The Deadly Secrets Club

Capítulo 3: Las sombras del pasado

El silencio en el salón era ensordecedor. Lia no podía apartar la mirada de la fotografía que Kai sostenía entre sus dedos. Cada detalle estaba ahí: ellos dos en el jardín trasero, la luna iluminando el extraño símbolo en el suelo. Pero lo que más la aterrorizaba no era la foto en sí, sino el hecho de que alguien había estado tan cerca, observándolos, sin que ellos lo notaran.

"Esto no tiene sentido", dijo Marcus, rompiendo el silencio mientras se inclinaba sobre la mesa para examinar la foto. "¿Cómo pueden haberla tomado si estuvimos solos todo el tiempo?"

"Eso es lo que quieren que nos preguntemos", dijo Kai, su mandíbula apretada. "No es solo un juego; es un control total. Nos están manipulando para que reaccionemos como ellos quieren."

"¿Y si esto es solo un truco?" intervino Dylan, su voz temblorosa. "¿Y si nadie está realmente vigilándonos y todo es… una ilusión?"

Lia sintió un escalofrío al escucharlo. ¿Una ilusión? Era difícil de creer, pero nada de lo que había ocurrido esa noche tenía lógica.

"Lo que sea, hay algo claro", dijo Aaron, con tono decidido. "No podemos quedarnos de brazos cruzados esperando a que algo peor pase. Tenemos que tomar el control."

"¿Y cómo planeas hacerlo?" preguntó Sophie, su voz cargada de sarcasmo. "¿Vas a enfrentar al fantasma invisible que nos observa?"

"No sé ustedes", interrumpió Nina, "pero no creo que tengamos mucho tiempo antes de que nos obliguen a tomar una decisión."

Todos miraron hacia ella. Nina sostenía una carta, diferente a las otras. Había aparecido en el centro de la mesa, como si alguien la hubiera dejado ahí mientras discutían.

Kai la tomó rápidamente y leyó en voz alta:

"Prueba 1: Elige al culpable. Si aciertan, podrán avanzar. Si fallan, alguien será eliminado. Tienen una hora."

El reloj en la pared comenzó a marcar una cuenta regresiva: 59:59.

"Esto es una locura", exclamó Dylan, retrocediendo hacia la pared. "¿El culpable de qué? ¡No sabemos nada!"

"Es una prueba psicológica", dijo Kai, cruzándose de brazos. "Quieren que nos volvamos unos contra otros. Si elegimos mal, alguien pagará el precio."

"¿Y si no elegimos?" preguntó Sophie.

"Eso no parece ser una opción", respondió Lia, señalando el reloj. "Tenemos que hacer algo antes de que el tiempo se acabe."

Marcus se frotó la frente, frustrado. "¿Por dónde empezamos? No tenemos pistas, no tenemos información…"

"Eso no es del todo cierto", interrumpió Lia, recordando el tablero. "Las palabras junto a nuestros nombres. Tal vez esas son las claves."

Todos miraron de nuevo el tablero en silencio.

Aaron: Traidor

Nina: Mentira

Kai: Asesino

Sophie: Testigo

Dylan: Cómplice

Marcus: Protector

Lia: Clave

"¿Creen que esas palabras nos describen?" preguntó Marcus, claramente incómodo.

"Es posible", dijo Nina, con el ceño fruncido. "Pero también podrían ser pistas falsas para confundirnos."

Aaron golpeó la mesa con fuerza, haciendo que todos se sobresaltaran. "¡Esto no lleva a nada! Si hay un culpable aquí, lo averiguaremos interrogándonos entre nosotros."

El grupo comenzó a hablar en círculos, acusándose unos a otros, mientras el tiempo seguía avanzando. Las tensiones se elevaron cuando Aaron cuestionó a Kai directamente.

"Tienes que admitirlo", dijo Aaron, apuntando con el dedo. "Tu palabra es asesino. ¿Qué más necesitamos saber?"

Kai no parpadeó. "¿Y tu palabra? Traidor. No suena precisamente inocente, ¿verdad?"

"¡Basta!" gritó Lia, levantándose de la silla. "Esto es exactamente lo que quieren. Que nos peleemos, que perdamos la cabeza."

"Entonces dinos qué hacer", dijo Sophie, cruzando los brazos. "Porque no tenemos mucho tiempo."

Lia respiró hondo, intentando calmarse. Miró de nuevo la fotografía del cadáver. Había algo que no había notado antes.

"La persona en esta foto… tiene un brazalete, ¿lo ven?" señaló.

Todos se acercaron para mirar. El brazalete en la muñeca del cadáver llevaba un pequeño escudo con el símbolo del internado Blackthorn.

"Es alguien de aquí", dijo Lia, sintiendo cómo su mente comenzaba a trabajar más rápido. "Alguien que probablemente conocíamos."

"¿Y si ese alguien está entre nosotros?" susurró Dylan, con los ojos muy abiertos.

El reloj marcaba 10:00. El grupo no había llegado a ninguna conclusión, pero no podían esperar más.

"Tenemos que votar", dijo Nina con firmeza. "Es la única forma."

Uno a uno, los nombres fueron escritos en pequeños pedazos de papel. Cuando todos terminaron, Aaron tomó los votos y comenzó a leerlos en voz alta.

"Kai."

"Aaron."

"Dylan."

"Kai."

"Kai."

"Aaron."

"Kai."

Kai levantó una ceja, sin rastro de miedo en su rostro. "Bueno, parece que soy el elegido. ¿Y ahora qué?"

El reloj llegó a 00:00, y una voz resonó en el salón:

"Elección incorrecta. Consecuencias en camino."

De repente, las luces parpadearon y se apagaron por completo. Un grito resonó en la oscuridad, seguido de un sonido seco que Lia no pudo identificar.

Cuando las luces volvieron, el grupo miró horrorizado hacia el centro de la mesa.

Dylan estaba tirado en el suelo, inmóvil, con los ojos abiertos y una expresión de puro terror en el rostro.

"¿Está muerto?" susurró Sophie, temblando.

Kai se arrodilló junto al cuerpo y tocó el cuello de Dylan. Asintió lentamente, su rostro sombrío. "Está muerto."

Lia sintió que el aire abandonaba sus pulmones. Habían fallado… y alguien había pagado con su vida.

La voz mecánica volvió a resonar:

"Bienvenidos al verdadero juego. La próxima prueba comienza pronto."




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