Drake:
Esa misma noche antes de que se hicieran las 9:00 pm, conversamos con Jozu para permitirnos bajar al calabozo de la escuela, solo Lucy y yo. Él nos dejó bajar mañana. A penas tendremos 15 minutos para interrogarles antes de que comencemos clases, Ameba está muy atenta con nosotros después de aterrarla aquella vez.
Al siguiente día, como se había acordado, bajamos al calabozo. Jozu nos acompañó, y nos guío a la celda donde se encuentra Saray; ambos están separados a una distancia que evite comunicación entre ellos. Por lo que he visto, las celdas están vacías, no se suele tener prisioneros aquí, cerradas con llave, y casi completamente oscuras. El ambiente es frío, húmedo y silencioso, además de tener a muy pocas personas encerradas. Solo los pasillos pueden ser iluminados, esta vez por bombillos en vez de velas.
Jozu se frena, y nos señala la celda donde se encuentra Saray, aún hay que caminar un poco; el calabozo es algo grande por la cantidad de pasillos y celdas que tiene. Lucy y yo caminamos hacia allá y lo escuchamos recordarnos que solo tenemos 15 minutos. En dado caso de que nos tardemos un minuto más, él vendrá por nosotros. Llegamos al sitio, y la conseguimos acostada viendo hacia el techo y murmurar una canción.
—Saray, hemos venido para negociar contigo. —le confieso con firmeza.
Ella no responde, solo se queda murmurando una canción que apenas logro escuchar. La vuelvo a llamar por su nombre, y me ignora por completo. No contaba con que esto sucediera, pero era de esperar.
—¡Hey, muergana! —la llama Lucy agarrando los barrotes—. ¡Es contigo! —le dice ganándose su atención, esta deja de murmurar, y la ve con su ojo derecho sin voltearse.
—¿Muergana? ¿No tenías algo mejor que decir para llamar mi atención? —le pregunta mientras se sienta en su cama.
—Por lo visto, ha funcionado. —le contesta de mala manera soltando los barrotes.
—¿Qué es lo que quieren? —pregunta hablando lentamente—. No estoy de humor para negociar, y mucho menos con la razón de que estoy presa en esta porquería de calabozo.
—Queremos saber el por qué intentaste secuestrar a Drake. —dice Lucy.
—Me mandaron a realizar esa misión de infiltración. —responde aún sentada, esta vez mirando al piso—. Mi líder se interesó en conseguir el don que posee Drake. Así podríamos tenerlo todos, y lograr conseguir mucho más poder, dominando mafias grandes.
—¿Cómo podrían tener todos mi don? —pregunto confundido.
—En el lado de la mafia, están intentando conseguir de alguna manera algún objeto mágico que sea capaz de permitirnos tener otro don más. Solo es cuestión de tiempo para que se logre crear, y ya en ese caso nosotros tendríamos la ventaja de tener tu sangre con partículas de tu don.
—Eso es cierto, los dones vienen de nuestra sangre. —admite Lucy, y yo la miro con atención—. Lo más probable es que intenten crear un objeto que consiga hacer eso por medio de la sangre. —Agrega, y Saray afirma con la cabeza.
—Danos información de tus compañeros. —le ordeno.
—Decirte el plan que tenemos a estas alturas no lo arruina, pero el darte información acerca de ellos si. —me dice mientras arrecuesta su espalda en la pared aún sentada.
—Entonces negociamos, no veo posible que con el ministerio puedan siquiera tocarme. Lo más probable es que en vacaciones tenga total protección.
—Pero si te hablo acerca de ellos irán a detenerlos.
—Nosotros seremos los que iremos a por ellos. —le informo convencido y con determinación. Lucy me ve inmediatamente sorprendida sin creerlo. Por un momento, duda de que podría ser una mentira o broma.
—¿Qué? ¿ustedes solamente? —pregunta, y por primera vez nos mira a los dos.
—Si, seremos 5 estudiantes de primer año los que iremos. —respondo. Ella me observa fijamente.
—Dudo mucho que puedan contra ellos, pero en lo que menos confío es que en verdad vayan.
—Tienes una larga condena por lo que has hecho. Si nos das información de ellos, te liberaremos, y nos guiarás hasta donde se encuentren. —le aclaro negociando con ella. Esta se levanta de su camilla.
—¿Me dejarás usar la habilidad de Galahad para poder escapar?
—Claro, tal vez Jozu nos deje salir, y en ese caso, te escabullirás para poder escapar sin que se den cuenta en el momento. —le explico.
—Qué buena jugada. Al fin y al cabo, ambos tenemos intereses que se conectan. —comenta mientras se acerca a los barrotes—. Tú quieres ponerle fin a mi organización, y yo entregarle a ellos tu sangre. —dice, se rasca la cabeza y agrega:—. Está bien, pero solo te diré cuántos son y dónde se reúnen cada mes. El resto tendrás que conocerlo por tí mismo.
—Trato hecho, Saray.
Estoy seguro de que he metido a mis amigos más cercanos en un reto que pondrá en riesgo sus vidas. Yo principalmente daría la mía por la de ellos si fuese necesario.
Unas horas después...
—Es una locura lo que intentamos hacer. —opina Kevin preocupado y nervioso mientras camina con nosotros a la entrada de la escuela.
—Jozu conoce todo nuestro plan. —informa Lucy, caminando—. Él será la persona que se haga responsable del escape de Saray.