The Daughter Of The Dragóns

Dragones 1.

{ Capítulo actualizado y editado recomiendo volver a leer este capítulo )

Más 300 años después de la profecía...

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25 Años atrás; Reinó de Unitra.
Narrador : Rey Hefesto Másserattí.

En un bosque oscuro, caminando sin parar siguiendo la luz de la luna que guia mis pasos !Dioses! no entiendo que clase de lugar es este y que se supone que hago aquí, esto llega a ser tan aterrador y tormentoso a su vez solo camino sintiendo que estoy dando vueltas sin parar pero pase más de media hora caminando, hasta que llegó a una cueva abandonada en su entrada se hayan dos grandes estatuas de dragones.

En sus paredes parecía tener algún tipo de historia o relato a el cual se lo voy atribuir al antiguo rey Bastian pues las malas lenguas dicen que un tres de junio por la mañana el rey apareció gritando y exclamando que había tenido algún tipo de sueño que le decía que pasaría en unos años e incluso siglos, tuvo ese sueño hace más 300 años atrás.

Pero de un momento al otro todo cobró vida empezando a moverse como si yo estuviera viviendo el sueño en carne propia ¿ Que rayos se supone que es esto ? Todo llega a ser tan irreal como si fuera una realidad a la cual estoy condenado a vivir.

Fuego, sollozos, gritos, disturbios, guerra, enfrentamientos, dragones, ejércitos, enemistad y por alguna extraña razón venganza pero entre todo eso solo le di importancia a una dulce niña de alrededor de unos 2 años ¿ Que clase de padres dejarían a una niña tan pequeñita sola en medio de todo esto?.

— Ven aquí — tome a la pequeña en brazos pero cuando ví sus ojos casi la dejo caer, por primera vez veo unos ojos tan morados y tan azules a su vez como estos, se parecía a mi reina pero sus ojos, tono de piel y cabello son parecidos a los míos es imposible que una niña que no fuera de la realeza tuviera ese color de ojos tan indescriptible, su belleza aunque solo tuviera 2 años resaltaba en todo el caos como si ella fuera el motivo de tal destrucción es algo que simplemente no tiene explicación y no creo poder describir con palabras.

Y si las tuviera le consideraría un hada aquellas que solo poseen un nivel de belleza superior al de cualquier mujer pero ella no tenía el color de piel de aquellas hadas, no tiene siquiera una nariz puntiaguda o una grandes orejas puntiagudas que es lo que más las define hasta ahora ¿ Es posible que exista un ser humano tan hermoso e irreal como este ? Creo que no.

— Ella es — Cuando escucho el susurró de una voz lo suficientemente cerca de mi creo que ¿ Puedo decir que casi se me sale el alma ? volteo mi cuerpo con todo el miedo y pánico posible viendo al propio rey Bastian en frente de mi y el cuál solo está viendo directamente a la niña que tengo en brazos.

— Ella es aquella que ví en mi sueño, aquella a la cual se le será nombrada como la hija de los dragones, aquella que hará que los antiguos juramentos vuelvan de las cenizas y que la que hara que el mundo este de parte de ella cuando venga el caos, aquella que a la cual nadie derribara, ella es la reina que siempre fue buscada en nuestra familia.

El shock me invade de la cabeza hasta los pies, no entiendo nada de esto Y la única pregunta que cruza por mi mente es ¿ Cuando vendrá al mundo está reina ?.

Y como todo tiene un final despierto con la respiración agitada y el pulso a mil, era un sueño !Un maldito sueño¡ que se sentía muy real, veo a mi reina acostada al lado mío durmiendo plácidamente como si no hubiera nada que la despertara, solo con un pensamiento que venía a mi cabeza una y otra vez tenía que emprender un viaje en el cual pudiera encontrar más sobre esa profecía y si es posible encontrar la cueva.

Semanas después :

En medio del bosque hacia veintidós noches desde que habíamos emprendido viaje intentando buscar aquella cueva que soñé la cual no salía de mi cabeza y me mantenía perturbado de solo recordar ese sueño, aquella niña y el rey Bastian sin duda alguna sentía que podría volverme loco en cualquier momento.

—Alteza nuestros hombres consiguieron algo — salgo de mis pensamientos prestando atención a lo que dice el guardia real.

— En dónde está — veo como se tensa lo cual no es para menos mi apariencia da miedo sumándole este lugar que parece sacado del Inframundo en dónde los árboles no tienen hojas, no hay ni un solo animal que cazar más que pajaros que nos dan un mal augurio de un gran peligro, en estos lares es muy alta la posibilidad de conseguirnos dragones pero a su vez poco probable pues llevan tantos años sin que hay un solo avistamiento.

— A unos tres kilómetros de distancia.

—Vamos — busco mi caballo para ir hacia la cueva que encontraron mis hombres, nos lleva alrededor de treinta minutos llegar y solo espero que no haya nada malo en esa cueva pero hay algo que me dice que está situación no será nada agradable.

Bajo de mi caballo viendo a mis hombres en la entrada de aquella cueva tan imponente, se encuentra lo más alto de una montaña y desde aquí se pueden ver los caminos que llevan a el pueblo, no está permitido que alguien más que yo o mi mano derecha entren.

En la entrada están las mismas estatuas de dragones que soñé, avanzamos poco a poco dejando atrás la luz que nos ilumina para irnos adentrando en un oscuridad absoluta intentamos ser lo más cautelosos y callados posible, por el momento no se vé nada fuera de lo normal hasta que mi mano derecha deja caer su antorcha para detenerse quedando petrificado apresuró mi paso y fijo a mi vista en donde esta la suya.

Un dragón !Un maldito dragón¡ que tiene alrededor de unos noventa o cien años, por su cresta se podia ver que era macho abre los ojos de un golpe por el ruido ocasionado y fija su vista en mi, sentia lo que el intentaba transmitirme hasta que escucho una voz parecida a la mía la cuál me invitaba a tocar el hocico del dragón « Sin duda alguna estoy loco ».




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