The Magic World

C69: Confía en mí

Alator:

—Ya llevan rato. —me digo en voz alta, y miro hacia el castillo. Estoy encima de una roca en la esquina de una pequeña cascada. —Dudo que los hayan invitado a cenar pollo con arroz.

Me cuestiono por varios segundos si voy para averiguar qué ha sucedido con ellos o no. Caigo en la decisión de que no iré. Ellos deben ser capaces de arreglárselas solos como equipo, trabajando unidos. Mi deber es guiarlos, mas no ayudarlos en sus misiones.

—Jum, me quedaré aquí a esperar. —Veo por un momento mi collar teletransportador, está inactivo. —Pero, ¿qué ha pasado?

Esto me hace pensar que hay alguien de muy alto poder que usa magia oscura. A tal nivel es capaz de desactivar ciertos objetos y armas mágicas. Probablemente sea de un nivel cercano o parejo al mío. Un mago clase C o B sería todo un peso enorme para ellos. Entonces buscaré la forma de encontrarlos sin interferir en la misión... o mucho mejor: encontrar al mago de ese calibre.

Boonie:

—¡Vete! ¡Yo me encargaré de ella! —le digo a Kevin, y él me mira con preocupación y dudoso.

—No puedo dejarte sola, ambos la ven...

—¡Que te vayas! —le interrumpo, sin quitarle la mirada a ella—. Leo tiene que ser salvado, no sabemos cómo está el resto y uno de nosotros debe mantenerla ocupada.

Leanne saca un arma grande y dispara una bola de energía eléctrica. Ambos nos movemos en direcciones opuestas para esquivar. La explosión fue medianamente potente. Creó un pequeño agujero en el suelo al impactar y la energía se expandió unos metros. Pudimos evitar ser dañados por poco. Aun así, nos levantamos rápido.

—¡Corre! —insisto a gritos.

—Ella usa armas mágicas, es una tiradora y armera. Lo mejor es que yo la enfrente, puedo hacerlo con mi habilidad. —sugiere Kevin.

—¿Estos van a dar tanta charla? Qué molestia. —se dice Leanne a sí misma, y nos apunta de nuevo. Volvemos a esquivar una y otra explosión eléctrica que tiró.

—Kevin, confía en mí. Yo quiero hacerme cargo. —le digo con una entonación más sutil. Él se mantiene mirándome por unos segundos y comienza a correr hacia el posible camino al castillo.

—¡Te veré luego, amiga! —exclama, bastante preocupado, pero al menos pudo confiar en mí.

—¡Claro! Lidiaré con esta chica. —declaro, y ambas intercambiamos miradas determinantes con una leve sonrisa segura.

Leo:

—¡Tengo que escapar yaaaaa! —digo, desesperado, jalando los barrotes de la celda.

—No has pasado ni media hora encerrado como para que estés así. Se nota que eres caustrofóbico. —comenta el vampiro anciano, acostado en su camilla detrás mío.

—¡Cállese! —le ordeno de muy malas—. Además de eso, tengo que ayudar a mis amigos en esta misión . Me frustra no poder hacer nada... ¡y el espacio de acá no es tan cerrado!

—Es cierto, peor es el olor que se concentra en este calabozo. —opina, y se tira un peo—. Uff, creo que parte de esa podredumbre la ocasiono yo, jeje.

Joder, si no hubiera metido la pata en un principio, posiblemente estaría haciendo justo lo que quiero ahora. En fin, lo que me importa en este momento es salir de acá. Debe haber alguna forma de salir sin necesidad de usar mi don... Bueno, creo que sería una espectativa muy alta, ando encerrado en el calabozo de un gran castillo, aunque abandonado y endeble en su estructura.

Dos lobos esclavos pasan por enfrente de la celda y nos echan un vistazo. Yo los observo detenidamente mientras pienso. No parece que tengan las llaves de mis esposas, pero sí la de esta celda. Son hombres lobo, humanos encantados y convertidos en animales con cierta habilidad mágica. ¿Habrá alguna forma de convencerlos o engañarlos para que podamos escapar? No cuento con la fuerza física del anciano, se está volviendo cada vez más mortal, y ya los vampiros no poseen su verdadera fuerza.

—Jeje, creo que me tiré otro peo, pero este fue más silencioso como un asesino exitoso. —confiesa el viejo, echado en la camilla. Los hombres lobo se quejan mucho por el mal olor.

Ambos fueron bastante sensibles por el olor, mucho más que yo. ¿Acaso no pudieron tolerarlo bien? Justo se acaban de ir a dar una vuelta. Jum, ha sido curioso.

Debo encontrar la manera de salir y ayudarlos.

Lucy:

Nos estamos acercando al castillo. Solo tuve que elevarme para conseguirlo y guiar a Drake y Collette hacia allá. No nos queda mucho por recorrer, pero varios hombres lobos los atacan. Drake amenaza con sus llamas de fuego, expandiéndolas, y Collette crea pequeños escudos de energía oscura.

—No podemos detenernos con ellos, la bruja ha continuado con el ritual, y Collette se está sintiendo más débil. —dice Drake—. No tenemos tiempo para entretenernos.

Me dejo caer unos metros y luego me impulso con fuerza hacia el suelo. Caigo de pie, extendiendo los alas y genero más llamas azules que espantan a los hombres lobos. Sin embargo, estos no se detienen, están acercándose otra vez.

—Entonces no tenemos opción, ¡sigan ustedes! —digo con determinación.

—¿Estás segura, Lucy? —me pregunta Drake. Collette solo me mira preocupada, su expresión es muy clara pero, a la vez, graciosa.



#20165 en Otros
#2589 en Aventura
#14747 en Fantasía
#3200 en Magia

En el texto hay: personajes variados, combates epicos, lugares magicos

Editado: 27.10.2022

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.