2do Indicio.
Luego de 1 mes fuera del instituto al fin podemos regresar, pero gracias a Tabitha pudimos regresar a clases sin ningún tipo de consecuencia más que entregar tarde todos y cada uno de los trabajos que fueron asignados en esa fecha.
Estamos en clases de literatura española, la clase más aburrida de todas. Por esa razón paso viendo a la ventana del salón de clases sin prestar mucha atención.
A lo largo escucho mi nombre.
—Logan, por favor de pie y lee el primer párrafo del capítulo 2—me indica el profesor con la regla en la mano.
—Claro—contestó
—“Amigos, si quisiéssedes aun otro miraclo que por Sancta Maria de cuya lege quiso un pocco esperar, vos querria contar, dennó Dios Demostrar con su boca mamar” El sacristán fornicario/Gonzalo de Berceo–termino y tomo asiento.
—Logan, para la próxima esfuérzate un poco en imitar el acento—señalo el profesor anotando en su libreta.
Me imagino que lo que escribe es mi puntuación, y luego lo noto, todos están viéndome de una manera extraña, incomoda.
No soy de sentirme de esta manera, pero desde la muerte de mama mis sentimientos han estado insoportables.
Mis pensamientos siempre manteniéndose al límite.
Tapo mis oídos, escucho como dicen —es un extranjero, no debería estar aquí, no puede ni mencionar correctamente el castellano, debería de regresar al lugar de donde salió, por eso le paso eso a su madre.
Esto me despertó una ira incontenible, imparable, una ira que podría ser comparada con la de los Dioses.
Inconscientemente me levanto de mi silla, pierdo el conocimiento y lo siento.
Siento fluir fuera de mi ser un poder indescriptible, un poder extraño y que es desconocido para mí pero que me hizo sentir aliviado, en paz y satisfecho.
Pero la razón no la sé, no sé porque me siento de esta manera, no sé porque siento este poder.
Y luego Silencio.
Al despertar, estoy en la enfermería del instituto.
Me levanto de la cama y me dirijo fuera, al salir solamente veo a mi hermano y a Tabitha.
—Logan, logan estas bien—termina Lucas con una cara de angustia y preocupación.
—Debería de no estarlo? —pregunto.
—Logan, cuando te pusiste de pie el instituto comenzó a moverse, a temblar—Lucas me mira con asombro.
—Logan, te sientes bien? —pregunta Tabitha
—Me siento de maravilla—lo digo porque así me siento.
—Lo único es que no recuerdo lo que paso después que me levante de mi asiento—lo cierto es que solamente tengo ese pequeño recuerdo de poder.
Luego de eso, no volví al salón de clases.
De camino a casa, iba sintiéndome poco a poco más cansado, más lento, más pesado.
Al entrar, fui directamente a mi habitación y me lancé a mi cama.
—Logan, Logan—escucho que dicen mi nombre, esa voz se escucha muy leve, y me parece conocida.
—Logan, siempre lleva colgando de cuello lo que te di, pero ocúltalo siempre—recuerdo eso, es mama.
—Mama, Mama—A lo lejos veo una silueta, no tan clara parecen pixeles que se encuentran en movimiento.
Sé que es mama.
Veo que la figura que parece ser su boca, se abre para intentar decirme algo, pero ya no la escucho.
Estiro mi mano para poder agarrar la silueta de su mano.
Entonces despierto.
Y al despertar lo veo.