43: Cariño de la gente

Lucy:

Leo tira una bola de fuego hacia la mujer, y carga a Boonie para llevársela rápido. Usa ambas manos y pies como propulsores, impulsándose velozmente. La mujer bloquea el ataque de él, dejando salir muchas púas de sus brazos y convirtiéndolos en las mismas. Abro mis alas e intento volar, pero otra púa sale de su pierna y raja la mía. Me genera un corte. Luego recibo un golpe con uno de sus brazos punteagudos en el rostro. Caigo al suelo, ensangrentada. La preocupación crece por cada segundo que pasa sin poder escapar.
Volteo para mirarla, ella también lo hace y muestra una leve sonrisa con el cigarrillo.

—Les hice una pregunta, aún no me han respondido. —insiste, mostrando un aura relajada y confiada.

—¿Acaso crees que responderemos a eso? —pregunto, irónicamente, con una mala expresión en el rostro.

—Mmmm, parece que tengo a una grosera en frente mío.

De repente Leo se devuelve sin Boonie y genera una explosión con ambas manos al lado de la enemiga. Supongo que la dejó en buenas manos o la escondió. Ella sale volando. Ha recibido un buen daño. En seguida me toma por los hombros y ayuda a levantarme. Aprovecho el momento para tomar mi bolso donde se encuentran Boky y Bookie para después volar junto a Leo. Mientras intentamos escaparnos, elevándonos al nivel del techo de las casas, la mujer se pone de pie y prepara un movimiento para impedirlo. He podido notar que le dolió bastante el ataque sufrido.

Alza un puño y con la otra mano sostiene el brazo como si se tratase de un arma a distancia. Después muchas púas salen disparadas de su piel a gran velocidad. Estas conectan con los muros y techos de las casas, atravesándolos debido a que intentamos evadirlas. Ambos nos movemos bruscamente de lado a lado para esquivar. Al cabo de unos segundos, ya no estábamos a la vista de ella, tampoco decidió perseguirnos. Solo seguí a Leo de manera confiada a la zona en que se dirige. En este momento estoy pensando en curar mis heridas y que Boonie esté bien.

Líder de los asesinos:

—¿Cómo pudiste dejar que se escaparan? —pregunta Saruman, enfadado.

—No podía dejar a Drako solo. Poco antes de llegar, ví a varias personas armadas dirigiéndose hacia acá. —responde Úrsula, realizando gestos con las manos.

—Qué bien, perdimos la oportunidad de atraparla. —asume Barrok, sentándose en el suelo con su gran tamaño.

—Oigan, ustedes fueron quienes tardaron en llegar. Además, Boonie no debe estar lejos—les aclara un poco molesta mientras que reviso a Drako.

—Tiene quemaduras en varias partes del cuerpo y unos pocos moretones. También anda inconsciente de momento. —informo, al terminar de inspeccionarlo.

—Cierto, uno de ellos tenía la habilidad de fuego y otra una clase de pájaro con llamas incendiadas. —confiesa Úrsula, y se asoma
cuidadosamente para asegurar de que no venga nadie más por la calle principal.

—Para vencer a Drako, débiles no son. —opina Barrok, arrecostándose de un muro.

—El segundo más fuerte de nosotros. —les recuerdo, volviendo a donde están ellos—. Los tres se veían un poco cansados. Parece que no estaban al mismo nivel que él.

—Entonces, ¿tenemos a unos cuantos amigos de Boonie aquí? —pregunta Saruman, con sus manos apoyadas en la cintura.

—Es lógico que haya pedido ayuda y no a las autoridades. —le doy la razón—. Después de todo, como trabajamos para el gobierno, las autoridades no tendrían mucho qué hacer con nosotros.

—Esta vez no intenta escapar. Por lo visto, quiere plantearnos cara de una forma u otra. Aunque sea emboscándonos y eliminando de uno en uno. —comenta Saruman.

—Acabaremos con esto. —declaro mientras camino hacia la calle principal. Los tres me observan detenidamente—. Les generaremos dolor, sufrimiento, miedo y los debilitaremos tanto física como emocionalmente. Así que pueden hacer lo que se les dé la puta gana con tal de conseguir traer a esa muergana.

Lucy:

Subimos al nivel dos de altura del pueblo. Esta parte se ve mucho más cuidada y protegida que de donde entré. Tuvimos la suerte de que muy cerca estaban pasando un grupo de personas armadas junto a Kevin y Drake.

—¡Chicos! —los nombro, dándole un fuerte abrazo a Drake—. Aunque nos hayamos despedido hace unos pocos días, me alegra mucho verlos de nuevo.

—¡Lucy! ¿Te encuentras bien? —pregunta, devolviendo el abrazo e intentando ver de nuevo mi rostro ensangrentado—. ¡Esas heridas debemos tratarlas ahora!

—Tranquilo, con el uso de la regeneración que me otorga mi don y con la asesoría de Bookie para tratar las heridas, no tendré problemas. —explico y me separo.

—¿Necesitarás ayuda? —pregunta una señora que se para al lado de él.

—Oh, no se preocupe. Conozco de medicina. —respondo, un poco sonrojada por la amabilidad que tiene.

—¿Se encuentran bien, brother? —pregunta Kevin, apretando manos y abrazándose de hombros con Leo.

—Mi mañana comenzó bastante tranquila hoy, y de repente me conseguí una noche muy agitada, la verdad. —le cuenta Leo, encogido de hombros y mirando al suelo por lo cansado.

Veo como Boonie pega brincos de emoción y abraza con mucha fuerza a cada una de las personas que se encuentran aquí. De igual manera, la gente recibe su regreso agradablemente. Según me explica Drake, ella estuvo escondida en una parte del pueblo sin haber tenido una llegada tranquila. Esto debido a que los asesinos ya estaban esperándola, sembrando terrorismo al cabo de poco tiempo. Me alegra bastante lo bien que se ve ese gran cariño que se tienen todos en conjunto. Eso se hace notar en estos pocos minutos. Mi amiga, además de famosa, es muy querida por los habitantes de aquí. Lo creo sin duda alguna.