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En el papel, decía que debíamos ir a nuestros salones a presentarnos y que habría una que otra actividad de presentación, mi camino se separó del de Felix y tuve que irme solo. Cuando e paré en frente del salón, había bastante alboroto, todos gritaban sin razón, e hicieron silencio en el momento en que entré al salón, el maestro me hizo presentarme, y yo tenía nervios, ya sentía las miradas de las chicas en mi, pero unos ojos me hicieron distraerme, ella estaba ahí.

— Buenos días, soy Bang Chan y vengo de Australia.

— ¿Bang, te molesta si los demás te hacen un par de preguntas?— Lo cierto es que en ningún momento dejé de observar a Sana, y ella a mi, nuestras miradas no se apartaron, por lo que noté que ella alzó la ceja, estaba dispuesta a ser la primera en preguntarme.

— No hay problema, profesor.

Varias chicas alzaron la mano, con ellas, mi querida primer amor y también, la primera en preguntar.

— Channie, ¿Has tenido alguna novia?— Todos chiflaron en ese momento, y otros preguntaban como es que tenía ella el atrevimiento de hacer la pregunta y decir el apodo.

— No, Sana, no he tenido.— Le guiñé el ojo junto a mi respuesta y muchas se alteraron al momento en que hice eso.— 

Las actividades de integración fueron bastante aburridas, nos hicieron dos círculos, y debíamos hablar con la persona de enfrente, todo iba bien hasta que me encontré nuevamente al pelinegro tierno, solo que ya no era tan tierno, cargaba una mirada enojada.

— Hey, ¿por qué esa mala cara?— bromee con una sonrisa.

— No quiero hablar contigo.

— ¿Te hice algo acaso?— cuestioné con una ceja alzada.

— Coqueteaste con mi novia.— Oh, así que el es el gran, Lee Minho.

— ¿Eres Lee Minho?— él asintió.—  Un gusto, soy amigo de infancia de Sana, calma tus celos, muchachón.

— Igual no me caes bien.

— No necesito caerte bien, cariño, ten eso en cuenta.— me relamí el labio luchando conmigo mismo para no observarlo de más mientras se iba.

¿Que me estaba pasando? Soy heterosexual.

Sin embargo, empecé a disfrutar el molestar a ese chico de cabellos azabaches, literalmente toda la clase lo hice, bromeando un poco sobre todo esperando encontrar entre sus miradas serias alguna sonrisa.

No me arrepiento de hacerlo, según dicen no hay que arrepentirse de nada en la vida, ¿Han escuchado la filosofía personal? Mi filosofía es esa. Aunque, sin embargo, no es excusa alguna para molestar al serio azabache, pero, es valido para evadir el tema.