Boonie:
—Boonie, despierta, ¡despierta! —dice Gerald mientras me agita en la cama.
—Ge- ¿Gerald? ¿qué haces en esta casa? —pregunto, confundida, frotándome los ojos. Él recoje algunas de mis cosas y las guarda en dos bolsos grandes.
—Tenemos que irnos de inmediato. Han descubierto tu posición.
—¿Te refieres a...? ¿Y dónde se encuentran mis padres?
—¡No tenemos tiempo! Le prometí a tu madre que te protegería bajo cualquier costo. Aún no sabemos dónde están.
—Entonces, no me iré. —declaro decidida de brazos cruzados—. No pienso escapar dejando el lugar donde acordamos reencontrarnos.
Él me toma por la muñeca, y jala con fuerza para traerme a la salida. Pongo fuerza e intento quitarlo, pero no consigo nada. Se aguanta por varios segundos mis golpes y berrinches. Sin poder evitarlo, las lágrimas recorren mi rostro al ser soltadas por la impotencia que tengo. Cuando salimos Centrius se encontraba afuera esperándonos aparentemente.
—Ha sido muy bueno que consiguieras esta amistad hace una semana. Él es bastante inteligente, y me ha hecho saber, con facilidad, que desea ayudarnos. —comenta, mientras sigue jalándome.
De repente un hombre lo golpea en el rostro, tomándonos de sorpresa. Este cae al suelo, junto con los bolsos, sufriendo por el dolor. Rápidamente me doy cuenta que quiere llevarme a la fuerza cuando se acerca y toma mi brazo. Intento hacer que me suelte, pero posee una gran fuerza comparada a la mía.
—¿Por qué hacen todo esto? ¿Por qué quitarle la vida y hogar a tantas personas por mí? ¿Qué planean para usar a una niña tan simple como yo? —bombardeo a preguntas, soltando lágrimas de miedo y tristeza.
—Una niña como tú no entendería los planes que tiene el gobierno. —responde fríamente, con una mirada que me paraliza por lo intimidante que es.
—¡Déjala quieta, Dynamo! —exclama Gerald, mientras le apunta con una pistola. El hombre voltea y la bala que ha sido disparada impacta en su frente. Cae al piso y me suelta. Comienzo a correr hacia la dirección contraria, y se levanta quejándose del dolor. —Maldito monstruo, aguantó el balazo.
—¿Eh? ¿cómo alguien puede resistir un tiro en la cabeza? —pregunto, impresionada.
—Eso dolió, pero no podrás matarme con esa arma tan insignificante.
En ese momento veo a un hombre de 4 metros destruir una casa como si fuera de juguete. Tres personas adultas están enterradas bajo los escombros, y este tipo tuvo el descaro de pasar por encima de ellas. Debido al miedo que me transmitió al verlos correr hacia mí, dejé que Gerald me montara en el lomo de Centrius junto a él. Luego comenzó a elevarse rápidamente y evitó que nos atraparan ambos hombres... o monstruos. De repente Teddy sale del bolso que tiene Gerald en el hombro y cae a donde están los malvados.
—Ellos son unas de las personas que te estaban buscando. —informa Gerald, teniendo los bolsos entre sus hombros detrás mío.
—¡¡TEDDYYYY!! —grito con todas mis fuerzas, balanceándome a un lado. Gerald me sostiene para evitar que me caiga.
—¡Boonie! ¡Ten más cuidado con lo que haces! —exclama, recibiendo un susto por haberme visto a punto de caer.
—¡Tienen a mi mejor amigo! ¡No podemos dejarlo allá tirado! —exclamo. Él se da cuenta de ello, pero no comenta nada al respecto. Lentamente las lágrimas comienzan a salir de mis ojos. —No quiero perder a otro ser querido más. Ya no volveré a ver a mis padres.
—¡Hey, hey! No tienes que comentar eso. Hay que tener esperanza de que serán una familia feliz de nuevo.
—¿Acaso la dejaremos escapar? —pregunta el hombre grande.
—Ninguno de nosotros cuatro posee la habilidad de volar, y si la tienes, sería un buen momento para usarla. —contesta el tipo duro, y nota que cae Teddy cerca de ellos. —Además, los soldados del gobierno deberían dispararles. La necesitamos viva o muerta.
—No comprendo eso todavía. ¿Cómo puede extraer el don de ella estando muerta? Se supone que cuando una persona fallece, el don recae en otra.
—No son asuntos de nosotros opinar o indagar acerca del tema. Basta con el hecho de tener el permiso de matar a quienes querramos.
Observo cómo el hombre que sobrevivió al balazo toma a Teddy, lo alza, y estruja con mucha satisfacción. Me sonríe y reta a que vaya a por él para rescatarlo, pero Gerald me sostiene con su mano evitando que realice algo impulsivo. Luego el tipo le arranca la cabeza a mi mejor amigo. Eso se sintió como una buena punzada en el corazón. Quito la mirada inmediatamente para evitar sentir más dolor. De esta manera, nos alejamos junto a Centrius.
Llegamos a otro pueblo después de varias horas volando. Este se llama Lastres. Es un lugar bastante bonito por la vista que tiene desde la montaña y el mar en frente. Ambos nos bajamos de Centrius, y Gerald busca con quién hablar para conseguir hospedarnos acá.
—Así que me salvaste después de todo. Espero que no sea por creer que me debes algo. —le digo a Centrius. Este realiza un sonido de caballo de manera muy alegre—. Lamento haber sido una carga para tí y otras personas. Estoy muy agradecida por lo que has hecho por mí.
Han pasado 2 meses desde que llegamos. Finalmente conseguimos quedarnos por un muy buen tiempo. Comencé a vivir con una señora ama de casa llamada Rubí. Gerald también duerme en esta casa, pero me deja al cuidado de ella por su trabajo tan ocupado y riesgoso.