Prólogo II

|PARTE 2: EL MUNDO OCULTO|

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Prólogo II

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Con cada exhalación su cuerpo perdía fuerza, sus pulmones ardían, sus huesos dolían y sus oídos parecían estar rellenos de algodón, pues aunque la ciudad a su alrededor estaba plagada de gritos y estruendos, él escuchaba todo demasiado lejos, como un zumbido constante que taladraba su cabeza.

Ahí, de pie en la azotea de un edificio, estaba completamente solo, observando la que muchos considerarían una de las auroras boreales más majestuosas que la humanidad podría llegar a presenciar alguna vez. Pero él sabía que en realidad era todo lo contrario.

Porque esas luces coloridas no eran nada comparadas con las columnas de humo que oscurecían el cielo. Porque los gritos no eran de euforia, sino de miedo. Porque las personas en las calles suplicaban ayuda, buscando desesperados a algún héroe que los salvara… Un héroe que claramente no era él.

¿Por qué todo terminó así? ¿A caso era una broma de los dioses?

Como si fuera una respuesta, un relámpago fragmentó el cielo y, con la llegada del estruendo, sus oídos volvieron a escuchar. No había más zumbidos, pero el dolor seguía ahí, oprimiendo su pecho y haciéndolo caer de rodillas cuando la tormenta inició.

—¿Por qué…?—musitó sin aliento, su respiración era cada vez más agitada, llegando incluso a hiperventilar.

¿En qué momento las cosas empezaron a salir mal? Cuando ayudó a Tyre a convertirse en Night Fury… O cuando lo convenció de entrar a esa tienda en primer lugar… ¿Cuál fue su error?

La nueva respuesta no tardó en llegar, esta vez formando una torre de luz en el horizonte. Fue entonces que lo comprendió…

Grimmel había ganado.