PROLOGO

Yo creo que el amor le llega a cada ser humano, tarde o temprano lo encontraremos, era inevitable no enamorarse o ser amado por otra persona, ya sea en secreto o gritarlo a los cuatro vientos, el amor siempre vendría a nosotros, aun si no lo queríamos en nosotros y yo no iba a ser la excepción.

Personalmente no creía en el amor, pensaba que ese mismo sentimiento que te hacia aspirar rosas y expulsar pétalos solo existía en los cuentos de hadas o películas de Disney, era algo ilógico, tonto y absurdo, no le veía el sentido si se divorciaban o eran infieles, ya se lo que pensaran: despechada, pues se equivocan ese pensamiento no era porque me habían roto el corazón o defraudado como cualquier chica de mi edad. No, era justamente lo contrario, nunca había sentido ese sentimiento, ni si quiera en mi primer novio, ni el segundo, tercero, cuarto… en nadie en personal, está bien admitiré que he tenido parejas, pero solo eran ligues, solo atracción física, nada relacionado con el amor, aunque sinceramente nunca deje que nadie entrara a mi vida más allá del sexo.

Me prometí a mí misma que nadie me destruiría o humillaría de alguna manera, no importara la situación no me derrumbaría por nada, ni por nadie, es por eso que puse una barrera, donde ninguna persona se involucraría conmigo. pero como todo buen guerrero su escudo se cae, su vida desvanece, su cordura ya no estaba presente en él, por causa de una persona y la mía tenía nombre y apellido. Él era el único que me mantenía firme, era mi perdición, mi amor incontrolable, en él se veía el infierno, las cenizas, el fuego, el auxilio de la gente, el dolor, el era el mismo diablo o mejor dicho mi demonio, pero por mas que fuera el, logro una sola cosa que nadie pudo, enamorarme, el fue la excepción.

“                                                                  tú fuiste la única excepción demonio”