Leo:
Tiro varias bolas de fuego que impactan en un escudo creado por las brujas en conjunto. Me atacan desde ambos laterales. Esquivo los rayos mágicos que disparan con un buen salto. Pero una me golpea por la espalda mientras vuela en su escoba. La masa oscura me empuja hasta caer al suelo. Vuelvo a estar de pie rápido, y enseguida lanzan más rayos. Me muevo de lado a lado, usando mis pies y manos como propulsores. Finalmente conecto una patada en llamas a una de ellas, que esta cae al piso rendida.
—No puede poseer la habilidad de fuego. Ese es el don de la Maga Santa.
«¿Una Maga Santa con el don base de fuego?»
—Cierto, significa que estamos frente a un Dragon Slayer. —asegura otra de ellas.
—Con razón Evanora no quiso hacerle daño y prefirió encerrarlo. Son una raza muy importante y... valiosa.
«Me sabe a mierda que seamos tan sobrevalorados».
—Entonces atrapémoslo sin dañarlo tanto.
—Eso será un problema. —digo, y ellas me prestan más atención—. Porque mi don se basa en destruir. Si piensan jugar a las atrapadas conmigo, ¡déjenme decirles que mi intención es quemarles su puto trasero!
Cruzo ambos brazos extendidos y espero hasta que ellas se acerquen lo suficiente. Cuando ya me rodean pocos metros de distancia a mí, creo un círculo en llamas alrededor mío. Ellas retroceden para realizar otro ataque. Cierro los ojos y me concentro en sentir las llamas que he generado. «Tengo que ser capaz de dominarlas. Mi don es el aliado más íntimo». De repente notan que han sido encerradas en otra esfera de llamas. He creado dos para que no puedan atacarme fácilmente ni tampoco escapar. Las estoy ahogando con tanto calor.
Varias salen de mi trampa con la ventaja de trabajar en conjunto. Se ayudaron para conseguir un escudo mágico que resistiera las llamas. Pero claro, solo algunas pueden, no todas a la vez. Así que muevo el fuego en círculos y lo voy cerrando hasta que lo junto todo, tanto a la brujas como mis llamas, y las tiro lejos. Impactan contra una pila de rocas, quedaron detrozadas con ese ataque. Aunque todavía me queda la mitad por vencer y tendrán más cuidado después de ver esto.
—Hijo de puta. ¿De qué nivel es? ¿Contra qué clase de mago estamos luchando?
—Les quemaré su feo trasero por haberme dado problemas hace rato. —declaro mientras me trueno los dedos con una gran sonrisa—. Sobre todo a esa chica armera, me las pagará.
Cada una de ellas liberan de sus varitas masa oscura y las tiran hacia mí como cuerdas. Consiguen tomar mis extremidades y abdomen, estoy atado por esta cosa rara. Enciendo todo el cuerpo de fuego y quemo fácilmente las cuerdas. Se sorprenden por eso al igual que yo, creía que las masas oscuras eran más duras y pesadas. Entonces esa vampira está a un mejor nivel que todas estas brujas, comprendo.
—¡Leo! ¡No perdamos el tiempo! —exclama Lucy, llegando a donde me encuentro.
—¿Eh? ¿De qué estás hablando?
Las brujas tiran de nuevo la masa oscura, pero esta vez son bolas que se pegan a mi cuerpo. Una tras otra que consigo quemar sin problema con mis manos, pero son demasiadas que cubren mi piel. Aunque... encendí de nuevo mi cuerpo en llamas y se quemaron todas por completo. No sé por qué me preocupaba, resultan ser muy débiles. Finalmente Lucy llega a mi lado y les dispara una ráfaga de sus plumas. Unas cuantas cayeron al suelo heridas por su ataque.
—No tenemos tiempo, Alator me alertó de que algo peligroso está en el castillo. —me informa, agitada y preocupada. Yo mantengo mi cara de confundido, no sé qué podría ser. —¿Sabes si alguno de nosotros está dentro del castillo?
—No tengo idea.
—¡Pero acabas de estar ahí! ¿O no?
—Sí, pero no ví a nadie más que a un viejo loco que después corrió desnudo. ¿Qué te puedo decir? —contesto, extendiendo mis brazos a los lados.
—Pues, tenemos que llegar rápido, algo anda mal allá.
—¿Cómo nos pueden subestimar así? ¿Creen que se irán tan fácilmente? —pregunta una bruja mientras todas se elevan con sus escobas de manera imponente. Los dos las miramos sin mucha importancia.
Llamas de fuego candente quemaron sus cuerpos. Un puñetazo en llamas, el impacto de las alas del fénix, una patada encendida, un fuerte cabezazo azul, bolas de fuego y plumas duras siendo disparadas. No pudieron combatir con tanta presión. Una tras otra cayó rápido y se rindieron... o sus cuerpos lo hicieron.
—Bien, vámonos ahora.
—Espra, déjame hacer algo un momento. —le pido. Extiendo mis manos y, con mucho esfuerzo, calmo el nivel de ardor de mis llamas. De esta forma bajan hasta extinguirse por el bosque.
—¡¿QUÉÉÉÉÉÉ?! ¡¿Cómo pudiste eliminar tu incendio?! —Me aturde con ese grito y le pongo mala cara.
—Bahh, como muchos maestros nos dicen: "Debes practicar".
—Jum, debes enseñarme mejor. ¡Quiero aprender a controlar mi fuego!
Boonie:
Leanne dispara con sus pistolas hacia los árboles. De ellos salen telarañas al azar, en cualquier momento, por lo que tres me atrapan. Son sumamente pegajosas y fuertes. Sé que no debo esforzarme demasiado, ya que no sería una forma de librarme. Ella saca otra arma y prepara su siguiente ataque. Abro un poco mis manos y debilito la efectividad de las telarañas, pero preferí luego agarrarlas para que sea más rápido. En efecto, debilito sus habilidades mientras me vuelvo más fuerte. Consigo librarme poco antes de que el rayo lumínico me atravesara, lo cual pudo hacerlo con bastantes árboles detrás mío. He logrado hacerle frente debido a mi habilidad de absorción mágica. Ya me ha atacado varias veces con sus armas, pero debilito cada cosa que tira; también he conseguido devolver en algunas ocasiones los mismos elementos... o lo que ella usa como munición.