Mi domingo fue más aburrido, pensé en salir a buscar, pero mamá me volvería a hacer muchas preguntas además de que no se me ocurría algo convincente para que ella dejara de pensar que estoy buscando a Parker.
Me quedé en casa.
Al día siguiente.
Desperté, era Lunes.
Hoy, por fin, comenzaban los entrenamientos en el equipo de la universidad, estaba realmente ansioso por comenzar.
Salí directo a la parada del bus.
De todo lo que había pasado, me había olvidado de la chica que me encontraba en la parada, de Ximena.
Me pareció extraño no encontrarla, pero no me preocupe por eso.
En la uni todo paso más rápido, las clases y todo. Con el tema de Parker todo siguió igual, no lo ví. Tal vez se habría ido de la ciudad. Parecía como si se lo hubiera tragado la tierra.
De un día para otro había dejado de ver a quien por mucho tiempo había sido mi mejor amigo. No era una situación normal.
En un descanso fui a la oficina del director.
En la oficina:
- Buenos días director. Solo quería saber si el alumno John Parker sigue registrado en esta universidad.
- Director: De hecho, ese alumno no está más en esta universidad, en este fin de semana un representante del alumno vino para darle de baja.
Al salir estaba totalmente desconcertado, por qué no me había dicho que se iría de la universidad.
Todo lo que estaba pasando era como algo que se pensó de un día para otro, como un plan que se armó en plan acelerado.
- Bueno... Ahora el futbol.
Lo dije en voz baja, estaba realmente entusiasmado con el futbol, pero era hora de ver si realmente estaba hecho para eso.
Llegué a los vestidores.
Había hombres cambiándose por todo el lugar, repleto de hombre que para mí suerte, les desconocía. Iba a ser complicado adaptarme, pero seguro encontraría nuevos amigos o alguien con quién platicar al menos.
Entré, y al dar el segundo paso me tope con Max.
Max: Bienvenido a las FC Águilas, seguro tuviste suerte de que te aceptarán para el equipo, necesitábamos jugadores, pero no creí que el entrenador estuviera tan desesperado.
- Todo el vestidor: Jajajaja.
Seguí caminando, preferí ignorarle.
Aunque en este momento me di cuenta de que sería más difícil de lo que pensé.
Me puse el uniforme de entrenamiento, y el entrenador entro al vestuario.
- Entrenador ( Frank Peterson): Todos sentados... Hoy, como ya todos se habrán dado cuenta, hay un nuevo miembro en el equipo, su nombre es Alex y está acá para reforzar a la plantilla.
Al escuchar mi nombre en esa oración me sentí increíble.
Fuimos a la cancha. El entrenador me llamó antes de comenzar a calentar.
- Entrenador Frank: Alex, por esta semana estarás siendo observado para saber si tienes las condiciones para entrar al equipo, pero tú trata de estar tranquilo, y sobre todo diviértete, que para eso está el futbol.
Empezamos con un rondo, seguimos con algo de trabajo técnico.
- Entrenador Frank: Ok chicos, ahora haremos algo de fútbol en un cuarto de la cancha.
El entrenador hizo los equipos.
Comenzamos tratando de robar el balón, el otro equipo estuvo todo el tiempo con la pelota, hasta que robamos. Me tocaron la pelota, en ese momento escuché a todos gritando pidiéndome la pelota.
No supe que hacer, me quedé como estático, y me quitaron el balón.
Todo el partido estuve perdiendo la posesión de la pelota, pases malos, fallando en uno contra uno, bueno... si quiera pude tirar a portería.
Terminó todo, el entrenador nos dió una plática sobre los partidos que se nos venían, o bueno, se les venían.
Realmente me sentía fuera del equipo, con lo que había hecho sería lo más viable que no quedara en la plantilla.
Camino al vestuario todos los chicos se burlaban de mí, decían cosas como "no sirves para esto" o "no tiene caso que estés acá".
Fui a casa. En el camino estaba pensando en dos cosas, Parker y futbol.
Ahora que seguramente quedara fuera del equipo iba a tener más tiempo para dedicarlo a la investigación del tema Parker.
Sabía que pensar que estaba fuera del equipo desde el primer día mostraba negatividad de mi parte, pero solo yo sabía cómo me había sentido en el entrenamiento.
Era un sentimiento de frustración, aunque en el fondo sentía que aún me faltaba mucho que mostrar.
Llegué a casa.
No quería que lo hiciera, pero mamá pregunto sobre cómo me había ido en el entrenamiento.
- No ha estado mal.
Al rato sentí que le contesté de una manera muy seca, pero la verdad era que no quería hablar ni pensar más en ello hasta que tuviera que tocar el balón de nuevo.
Estaba en mi recámara haciendo tarea, cuando por la ventana ví a un tipo bajar de un coche y entrar a la cochera de la casa, iba con una carta en la mano, la dejo fuera de la puerta y se fue... No le pude ver nada la cara, caminó muy rápido.
Bajé antes de que mamá pudiera ver la carta... Abrí la puerta, y la carta estaba atascada debajo de esta.
La tomé y fui a mi recámara a leerla.
- Carta -
Alex, soy yo, Parker. Se que lo que ha estado pasando ha sido muy extraño para ti... Ya sabes, desaparecer así como si nada.
Seguramente estarás odiandome en estos momentos, pero te aseguro que aún nos sabes la verdad, o no toda.
En fin, quiero hablar contigo, no puedo decirte lo que quiero por esta carta... Hay que vernos mañana en la calle 23, en el café por la noche.