The Furies

Capítulo 14

Las palabras del cazador continuaban repitiéndose en su mente aun después de apagar la televisión, su rostro abrumado se reflejaba en la pantalla negra, consumiéndose a sí misma con la mirada.

Stormfly se encontraba a su lado, pero no importaba cuánto lo intentara, su voz no lograba traerla de regreso a la realidad. No entendía su reacción, al menos no por completo, y eso sólo empeoraba la situación en la que ambas estaban.

Se frotó el rostro con una mano, apartando el flequillo que cubría sus ojos y, tras un suspiro cargado de frustración, se levantó del sillón en el que había estado sentada.

—¿Astrid?—llamó nuevamente la rubia, desesperada por no obtener una respuesta.

Suspiró, observándola por un segundo con una mirada neutral; no deseaba preocuparla más de la cuenta, pero tampoco podía contarle la verdad que se ocultaba tras la máscara del héroe prisionero.

—Estoy bien—logró articular, regalándole una sonrisa forzada—. Estaré arriba.

Dio media vuelta, dejando atrás a su prima que, confundida y angustiada, no dejó de llamarla desde la sala mientras ella subía las escaleras hacia su habitación, cerrando la puerta con un golpe sordo, sumiéndose en el silencio en busca de consuelo.

—Debo hacer algo…—susurró, deslizando su cuerpo contra la pared hasta caer sentada sobre el suelo; abrazó sus piernas con fuerza, ocultando el rostro en sus rodillas, mientras su corazón latía sin control—. Después de todo, te lo prometí, Hiccup…

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TRES AÑOS ATRÁS

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Sujetó su brazo con fuerza, obligándolo a detenerse a mitad de su carrera. No fue hasta que giró para encararla, con una clara expresión de confusión, cuando ella finalmente aflojó el agarre hasta liberarlo.

—¿Qué es lo que piensas hacer?—se atrevió a preguntarle, manteniendo sus ojos azules fijos en los verdes de él; tratando de ver a través de ellos la razón de sus recientes acciones.

—Tyre está en problemas, Astrid—fue lo primero que alcanzó a responder, usando cierto toque de obviedad y prisa que ella comprendió a la perfección. La situación que estaban atravesando no era ajena para ninguno—. Debo ayudarlo.

—Hiccup…—susurró ella conteniendo su desesperación, volviendo a sujetar su brazo cuando él estuvo por alejarse de nuevo—. Sé que prometí que te apoyaría en esta alocada decisión; pero esto es demasiado, incluso para ti.

Tenía miedo. Estaba aterrada por lo que pudiera ocurrir.

Hasta hace unos minutos atrás, habían estado reunidos con los padres del castaño para celebrar el pasado cumpleaños de Tyre y la reciente carta de aceptación que Hiccup había recibido de la universidad a la que pretendía asistir. Pero conforme el tiempo pasaba y Tyre no aparecía, todos comenzaron a preocuparse por su bienestar. Bastó con escuchar las noticias de último momento para saber la razón de su ausencia y eso, claramente, aumentó sus inquietudes.

Night Fury se encontraba luchando contra otro súper-humano en el centro de la ciudad, y según lo que todos decían, el héroe estaba perdiendo.

Stoick y Valka no comprendieron porqué eso alertó tanto a la joven pareja, ni tampoco porqué su hijo se marchó a toda prisa del restaurante en el que los cuatro se encontraban; y claro, Hiccup no se iba a detener a explicarles. Fue Astrid quien tomó la iniciativa, disculpándose con ellos con la mirada, para después seguirlo con el corazón latiendo con fuerza a causa del miedo que comenzaba a brotar en ella.

Un miedo que no hizo más que incrementar ahora que lo tenía en frente, con esa mirada tan decidida e impaciente que, sabía bien, no representaban nada bueno.

—Hiccup, por favor…

—Debo hacerlo, Astrid—repitió él, capturando la mano que lo sujetaba, entrelazando sus dedos con los de ella para infundirle un poco de paz, a pesar de saber que no sería suficiente para calmarla—. Es mi hermano, tengo que protegerlo.

Una lágrima solitaria escapó de los ojos de la rubia, rodando por su mejilla hasta que fue detenida por él, acariciándola con ternura.

Ella sabía que no podría hacerlo cambiar de opinión.

—Astrid—volvió a llamarla, tragando con fuerza mientras acunaba su rostro; por alguna razón las palabras no querían salir de su garganta—… Si algo sale mal…—logró pronunciar al fin con una voz ligeramente temblorosa, que estuvo a punto de romperse cuando vio los ojos azules cristalizarse—, quédate junto a Tyre; no dejes que haga una locura él solo.

—Lo haré—aseguró, conteniendo el sollozo que amenazaba con escapar por sus labios—. Sólo, prométeme que nada saldrá mal.

El castaño no respondió, su voz finalmente se había apagado. Le asintió con una pequeña sonrisa y acercó su rostro al de ella, rozando sus labios tibios; regalándole un beso corto pero cargado de sentimiento.

Fueron sólo unos segundos de calidez antes de que se alejara, retomando la marcha hasta desaparecer, dejándola sola en ese callejón, con una fuerte presión en el pecho que no lograría comprender hasta que, horas después, viera a Night Fury salir de entre los escombros con un cuerpo sin vida en sus brazos.



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En el texto hay: superheroes, dragones, romancejuvenil drama

Editado: 30.12.2023

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