The Academy

20: ¡Juro que no tengo nada que ver!

AD_4nXdIW8-Q_Xe8M99o6mJ19-AcM_INY5z2SoopG3kJjWwU8AT83UywCqXS4GFKeG_VxMbTXk_uDs4vN7tKUjzihFw6ibyzLh21rSH1bhmxSIuoBeDHtgenvfyw-oGI7AL3wKmmGc4lTg?key=aH5cw99pA9qF3pOtynwibA

— ¡Juro que no tengo nada que ver!

La conversación estaba escalando cada vez más, mientras Leonor me presionaba a hablar con sus ojos casi derramando lágrimas. ¿Por qué soy el único que ve que son falsas? Las cadenas que tenía en mis muñecas ya dejaban marcas, gracias a que los ángeles a cargo de mi “castigo” las jalaban, obligándome a caminar fuera de la mansión, donde un carruaje ya estaba estacionado.

— Las evidencias son claras, majestad. Solo deje de moverse, por favor, se seguirá lastimando si continúa.

— ¡NO HICE NADA! ¡NO TENGO POR QUÉ ESTAR YENDO A UN TRIBUNAL PARA EMPEZAR!

Kenna y Ariadne ya se acercaban a la casa, mostrando más que confusión y miedo al verme gritar tan desesperadamente, mientras mi pecho subía y bajaba de una forma anormal debido al terror que se estaba impregnando en mí. Eran detenidas por Lucifer, pero aún así, ambas trataron de llegar a mi lado antes de entrar al carruaje a empujones, inmovilizándome en cuanto entre en este. Las cadenas ya no solo estaban en mis muñecas; se habían instalado en mis tobillos y cuello, mientras uno de los tronos seguía hablando de no sé qué tanto sobre los procedimientos a llevar a cabo.

— ¡No sé quién es Karla! Juro que no sé de qué están hablando.

— Si sigue negando los hechos, la tortura podrá ser pedida por el demandante, maldito demonio.

— No estoy negando nada…

— No tiene derecho a hablar hasta estar frente a su señoría.

El carruaje parecía estar protegido por algún tipo de magia proveniente de la mano de Dios, que acataba cada orden que este trono dictaba. Ahora, una cadena más intensa, apretada y de un fuerte color dorado adornaba mi boca. Las miradas de repudio de los tronos a mi alrededor me hacían sentir más y más miedo. Nunca había tenido tantos tronos a mi alrededor; su aura era tan pesada que se podía sentir a kilómetros. No había forma de saber cuánto tardaríamos en llegar; todas las ventanas parecían cubiertas, solo se dedicaban a repudiar con la mirada a lo largo de todo el maldito camino, que podría durar unas dos horas. Traté de calmarme, lo intenté, pero cada vez que miraba a cualquier lugar, me recordaba mi situación. Me estaban acusando de asesinar a un arcángel del que ni siquiera tengo memoria, con una habilidad que ni siquiera soy capaz de manejar, una habilidad que Lucifer me había obligado a ocultar con pastillas, a ocultar todo rastro de nigromancia.

— Su majestad, Gabriel quiere hablar con esta escoria antes de presentarlo a su excelencia. — Habló uno de los tronos que podría estar en la entrada del lugar, o dentro del carruaje, no lo sé. Creía que se quedarían escuchando o vigilando el carruaje, y lo hicieron, pero desde fuera. En cuanto Gabriel apareció, todos salieron del carruaje. En las constantes veces que me lo había topado, jamás lo había visto tan decaído, furioso, decepcionado, desamparado…

— ¿Cómo te encuentras? — … Y a pesar de eso, aún me trata con amabilidad… No sé qué decir.

— No sé qué pensar, ni qué decir…

— Todo esto, lo de culparte por algo que pasó hace años, es un plan de ellos. Lucifer, Lennox, Leonor… algo están tramando.

— ¿Cómo puedes estar tan seguro?

— ¿Qué sentido tiene pedir una audiencia ahora? Estoy roto, decepcionado de que el asesino de mi hija fueras tú, el esposo de Arid… — No es mentira lo que está diciendo; sus lágrimas lo demuestran, lo confirman. Asesiné a alguien, a una mujer, sin saberlo…

— ¿Por qué no recuerdo algo como esto?

— Leviatán borró sus recuerdos, eso lo sé. Lucifer podría ser acusado como cómplice, porque eliminó esos recuerdos por bastante tiempo, pero la audiencia la pidió Leonor, la supuesta víctima; no sospecharán de Lucifer.

— No sospecharán de Lucifer…

— Sé que te estoy pidiendo mucho, pero parece que el que estés en la cárcel les ayudará con lo que sea que están planeando. Demuestra que no sabes nada, que no recuerdas haberlo hecho, para que la condena no sea tan alta. No digas nada de lo que te dije; no sabes nada de lo que Lennox está trabajando con Lucifer y Leonor, no sabes nada sobre el favor de Leviatán. Muestra la misma desesperación que mostraste cuando vinieron a buscarte. Evita que te involucren con los planes de Lucifer. Ahora, en el juicio, dentro de la cárcel y fuera de ella.

— ¿Por qué me estás diciendo esto?

— Porque me temo que todo lo que están haciendo no solo tiene que ver con tu familia. Miguel y yo creemos que puede aumentar a todo Gehenna o incluso a otras regiones; tal vez atacarlas. No podemos evitar que esta audiencia pase, pero puedo ayudarte a salir lo más rápido que se me permita. Me duele admitir que la muerte de mi hija carga sobre tus hombros…— A pesar de sus palabras tan frías, parecia tranquilo, como si no se me estuviera acusando de un asesinato a sangre fria.

— ¿No me odias? Todos afirman que maté a tu hija… ¿Por qué no…?

— Te odio, Mallory. Te odio por ser el asesino de mi hija… de mi primera hija…

“No lo negó… no lo negó… ¿De. Verdad. Maté. A. Alguien?”

—… pero odiarte no solucionará nada. Lleva más de diez años muerta… debo centrarme en lo importante, por más repudio que tenga. Miguel confía en ti, mi hermana aún quiere creer en ti y mi sobrina te tiene un amor incomprensible; más te vale no meterte en esto. Nosotros nos encargamos de lo demás.

— Pero señor…

— Mallory, necesito que me ayudes. Acepta la culpa, por tu hija, por tus esposas. Esta situación que Leonor creó debemos aprovecharla para saber qué es lo que traen entre manos; es lo poco que puedes hacer, lo único que puedes hacer por mí y por la hermosa mujer a la que le arrebataste la vida… — La puerta del carruaje se abrió de golpe, obligando a Gabriel a salir de este; cerrándola en cuanto obedeció, dejándome completamente solo en ese lugar, con el corazón a mil, con mis piernas y manos temblando, y con la palabra “asesino” sonando en bucle en mi cabeza.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.