Leo:
—¡¡GERAAAAALDD!! —grita Boonie, soltando muchas lágrimas mientras es abrazada nuevamente por Rubí—. Siempre fuiste mi gran e increíble héroe. Estuviste para mí cada día, y cumpliste la promesa de mi madre hasta el final.
—Joder. —me quejo con voz temblorosa, ayudando a Lucy con los tratamientos de primeros auxilios—. No puedo seguir aguantando esto.
—En verdad era un muy buen hombre. —opina Jason, y deja de revisar las tarjetas.
—Chicos, me entregaré ahora mismo. —nos informa Boonie al levantarse del suelo—. Tenemos que ponerle fin a todo lo que está sucediendo. Si no lo hago, más gente saldrá perjudicada.
—Pero, ¡Boonie! Esa no podría ser la mejor idea. —comenta Rubí con mucha preocupación.
—Es lo que debo hacer. Me ha tocado esta vida llena de tantos cambios e irregularidades y tan nefasta que ya no quiero seguir. Prefiero que me usen a que más personas salgan perjudicadas.
—¡No! —exclama Drake inmediatamente—. Todas estas personas dieron la vida para mantener su hogar a salvo. Eso cuenta a los familiares, sus viviendas ¡y, sobretodo, a los vecinos! ¡Ya que su hogar también es la propia gente! y tú eres parte de ello.
—Drake, qué comprensible. —comenta Lucy, en voz baja, mirándolo atenta.
—Oye, recuerda que no estás sola, niña. —le dice Kevin con suavidez, posando con una metralleta en el hombro.
«Así que estos son los amigos de mi princesa» piensa Rubí.
Sin poder resistirlo más, la furia me invade y domina de tal forma que no lo pienso dos veces para actuar. Corro lo más rápido que puedo hacia donde fueron los asesinos desgraciados. No soporto ver a una persona sufrir, independientemente de que la conozca o no. Desde niño, siempre fui querido y admirado por los demás debido a mi raza. Pero incontables veces pude observar cómo discriminaban a otros y realizaban injusticias. Es imperdonable lo que han hecho estos sangre fría con tal de conseguir sus propios beneficios.
—¡Joder! ¡Leo se ha ido directo a por ellos! —informa Jason al darse cuenta.
—Es muy imprudente. —opina Lucy, levantándose y dejando a los heridos reposar—. Puedo detenerlo con mi velocidad al volar.
—No lo hagas. —ordena Drake, determinante. Ella lo mira confundida—. Iremos detrás de él para cubrirlo. Es momento de darles una lección.
—Vaya, no creí que escucharía eso tan pronto. —confiesa Kevin con una sonrisa leve.
—Chicos, cada uno de nosotros vino aquí por voluntad propia para ayudar a Boonie. Debemos tomar en cuenta que estaremos por dejar nuestras vidas en riesgo de nuevo. Así que den todo lo necesario para continuar con la aventura juntos. —dice Drake con una pose de espaldas al contraste del resplandor de la luna.
—Claro que sí. —contesta Boonie.
—Está más que claro. —responde Lucy.
—Ujum. —dice Kevin.
—Boonie, tú debes quedarte. Eres la persona que están buscando. Más que luchar contra tí, intentarán capturarte. Lo mejor es que esperes en un lugar seguro. —le dice Drake. Ella asiente, viéndose más desanimada por no poder ayudar—. Jason, necesitamos que te encargues de cuidarla.
—Cuenten conmigo y las personas que aún pueden defender.
—Rubí, por favor, cuida de las personas que se encuentran heridas. Te dejaré a Bookie para que pueda orientarte a cosas sencillas capaces de realizar. —le pide Lucy, y le entrega a Bookie.
—Confía en nosotros, Lucy. —responde con una sonrisa leve que muestra seguridad.
Después de correr por unos cuantos segundos, visualizo a pocos metros al bando enemigo. Los cuatro se encuentran casi en la bajada hacia el tercer nivel caminando. Comienzo a elevarme un poco, usando ambas manos y pies como propulsores.
—¡¡HEY, HIJO DE PUTA!! —llamo al líder, muy furioso. Este voltea tranquilamente, sin percatarse que voy a toda velocidad.
Cada uno de los asesinos prestan su atención en mí, pero voy directo al líder con mucha rapidez. Este nota que voy al ataque. Sin embargo, no le da tiempo suficiente como para defenderse. Así que extiendo hacia atrás mi brazo ardiendo, y preparo un poderoso puño que contiene gran parte de mi enfado.
«Con las llamas de mi corazón, enciendo este puño de fuego capaz de liberar el dolor del pueblo» digo en mi mente, y cierro los ojos para concentrarme.
Después conecto un extraordinario y poderoso puñetazo en su rostro. Mi alrededor está cubierto en llamas liberadas sin control. Los otros tres asesinos consiguen cubrirse del fuego, y retroceden varios metros por la explosión que he generado en mi entorno por mi ataque. El líder recibe un tremendo impacto en la cara que lo hace ser disparado hasta chocar contra una gran tienda. La atraviesa casi por completo, llevándose con sigo una ventana, dos paredes y varios objetos dentro.
Luego respiro profundo para recuperarme. He usado bastante fuerza en este momento, y ya he luchado contra uno de ellos antes. No estoy con toda mi energía mágica y fortaleza física ahora mismo.
—¡Maldito! ¡Lo atacó con una gran potencia! —exclama el hombre de escamas.
—Mejor no perdamos el tiempo. —sugiere la mujer con una sonrisa maquiavélica, sacando varias púas de sus manos.