The Deadly Secrets Club

Capítulo 2: El tablero de las sombras

La oscuridad en el salón parecía tener peso. Lia contuvo la respiración mientras el frío metálico seguía rozando su cuello. No podía ver nada, pero el susurro que había escuchado seguía resonando en su mente.

"Si no juegas bien, serás la siguiente."

De pronto, las luces parpadearon, y la vela en la mesa se encendió de nuevo como por arte de magia. Lia se giró bruscamente, pero no había nadie a su lado. El resto del grupo también parecía nervioso, algunos mirando alrededor como si esperaran que algo o alguien saliera de las sombras.

"¿Qué fue eso?" Sophie susurró, su voz temblorosa.

"Esto tiene que ser una broma", dijo Marcus, un chico alto y atlético que intentaba parecer tranquilo, aunque su mandíbula tensa lo delataba. "Alguien está jugando con nosotros."

"No creo que sea una broma", interrumpió Nina, señalando la mesa.

Todos miraron hacia abajo. El tablero donde estaban escritos sus nombres había cambiado. Ahora, junto a cada nombre había una palabra:

Aaron: Traidor

Nina: Mentira

Kai: Asesino

Sophie: Testigo

Dylan: Cómplice

Marcus: Protector

Lia: Clave

Un silencio denso se apoderó del grupo. Lia sintió un escalofrío recorrerle la espalda al leer la palabra junto a su nombre.

"¿Qué significa esto?" preguntó Dylan, un chico de rostro pálido que parecía más asustado que el resto.

"Es un juego", respondió Kai, con un tono que no dejaba claro si estaba asustado o intrigado. "Y parece que todos tenemos un papel."

Aaron frunció el ceño, claramente molesto. "No voy a quedarme aquí participando en este… lo que sea que esto sea. Voy a informar a los profesores."

"Buena suerte con eso", dijo Kai con una media sonrisa. "¿Crees que alguien te va a creer? ¿Qué les dirás? Que recibiste una foto de un cadáver y que un tablero te llamó traidor. Sí, seguro que te tomarán en serio."

Aaron lo fulminó con la mirada, pero no respondió. En lugar de eso, tomó su fotografía de la mesa y dio un paso hacia la puerta.

Antes de que pudiera abrirla, una voz mecánica resonó de nuevo, esta vez proveniente del techo.

"Salir del juego tiene consecuencias. Intenten, y el siguiente en la lista será eliminado."

Las palabras fueron seguidas por un ruido metálico, como si algo pesado hubiera caído en el pasillo fuera del salón. Aaron retrocedió lentamente, sus ojos llenos de incertidumbre.

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Lia no podía apartar la mirada del tablero. La palabra Clave junto a su nombre le pesaba más que las demás. ¿Qué significaba eso? ¿Por qué ella?

Kai se inclinó sobre la mesa y señaló la fotografía que seguía ahí. "Lo primero que deberíamos averiguar es quién es esta persona."

"¿Y cómo hacemos eso?" preguntó Sophie, cruzándose de brazos.

"Buscando", respondió Kai. "Ese patio está en algún lugar del campus. Si encontramos el lugar exacto, tal vez podamos averiguar algo más."

"¿Y qué pasa si encontramos algo que no queremos ver?" preguntó Nina, su voz más baja que antes.

Kai la miró, su expresión seria. "Ya estamos en esto. No tenemos opción."

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Poco después, el grupo se dividió para explorar diferentes áreas del campus. Lia y Kai terminaron juntos, caminando hacia el jardín trasero del edificio principal. La tensión entre ellos era palpable, pero ninguno dijo nada durante un buen rato.

"¿Por qué crees que nos eligieron?" Lia rompió el silencio, sin mirar a Kai.

"No lo sé", respondió él. "Pero esto no es coincidencia. Alguien sabe algo sobre nosotros que nosotros mismos no sabemos."

Lia asintió, aunque no le tranquilizaba la idea. Mientras avanzaban, la luna iluminó una sección del jardín donde las hojas caídas parecían cubrir algo inusual. Kai se agachó y comenzó a apartarlas.

Debajo de las hojas, encontraron un suelo de piedra agrietado. En el centro había algo tallado: una marca que parecía un símbolo extraño, una mezcla de líneas curvas y rectas que formaban un círculo. Lia sintió un escalofrío al mirarlo.

"¿Qué es esto?" preguntó, tocando la marca con la punta de los dedos.

Kai no respondió de inmediato. En cambio, sacó su teléfono y tomó una foto. "No lo sé, pero creo que está conectado con todo esto."

Antes de que pudieran investigar más, una sombra se movió entre los árboles. Lia dio un paso atrás, sus ojos buscando la fuente del movimiento.

"¿Lo viste?" susurró.

Kai asintió lentamente, sus ojos fijos en la oscuridad. "Sí."

Un sonido metálico resonó de repente, y ambos se giraron hacia el edificio. Desde la distancia, podían ver una luz parpadeante en una ventana del ala este. Era como si alguien estuviera enviándoles una señal.

"Volvamos", dijo Kai, tomando a Lia del brazo. "Creo que estamos a punto de descubrir algo más."

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Cuando regresaron al salón, encontraron algo que los dejó helados. Sobre la mesa, donde antes estaba el tablero, había una nueva fotografía.

Era de ellos dos, Lia y Kai, en el jardín trasero, justo donde habían encontrado el símbolo.

"Nos están vigilando", murmuró Lia, sintiendo cómo la paranoia comenzaba a apoderarse de ella.

Kai tomó la foto y la giró. En el reverso había un mensaje:
"No mires demasiado profundo, o podrías no salir con vida."

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