Capitulo 3: "Hombre contra Bestia"

III
 

Hombre contra Bestia

Luego que Gerald rescatara a los niños de la tempestad descubrió un terrible acontecimiento, uno de ellos se encontraba poseído por un ente cósmico "Bestia del Zodiaco" al igual que hace 17 años, el reino entero corría peligro y solo una persona podría salvarlos de la destrucción inminente.

Gerald retrocedió lentamente, pasos lentos y sigilosos mientras la niña solo gruñía y se retorcía, su familia corría peligro al estar allí, pese a que aún no estaba seguro de que se tratase de una bestia del zodiaco no quiso arriesgar a sus seres queridos.

—Estela, toma a los niños y vete a casa de tus padres.

Estaba alterado, muy preocupado, su respiración era agitada, sus manos temblaban, el sudor recorría cada extremo de su cuerpo con frialdad y temor, después de todo había pasado mucho tiempo desde su último combate y su discapacidad lo dejaba muy indefenso.

Por su parte Estala no comprendía lo que pasaba, al ver la mirada de su esposo pudo saber que algo no andaba bien, y lo mejor que pudo hacer es retirarse del lugar.

—Esta niña actúa diferente a Sara, su cuerpo no se transforma, no hay metamorfosis, solo la recubre esa aura púrpura como una especie de caparazón espiritual.

La apariencia de la niña era aterradora, tenía colmillos muy afilados, unos ojos que mostraban una profunda oscuridad, y unas garras tan finas como la cuchilla de una espada. Su inquietante sonrisa era extensa, su altura era de aproximadamente 1.8 metros, demasiado para una niña de seis años.

—Esto es malo, a diferencia de la otra parece que se quedará de este tamaño, aunque mida casi dos metros es mejor que ciento veinte , probablemente sea más ágil y rápida al atacar —pensó— ¡NO PUEDO PERDER MÁS TIEMPO.

Gerald verificó que su esposa e hijos hayan abandonado el lugar y lentamente se dirigió hacia su habitación, allí estaba, enmarcada en una pared el último recuerdo de su mejor amigo, la espada de Ronald.

—Utilizaré tu voluntad y evitaré una masacre, dame fuerza para luchar contra esta bestia —desenvainó su espada, la limpió, y su rostro fue reflejado en la hoja de la espada.

Era una situación de vida o muerte, tenía que actuar, no había tiempo de buscar refuerzo en los escuadrones o guardianes elementales, tenía que hacer lo que Ronald no hizo en su momento, matar a la bestia.

—Perecerás, y no... ¡LASTIMARÁS A NADIE! —su ceño se frunció, y tomó impulso.

Se aventó inmediatamente hacia la bestia blandió la espada e intentó cortar su cabeza. Esto fue inutil, la criatura solo detuvo la espada con sus garras y de un movimiento la envió a volar.

—¡MALDICIÓN!

La espada quedó enterrada en el suelo a metros de él, ahora se encontraba indefenso, y la bestia se percató de esto y a una velocidad inexplicable lanzó un mordisco hacia Gerald.

Gotas de sangre caían de su brazo y manchaba la destruida alfombra de la habitación de sus hijos; Gerald pudo cubrirse del mordisco usando sus brazos.

Gerald no era un sujeto ordinario, poseía un Genn bastante peculiar que le permitía luchar cuerpo a cuerpo con sus adversarios otorgándole la victoria con gran facilidad.

Su Genn era de naturaleza muscular, lo dotaba de la habilidad de aumentar su masa muscular en gran medida, dotándolo de más fuerza y resistencia.

—Ni lo pienses.

Extendió sus brazos y la envió lejos, sus colmillos no se incrustaron tan profundamente en sus brazos lo que con eficacia pudo liberarse.

La bestia había recibido daño leve debido a la defensiva de Gerald pero sin importar, esta se levantó y corrió hacia él.

—Hola.

Como un destello lanzó un puñetazo que hizo desplazar a la bestia lejos, destruyendo las paredes de su casa, sus brazos eran los únicos agrandados muscularmente para no perder velocidad.

Gerald se acercó a la criatura que estaba derribada en el suelo y pisó su cabeza.

—¿Criaturas de Luz? Solo son animales del caos, si no fuera por ustedes Ronald no estaría muerto, todas esas personas no se hubieran quedado sin hogar, esas tres niñas no se hubieran quedado huérfanas.

Levantó su espada y miró con ira a la bestia.

—Perdoname niñita

Antes que Gerald pudiera insertar la punta de la espada en su frente la bestia transformó su lengua en una larga púa y atravesó la articulación de su brazo derecho con el que sostenía su espada.

La espada cayó al suelo y el brazo quedó completamente inmovil.

—¿Cómo pudo notar que el aumento muscular no alcanzó hasta ese lugar? Pese a ser un animal es muy perspicaz...—afirmó.

Gerald se postró de rodillas y apretó su herida,La bestia se puso de pie y río.

Esto dejó en shock a Gerald, esta bestia parecía ser más consciente e inteligente, por ende su salvajismo era intencional y no natural.

—¿Tú puedes entenderme, cosa?

Solo gruñó, y lanzó un garrotazo hacia Gerald, enviándolo lejos con una enorme herida en el pecho golpeándolo con un árbol.

Sin aire en los pulmones cayó al suelo, su mente quería quedarse en blanco, intentaba sacar fuerzas de donde no habían, sus dedos temblaban, y en el suelo escurría sangre de su pecho.

La diferencia entre ambos era abismal, pese a que Jennifer apenas había manifestado a la bestia su fuerza era inconmensurable.

—Vamos, piensa en algo...

La bestia se retorció y de su cuerpo expulsó una enorme onda que destruyó por completo su hogar, destruyó todo el bosque en un radio de 10 kilomeros

—Infeliz...

Cinco líneas de sangre en el suelo, Gerald no se dejó llevar por la onda pero en su lugar sacrificó la yema de sus dedos de la mano izquierda.

—No voy a permitir que me sigas humillando de esa manera estúpida bestia.

Se levantó tomo la espada de su difunto amigo

—Oh no te preocupes, mis ataques no te llenarán de energía como los de aquella vez en la isla.

Sus músculos crecían más y más, sus venas palpitaban y su cuerpo comenzó a echar humo, parecía el cuerpo de un fisicoculturista en su mejor forma.