The Albino Raven

Capítulo 3.- Camino hacia la Ciudadela.

El ruido de la armadura la hizo voltear hacia Adrik. Esta se estaba vistiendo.

-¿Te irás?- Svetlana le preguntó.

-Tengo cosas que hacer- respondió- tú también deberías regresar a tu templo.

-No se como regresar...- dijo en voz baja.

-Ahh... mira iré a la ciudadela, puedo llevarte hasta ahí. Es lo minimo que puedo hacer por haberme ayudado.-

-Esta bien-

Salieron de la cueva, era temprano en la mañana y apenas salía el sol. Svetlana mira con asombro lo hermoso que eran los rayos de sol al amanecer y como se reflejaba en la blanca nieve. El viento frío hizo temblar a Svetlana, así que la albina le tendió su capa para que se abrigara, y con ello comenzaron su viaje. Adrik caminaba guiando el camino, ella solo la seguía.

Svetlana se recargo en un árbol sobando sus rodillas, estaba muy cansada nunca

antes había usado tanto sus piernas. LLevaban tal vez unas 4 horas caminando.

-¿Tan rápido te has cansado pequeña?- la vio de reojo Adrik

-Perdón- dijo con falta de aire- nunca antes había caminado tanto.-

-Me doy cuenta de ello- se detuvo, se agachó dibujo un circulo con extraños símbolos en el suelo, coloco su mano en el centro de este, y una explosión de rayos y luces hicieron aparecer una bestia enorme con armadura.

Svetlana lo veía con asombro, no sabía qué clase de animal era ese, parecía un oso polar, pero con cuernos y colmillos enormes que le salían de la boca.

-Es enorme- dijo aun con la boca abierta- ¿Puedo tocarlo?- se acercó.

Aun lado de esa enorme criatura se sentía aún más pequeña se sentía como un guisante que estaba apunto de ser comido.

Sintió unas manos en su cintura, las cuales la levantaban. Adrik la levantaba para ayudarla a trepar al animal.

El lomo del animal portaba una silla de montar donde cabían ambas. Svetlana se sentia incomoda por la proximidad de Adrik, estaba muy pegada a ella.

-Ahora no llegaremos hasta el anochecer con tu paso- le sonrió a Svetlana.

El animal comenzó a andar sus largos pasos, acortaba la distancia, el enorme animal se abría paso entre el bosque. Su viaje se realizaba en silencio. Svetlana miraba atentamente todo. No sabía lo que sucedía o lo que sucedería, si podría volver al templo, a estar de nuevo encerrada en esa jaula dorada, pero se sentía bien estando afuera, ahí, con Adrik. No sabia que era lo que sentía exactamente, nunca se habia sentido asi, su pecho se sentía cálido, pero se sentía bien el estar entre los brazos de Adrik.

Sus pensamientos fueron detenidos con el ruido de un estómago hambriento.

-Grrrrr- svetlana se llevó las manos al estómago.-¿Que es este ruido?

-¿Cómo?- se rio- Solo tienes hambre, necesitas comer-

-¿Hambre?- su estómago hizo ruido- Nunca había sentido hambre.

-¿Cómo es eso posible?- Arqueo una ceja.

-En el templo nunca sentí hambre, siempre había comida, y siempre comía a las mismas horas-

- Que suerte tienen algunos, tener comida al alcance de la mano sin esforzarse- su semblante cambio.

Ya no hablaron más. Un camino se hacía visible a una poca distancia. Adrik se puso su casco, el cual le cubría todo el rostro. Entraron al camino trazado, y siguieron la dirección. Había más gente en el camino, algunos iban, algunos venían, personas caminando cargando cestas, otros en carretas, algunos otros montando bestias. Todos eran diferentes pero tenía algo en común, les evitaban dejándoles el paso libre.

"Rechazo" Svetlana pensó, las personas de ahí también la evitaban.

 



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En el texto hay: yuri, magia, mundo fantastico

Editado: 01.07.2020

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