percatarse de lo mismo que él, cambió rápidamente su semblante a uno de confusión al tener a su hijo detrás mío.

– La barrera es más fuerte. Es calor que debe de sentir ha de ser muy tormentoso, padre mío

– Oh, tienes razón. Lamentamos el malestar, majestad Valtheron

– No pasa nada, santísimo...

– No requieres continuar muchacho. Pronto serás esposo de la sobrina de mi hijo, no necesitas tanta formalidad ¡Serás parte de la familia!

– ¿Y eso no le parece malo?

– Hijo, a diferencia de tu padre, veo mucha bondad en tu corazón, sé que Ariadne estará feliz a tu lado

Al contrario de la tranquilidad de la mano de Jesús, la suya fue dolorosa, con poder. Su caricia parecía una tortura a mi cabeza, que pareció durar años, aturdiéndome por bastante tiempo, lo que no fue ignorado por ellos. Solo pude ver tristeza después de alejar su mano y ayudarme a reaccionar.

– Ariadne Blackwood de Beckham se presenta

Varias palomas me ayudaron a regresar de aquel horrible trance, junto a varios susurros de las mujeres que alardeaban el vestido de Ariadne, y no era para menos, su vestido ampón era acompañado por un velo tan largo con distintos patrones tejidos que no logré percibir gracias a la distancia, más pareciera que el mismo patrón se reflejaba en su vestido y guantes. Su porte tan natural y sumiso parecía cautivar a todos, inclusive a Lucifer, gesto que no fue ignorado por Miguel, quien solo pudo fulminarlo sin ser atendido por el demonio. Su cara casi no se mostraba gracias al velo, pero a pesar de eso, su belleza no era para nada opacada por el vestido, al contrario, parecía resaltar muchísimo más.

– Comenzamos con la unión matrimonial.

Está ceremonia, a pesar del montón de gente que había, fue más rápida, no pudiendo evitar dar pequeños gestos de sorpresa ante tanto habla. En su mayoría eran prácticamente oraciones que no logré completar, no por la oración en sí, sino por lo que significaban. Eran oraciones simples y muy lindas algunas de ellas, que lástima que no las pueda ni analizar.

– Su majestad Valtheron Blackwood Mallory, ¿Acepta a Ariadne Oksman como su esposa?

– Acepto

– ¿Jura amarla y respetarla, en las buenas y en las malas, en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y pobreza, o hasta que la muerte los separe?

“¿Hasta que la muerte nos separe?”

– Acepto. – Una llamarada negra surgió de la nada en la zona de mi pecho. Por la sorpresa que “Dios”, Miguel e incluso Ariadne mostraban, me parecía ver qué era la primera vez que algo similar ocurría.

– Lady Oksman Blackwood Ariadne ¿Acepta a Mallory Valtheron como su esposo?




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