The Magic World

41: Pueblo de Lastres

Drake:

Bajamos al nivel inferior de donde entramos al pueblo. Las casas están siendo iluminadas por dentro con velas, aunque apenas atardece. Nos da un alivio cuando notamos que hay actividad en esta calle. Eso debe significar que la zona no se encuentra del todo desolada. Así que nos apresuramos para acercarnos y hallar a Boonie.

Toco la puerta de una casa que elegí al azar. No pudimos verla desde afuera por las ventanas, pero sí notamos que hay unas cuantas personas dentro. Duro unos segundos esperando sin recibir respuesta, así que vuelvo a tocar. De nuevo, nadie contesta a la entrada. Kevin toma varias rocas para crear ganadas de distintas funciones. Se está preparando para cualquier sorpresa. En eso, patean la puerta con fuerza, consiguiendo que golpee mi cabeza y retroceda. Me quejo por la molestia que ha causado, y en seguida noto que una mujer grande me apunta con una escopeta.

Tomándonos de sorpresa como justo había pensado Kevin hace unos segundos, otro hombre detrás a unos metros de distancia apunta con un rifle de asalto a la cabeza de él. Sin tomarse mucho tiempo para reaccionar, tira una granada cegadora en ambas direcciones para afectarles a ellos. Al mismo tiempo que les daña la vista parcialmente, a mí también lo hace por no cubrirme. Sin embargo, él me toma por el brazo, y me hala para guiarme en la huída. Las dos escopetas disparan simultáneamente, sin atinarle a nadie. De repente, varias personas nos están apuntando en distintas partes cercanas a nuestro entorno. Estamos rodeados de aproximadamente 15 personas armadas con fusiles, escopetas y pistolas.

—Esto es muy malo, Drake. —me informa, viendo hacia todas direcciones, sin soltarme—. No creo que podamos escapar o enfrentarlos y quedar ilesos.

—¿Qué? ¿Cuántos hay? —pregunto, aún cegado.

—Lo relevante aquí no son cuántas personas, sino quiénes demonios son ustedes. —aclara con firmeza una mujer.

—Creo que podemos conversarlo sin tener que llegar a una situación catastrófica o más problemática de lo que se encuentra. —sugiero, recuperándome de la ceguera.

—No somos asesinos, pero tampoco idiotas. —aclara el hombre de rifle con uniforme de sheriff—. Para salvar sus vidas, tendrán que realizar un interrogatorio con nosotros. Lamentamos que tenga que ser así, pero no queda de otra.

Pasamos a la casa que había tocado hace poco. De las 15 personas armadas que habían, 8 se quedaron vigilando el perímetro, escondidos en sitios específicos; el resto entró con nosotros. El sheriff y la mujer robusta fueron quienes nos hicieron el interrogatorio. Luego de explicarles durante diez minutos nuestra situación, aceptaron que nos quedásemos por un corto tiempo. Una vez ganamos confianza, las personas se dispersaron y solo seguimos conversando con tres.

—Están en lo correcto. Boonie pidió ayuda fuera del pueblo. —nos da la razón el sheriff mientras juega con su gorra del uniforme, estando sentado enfrente de nosotros en la mesa—. Soy Gerald, el alguacil de aquí. La mujer que fue a preparar un café es Rubí, una ciudadana. Por allá tienen a Jason, otro ciudadano pero joven.

—¿Me estás diciendo vieja? Que haya pasado los 40 años no significa que lo sea. —pregunta y aclara Rubí, molesta.

—No vale, mujer, solo digo que estás llegando a la meta. —confiesa para luego reírse.

—Entonces, ¿conocen a Boonie? —pregunta Kevin, curioso.

—Todos la conocemos. Ella es el brillo de este pueblo. —responde Rubí—. A esa niña la conocí desde el primer día que llegó a Lastres toda sucia, hambrienta, confundida, triste y con miedo. Pero, con solo unos meses aquí, hizo de este pueblo algo mucho mejor.

—En eso tiene toda la razón. —comenta Jason, apoyado al lado de la puerta, de brazos cruzados—. Es mi amiga de la infancia. Este pueblo era muy aburrido, metódico y estresante hasta que llegó ella con tanta energía por dentro que nos cautivó al resto.

—No tenía idea de eso. —confieso, un poco asombrado.

—A pesar de tener una personalidad tan bella que atrae a las personas, su pasado es todo lo contrario. —cuenta Rubí, dándonos café a cada uno—. Lamentablemente, aún no se ha podido lidiar con el problema que la sigue desde hace muchos años.

—Sí, y no quiero sonar mal por esto, pero ese problema también nos ha caído a nosotros. —confiesa Gerald, sosteniendo la taza y mirando fijamente la mesa—. De una forma u otra, perjudica a los que están de por medio.

—¿Cuál es el problema? —pregunto con seriedad, sin tomarme el café aún.

—Ella tiene el don del Steal Magic. Se considera como uno de los más grandes dones que otorga habilidades dominantes frente a otros. El Gobierno Mundial Mágico se ha interesado en poseerlo. Así que mandaron a unos asesinos a buscarla.

—Asesinos. —dice Kevin, encogiéndose de hombros.

—El gobierno ha contratado asesinos en serie para realizar misiones como esta en cubierto. —cuenta Rubí, sentándose al lado de nosotros—. Esto ha sido, durante muchos años, un plan en secreto que se intentó llevar a cabo, pero no han podido.

—Boonie estuvo muchos años escapando de ellos con ayuda de la gente de su entorno. —cuenta Jason—. No sabemos bien qué quieren hacer con el don de ella, pero tampoco pensamos entregarla.

—Es muy honorable que sean tan fieles cuidando de ella, aunque les cueste la vida. —opina Kevin con admiración.



#2153 en Otros
#128 en Aventura
#1435 en Fantasía
#225 en Magia

En el texto hay: personajes variados, combates epicos, lugares magicos

Editado: 27.10.2022

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.