The Magic World

C94: Desventaja

—¡Rayos! ¡Siento que estamos perdiendo el tiempo! —se queja Drake, corriendo por uno de los espacios más abiertos en los pasillos.

Collette extiende sus brazos hacia ambos lados y libera la magia oscura. Esta opta la forma de los brazos y manos, consiguiendo tomar a dos piratas con una buena distancia. Luego realiza varios giros para golpear al resto. Acabó con quince de ellos en cuestión de segundos. Sus golpes son realmente fuertes. La masa que genera es más dura que cualquiera de un novato. Drake expulsa llamas azules a distintas direcciones. Los piratas no encuentran la manera de atacar sin ser quemados. Kevin les atina las balas, pero apunta a las zonas menos riesgosas. Tiene la intención de herirlos, porque están en el camino, mas no piensa quitarles la vida. Tristán se abstiene a solo verlos. De repente un pirata panzón se acerca gritando y preparando el ataque con su espada a toda furia. Pero este le metió un puñetazo en el rostro que lo dejó inconsciente.

Piratas: 0.

Tristán: 2.

—¡Agh! ¡¿Será que lo maté?! —pregunta él, preocupado, mientras lo revisa—. No, creo que sigue respirando.

—Todavía hay muchos piratas. —informa Collette, pisoteando a uno—. Significa que vamos por buen camino. Gibson debió haber pasado por acá.

—Entonces apresuremos el paso. —dice Drake.

Kevin tira varias granadas de conmoción, aturdiendo a los enemigos. Cuando saca de nuevo sus pistolas, una lengua larga es disparada y le quita ambas armas rápidamente. Lo tomó de sorpresa, pero se dió cuenta que vino de arriba. Alza la mirada, lo busca. Sin embargo, no consigue ver qué lo había dejado desarmado. El resto de sus compañeros continúan avanzando. Cierra los ojos, se concentra y respira profundo. Antes de recibir el ataque, voltea bruscamente, sorprendiendo al enemigo, y lanza otra granada de conmoción. Atsu fue capaz de saltar lejos para evitar ser aturdido. Luego ambos intercambian miradas determinantes.

—No sé qué hiciste para detectarme, pero te resultó muy bien. —confiesa en posición de rana.

—¡Drake, Tristán, Collette! —Los tres voltean y le prestan atención. —No se preocupen por mí. Nos veremos luego. Tengo que sacar del camino a este tipo.

—Jum, reconoces cuando un enemigo será un problema. ¿Qué cosa usas para saberlo? —dice Atsu, viéndose cómodo y agusto encima de una roca.

—¡Confiamos en tí, Kevin! ¡Nos encargaremos del resto! —confiesa Drake, y continúan hacia adelante.

En el otro extremo de los pasillos centrales...

«Estoy cerca», asume Alator, deteniéndose un momento.

Sangre. Un montón de cuerpos desmembrados. Nadie quedó con vida. No se escuchó el grito de auxilio que, posiblemente, trataron de realizar. Alator está pasando por un camino lleno de muerte. A pesar de eso, su experiencia no le permite temer. Por lo que continúa avanzando. A los pocos segundos, se encuentra a la mujer causante de tal desastre. Está mirando hacia una pared, sentada en una gran roca, en un espacio mucho más amplio. Se puede escuchar sollozando.

—Así que... eres la que ha dejado al montón de cadáveres atrás. —dice Alator con la intención de hacerse notar.

—Yo no, yo no, yo no, yo no... —repite varias veces la mujer, sin voltear. Frota ambas manos mientras se menea hacia adelante y atrás. —No quise, no quiero, no, no...

«Mierda, creí que sería alguien distinto, que usara su magia por intenciones malignas. A ella no la comprendo».

—Nadie puede ayudarme. Estoy sola. Ya pedí ayuda. No, nunca vinieron por mí. ¡JAJA! ¡Yo los maté! ¡¿Estás feliz por saberlo, Zuko?! Sí, buscaron ayuda para mí, pero acabé con sus vidas, ¡JAJA! —dice, abriendo los ojos en grande y con la mirada hacia la pared mientras abraza sus piernas—. ¿Tú viniste para ayudarme? Pues, ¡no puedes hacerlo!

Su poderosa aura se extiende de nuevo y alcanza la posición de Alator, quien se encuentra en la entrada del espacio amplio. Está seguro de que es la misma tensión que se sentía desde lejos, pero de cerca la vivencia es diferente. El cuerpo se tensa, lo siente cada vez más pesado y la respiración se vuelve un poco dificultosa. Había usado sus brazos para cubrirse. Sin embargo, al cabo de unos cuantos segundos, notó que no le sucedía nada además de esos efectos. La mujer, ya segura de que lo había matado, se ríe de manera descontrolada. Luego voltea y abre los ojos en grande de nuevo. Sigue vivo. Está conciente. No sufre ningún otro efecto.

«¿Qué...?». Ha quedado impactada. Lo observa detenidamente mientras se pregunta: «¿Cómo no ha...?»

—Vale, primero y antes que todo: mi cuerpo y aura son diferentes al resto. No puedes matarme con tu magia. —le explica sutilmente. Ella se levanta lento mientras continúa observándolo, atónita. —Mi resistencia física y el peso de mi poder mágico no es igual. Hasta creo poder tocarte sin problemas.

—¿Eres real? —pregunta, confundida—. Jamás había podido acercarme tanto a alguien.

—¡Es ella! —informa un pirata.

Como era de esperar, no duró casi para perder la vida al igual que sus compañeros que venían detrás. Uno sufrió dolores fuertes en el estómago y vómitos. A otros tres se les torcieron las extremidades hasta la cabeza. Otro tuvo varias fracturas severas. En efecto, las personas corrientes no son capaces de resistir el aura que causa sus muertes. Alator se mantiene pensante por unos segundos mientras observa cómo mueren antes de que pudiera hacer algo. Así han sido exterminados la mitad de los piratas de Gibson. Sus cadáveres se quedaron tirados donde muchos otros también murieron al entrar a la caverna Lady Death.



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En el texto hay: personajes variados, combates epicos, lugares magicos

Editado: 27.10.2022

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