The Magic World

C50: Kevin vs. Barrok

Kevin:

Bajo al tercer nivel por el barranco para seguir al hombre grande llamado Barrok. Una vez que llego, él sale de la casa que tengo enfrente de manera sorpresiva, e intenta aplastarme con su enorme cuerpo. Lo evito con un movimiento brusco y ruedo por el suelo hasta levantarme. En verdad me asombra la capacidad que muestra poseer.

—Con que te gusta demoler y destruirlo todo. —digo, con el lanza granadas apoyado en mi hombro.

—Existen personas miserables que acaban con tus cosas solo para molestarte. Está muy claro de que me harté. No conseguí mantener la ira dentro de mí. —me cuenta, recogiendo su brazo.

—¿Por esa misma razón preferiste darle fin a las cosas de los demás?

—En la escuela, solían romper y botar todo lo que llevaba. Me amenazaban en no contarle nada a ninguna persona que pudiera ayudarme. Esa fue una mala decisión que tuve, el hacer lo que me decían.

Evito ser tacleado por él, realizando otro movimiento brusco. Este atraviesa la mitad de una tienda como si fuera hecha de madera. Luego se devuelve, y recibe varias explosiones del lanza granadas. Consigo mantenerlo parado mientras le genero buen daño. En seguida toma un poste y lo tira para que me detenga, el cual lo consigue. Al dejar de atacarle, tiro una granada cegadora. Esta parece que le molesta, pero no tuvo un efecto notable. Sin darme más tiempo para defender, me da dos puñetazos que cubren todo mi pecho y abdomen. Estos hacen que sea empujado y caiga tirado al suelo.

«Joder, está bien claro de que tiene el don tipo zoan del rinoceronte. Además de los cuernos que posee, tiene una muy mala visión. Esto quiere decir entonces que para detectarme usa sus oídos y olfatos» analizo.

Intento resistir el dolor tan fuerte que me ha generado. No piensa dar tiempo a descansos, así que viene directo, apuntando con su cuerno y en dos patas. Consigo esquivar el ataque por muy poco, rodando por el piso. Al levantarme, bloqueo con ambas manos. Suelto, sin querer, el lanza granadas, y recibo un puñetazo que logra impulsar mi cuerpo unos cuantos metros. Soy arrastrado por el suelo, y me pongo de pie lo más rápido posible.

—Mi padre me ayudaba a realizar las tareas de manualidades que pedían en la escuela. —sigue contando mientras se acerca lentamente—. Pero siempre los mismos seis niños destruían lo que nos tomaba horas y horas en construir. Buscaban el momento oportuno donde estaba solo.

«Este hombre debe tener alguna clase de forma híbrida, ya que su cuerpo no es completamente humano ni rinoceronte. Es la combinación de ambas» continúo analizando.

—Todos esos años silenciándome por ser un miedoso. No querer causar problemas ni peleas tuvo como consecuencia tener que aguantar las molestias de esos seres repugnantes.

«No tengo la certeza de cómo funcionan los dones Zoan, pero creo que su forma híbrida le permite gastar menos energía mágica. Eso puede suceder con cualquier transformación. Según Merlyn, si cubres todo tu cuerpo en acero, la magia se agotará mucho más rápido a cuando solo es una parte del cuerpo. Sin embargo, la segunda opción es menos eficiente».

Barrok lanza dos puñetazos que rompen el suelo al ser esquivados por mí. Retrocedo unos metros para tratar de mantener la distancia. Toco un banco, y lo convierto en una escopeta y más balas de lanza granadas. Pienso tenerlas guardadas para cuando la consiga de nuevo. Él corre, preparando un ataque con sus cuernos. Disparo varias veces con la escopeta, y se debilita por cierto tiempo.

—Jamás le había dado tantas veces al objetivo sin que terminase el combate. Se nota esa gran resistencia que tienen los Zoan. —confieso, mientras recargo la escopeta. Él toma unos segundos para recuperarse.

—Mi dureza es la gran característica que tengo.

Vuelve a estar de pie. Esta vez no intenta acortar la distancia, sino tirar varios objetos de manera continua. Evito ser golpeado por dos bancos que lanza. Después por un poste y un gran árbol que termina cayendo en frente mío. Me toma de sorpresa al pasar del mismo, y usa su cuerno para alzar mi pierna muy alto, consiguiendo hacer que vuele. Caigo en el techo de una tienda, llevándome un buen golpe en las piernas y brazos. Trato de resistirlo para seguir el combate.

Después toma, con ambas manos, parte de la estructura, y ejerce una increíble fuerza para elevarla. Gateo, aguantando el dolor, hacia el otro extremo del tejado. Las letras grandes del negocio caen cuando lo alza unos cuantos metros sobre el suelo. Me sujeto de la otra punta, y trato de quedar parado para lanzarme a la cancha que se encuentra al lado. Este tira la tienda detrás suyo por encima de su cabeza, impactando con otra y destruyéndose ambas. Logré saltar y sostenerme de la cerca de alambre que tiene la cancha alrededor. La escalo y me tiro al otro lado para quedar dentro.

—Al menos tuviste a un padre que te ayudaba con las tareas. En mi caso, él ni siquiera se preocupaba por mí. —digo, convirtiendo la banca que tengo al lado en otra lanza granadas—. Pero eso no me convirtió en un monstruo, solo en una persona que quiere una vida sin depender de nadie.

—Todos reaccionamos diferente a las cosas que nos suceden. ¡No podrías entender mi pasado nunca! —contesta y corre, atravesando parte del muro y la cerca.

—Claro que no lo entiendo, pero tampoco nos espera un futuro de villanos y asesinos cuando alguien más hizo el mal en nuestras vidas. —comento, mientras le disparo con granadas ácidas.



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En el texto hay: personajes variados, combates epicos, lugares magicos

Editado: 27.10.2022

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