C8: Nuestros mayores miedos

—¿Qué dices? Me parece súper raro que exista una habilidad que te permita crear jugos. —Opina Boonie a Kevin.

—No les miento, conozco al dueño de ese negocio, y ese es su don. —Confiesa Kevin convencido mientras los cuatro subimos las escaleras.

—Bueno, si lo dice así. Yo crearía un negocio de bebidas y jugos, si tuviera esa habilidad. —Confiesa Leo.

Han pasado dos semanas más. Estamos a finales de mayo, y la directora ha permitido que se diera una clase especial, pero dentro de uno de los salones. No dejará que se hagan actividades al aire libre. En este momento, nos estamos dirigiendo al salón, del cual queda en los pisos de arriba.

Durante esas dos semanas, hemos compartido mucho con Kevin. Resulta que yo perdí la apuesta aquél día, y tuve que brindarle una cerveza. Justamente estaba Leo tomando, y nos quedamos hasta casi las 9:00 pm, donde logramos conocerlo. Él tiene un don que le permite convertir objetos en armas, es de tipo paramesia.

—Muy bien, jóvenes. El día de hoy la clase la daré yo. —Informa la profesora Alba cuando ya todos los de 1er año estamos presente. —Esta podría ser mejor al aire libre, pero recibirla en un salón amplio no lo impide en absoluto.

—¿Por qué toman las medidas tan estrictamente, profesora? —Pregunta Bakugo estando al fondo.

—Son las medidas que ha tomado la directora. —Le responde, y desvía el tema. —Hoy tendrán que enfrentar sus peores miedos. —Informa mientras toma un cubo del tamaño de su mano. —Esto es un objeto capaz de mostrar sus más grandes pesadillas, ¿alguien sabe cómo se llama?

—Es un Object Phobia. —Responde una chica bastante linda en una esquina.

—¡Muy bien! Si, este es un Object Phobia. Al activarlo, se convierte en uno de los miedos más fuertes de la persona que más este cerca. —Nos explica Alba mientras lo coloca en el medio de la tarima. —Deben ser capaces de enfrentarlo sin sus dones.

—¿Se refiere a luchar contra eso sin poderes? —Pregunta Ash.

—Exactamente, tendrán que realizarlo durante un minuto. El objeto será capaz de hacerles frente, ya que la magia que tienen es débil. —Explica, y se baja de la tarima. —Ahora, los iré nombrando, y así irán pasando.

Fuimos por turnos cada uno a la tarima para enfrentarnos con lo más temible de nuestras entrañas. Sin hacer uso de nuestros dones, debemos ser capaces de tocar el centro del cuerpo transformado que allí se encontraría el cubo.

—Dimond, Leo. —Lo nombra la profesora, y él pasa a la tarima.

Cuando él se acerca al cubo. Este lo que hace es rodearlo de paredes y un techo, encerrándolo en un pequeño cuarto. Me hace pensar que tiene la fobia de espacios reducidos. Seguidamente, se escucha un grito de él, allí dentro. La profesora Alba le habla con delicadeza, haciendo que pueda darle fuerza y firmeza para llegar al medio. Se siente como él se arrincona a un lado sollozando. Alba no deja de apoyarlo ni de hablarle. Después de varios segundos, él logró tocar el centro apenas con la punta de un dedo; estando tirado en el suelo con los ojos cerrados.

—Vinslake, Kevin. —Lo nombra la profesora, y de igual manera sube a la tarima.

Antes de acercarse lo suficiente, él respira profundo. En eso, el cubo se transforma en una araña. Kevin cierra las ojos antes de ver la transformación, y se dirige a ciegas al centro. Al final, logró tocar el cubo sin necesidad de ver su peor miedo.

—Eso fue astuto, señorito Vinslake. —Le comenta la profesora mientras él baja.

—Ya conocía mi peor miedo, no iba a esperar que se transformara y viera semejante monstruo. —Le explica con una sonrisa mientras abre las manos y alza sus hombros.

—Sanderict, Drake. —Me nombra, y voy a lo que debo hacer.

El cubo esta vez se transforma en un demonio, grande y corpulento. Algunos en la clase comienzan a opinar entre ellos. Yo los ignoro. Se me hace extraño, ya que no me da miedo en absoluto. Capaz algo haya salido mal. La profesora se queda callada, esta vez no dice nada para apoyarme.

Me acerco con cuidado al centro, y no sucede nada. El demonio, que es muy robusto, solo se me queda viendo fijamente con una respiración acelerada y ruidosa. Yo lo toco en su abdomen estando en el medio de la tarima, pero no sucede nada. Vuelvo a tocar, lo hago varias veces. No se ve ningún resultado. La profesora comienza a darme ánimos, dice que lo siga intentando y que no me frustre. Le toco varias veces el abdomen, pero no consigo nada. Al desesperarme, le doy un golpe sin usar mi don. El demonio se ríe con bastante fuerza mientras me mira.

Estoy realmente confundido. No parece un defecto del cubo, porque la profesora me está apoyando, eso significa que mi mayor miedo ya se ha hecho presente. Apreto, empujo, golpeo y pateo el abdomen, pero nada funciona. El demonio cada vez más se ríe de mí. También se burla diciendo que soy muy débil. Tengo unas ganas fuertes de usar mi don, y mandarlo a volar como he hecho antes con otros enemigos. Después de haber pasado el minuto, el cubo vuelve a la normalidad, y yo caigo al suelo derrotado y frustrado. La profesora Alba sube a la tarima, me toma por los hombros para llevarme a donde están los demás.

—No entiendo lo que acaba de suceder, profesora. —Confieso con desánimo.

—Tu mayor miedo es no ser lo suficientemente fuerte como para afrontar retos grandes y exigentes. —Me explica mirándome a los ojos. —Otro de tus peores miedos que está ligado a este, es el que no puedas conseguir la solución de un problema.