—¡Entonces ven y muestrame lo que tienes, Sanderict! —Exclama Ash sintiéndose muy sobrado, como si ya tuviese la pelea ganada.
Hay varios estudiantes viendo lo que sucede entre nosotros, pero no veo a ningún profesor cerca. Parece que aún no se han enterado o están en camino.
Sigo arrodillado en el suelo con una mano en el abdomen tratando de recuperarme del impacto. Estoy a 2 metros de él. Ahora estira su pierna hacia muy arriba y la hala con fuerza. Logro esquivar el ataque, estuvo a casi nada de desplomar mi cabeza contra el piso. Noto que logró partir un poco el suelo, ese don le da mucha resistencia y dureza. Me balanceo y le doy 3 golpes en el abdomen y uno desde abajo a su barbilla, eso mientras recoge la pierna. Rayos, no le pude hacer nada de daño. Boonie lo había derrotado relativamente fácil.
Me golpea con su puño derecho en la cara, y me hace caer al suelo. A pesar de ser de goma, sus puñetazos duelen; ni siquiera me he podido recuperar del daño que me hizo en mi abdomen. Seguidamente, da patadas en mi espalda y en las costillas estando yo en el suelo.
—No deberías de seguir viviendo, formas parte de los peligros que acechan a los magos. —Opina mientras me pisa en las costillas. —Tal vez tuviste que quedarte en la vida humana y no haber pensado si quiera en venir acá.
Al escuchar eso, siento que mi cuerpo se hierve. Se me sube la temperatura y...¡¡BOOM!! Se crea una gran explosión que libera llamas azules. Ash sale volando varios metros y cae al suelo inconsciente, casi sale de la plaza. Los estudiantes se apartan y dispersan. No logro levantarme y, al ver a la profesora Mercy acercarse, simplemente cerré los ojos a esperar lo que pasará.
¡Por fin usé por primera vez mi don!
1 hora después...
—En vez de darle un castigo, le pondré un strike al muchacho. —Le informa Prometheus a Mercy.
—Como decidas, Prometheus. —Le dice Mercy de brazos cruzados. —Drake, a los tres strikes quedas expulsado para siempre de la escuela. Toma en cuenta que tu falta ha sido muy grave. —Me informa y se retira con expresión molesta.
Prometheus no me dijo nada al respecto, parece que no quiso opinar de lo que sucedió. Ash también tiene un strike en su registro como estudiante. Debo evitar lo mejor posible estos conflictos. Por lo que pude notar, en verdad lo dejé inconsciente; además, le creé muchas quemaduras en varias partes de su cuerpo y calciné casi toda su ropa. Vaya poder tan atroz. Aunque se recuperará por el don de la doctora Lizz.
Me encuentro en las bañeras de la escuela. Es un lugar grande con muchos lavamanos, bañeras y jacuzzis cuadrados. Es un ambiente de relajación, como si fuera un spa de buena calidad. Los géneros son separados, las chicas tienen su propio salón de baño. Estoy solo, ya que decidí bañarme a las 6:00 am. Prefiero hacerlo así, porque de esta manera no siento directamente el rechazo de los demás.
—¿Qué hace alguien bañándose a esta hora? —Escucho una voz de chica, y me alarmo.
—Ahm, simplemente quise bañarme a esta hora, antes de recibir clase a las 8. —Respondo mientras busco en donde está con la mirada.
—Bah, capaz estabas haciendo cochinadas. No tienes que mentir. —Me dice sin creerme. La escucho muy cerca, pero no logro verla. —¿Entonces? —¡La escucho al lado mío!
¿Es un fantasma? La logro ver, pero muy opacada. Trago saliva, siento escalofríos, y mi miedo se incrementa cada segundo que pasa. Jamás había visto un fantasma.
—Entiendo el hecho de que te asustes o que sientas miedo. Al fin y al cabo, casi todos lo tienen la primera vez que me escuchan o ven. —Confiesa a un metro de distancia de mi, dentro del jacuzzi. Me tranquilizo poco a poco.
—Vaya...es que ni había visto algo igual. —Le confieso algo tenso.
—No tienes por que preocuparte. Esta escuela es bastante segura, y donde más puedes encontrar problemas es con los estudiantes. —Confiesa. Asiento con la cabeza dándole la razón. Tiene una voz bastante suave y agradable para mis oídos.
—¿Eras de esta escuela? ¿Tu don te permite ser un fantasma? ¿Qué haces aquí? —Le bombardeo a preguntas.
—Fui estudiante de esta escuela y se puede decir que ahora soy parte de la misma. Soy un fantasma por una maldición que me hicieron. Mi don me permite copiar todas las voces que haya escuchado. —Me responde calmadamente.
—Ouh, es un don tipo paramesia curioso dependiendo de como lo uses. En este caso tu voz me agradó mucho. —Le agrego y opino poniendo una mano en mi entrepierna para cubrirla. —Espera, ¿dijiste maldición?
—Desgraciadamente si, un chico que era de mi clase de 5to año pudo aprender ilegalmente de magia negra, y me lanzó una maldición —Cuenta haciendo pucheros. —Por cierto, soy Jessie. Merodeo por la escuela y converso con los profesores. —Me extiende la mano para estrecharla. Yo la estiro, pero no logro tocarla.
—Yo soy Drake. Ha sido un susto y gusto el conocerte. —Me presento mientras recojo mi mano, y ella se ríe.
—Eres un niño de primer año apenas. —Asume mientras se ríe. Yo frunzo el ceño. —Los que tienen poca magia no son capaces de tocar a los fantasmas.
—Ahh, ya comprendo, y ¿cuánta magia necesito para eso? —Le pregunto levantando una ceja.