C96: Nuestra salvación

En el pasillo del lado este de la caverna...

—¡Tú tienes una maldición! —le dice Alator a Lady Death seriamente—. Alguien usó magia oscura para realizar un hechizo poderoso.

—Sí, tienes razón. —admite con la mirada al suelo y hombros encogidos—. Me convirtieron en un monstruo que solo es capaz de matar. Un simple peón.

—Pero puedo llevarte con gente que ha estudiado ese campo para que logres ser la de antes. —le asegura mientras se acerca a pasos lentos y cuidadosos.

Ella vuelve a liberar su aura peligrosa, lo que genera pesadez en el cuerpo de Alator, y hasta un ligero dolor de cabeza. Grita desesperadamente, soltando lágrimas de sus ojos. Luego comienza a jalarse el cabello mientras balbucea. Alator continúa acercándose con mucho cuidado. El aura se siente más densa a cada paso que da. Abre las manos y extiende sus brazos para tratar de ofrecerle confianza y seguridad. Pero ella grita más fuerte, realizando movimientos bruscos para que se aparte. Él puede ver en sus ojos lo aterrada que está. Sabe que ha estado llevando traumas por la vida que le dejaron junto a esa maldición.

—¡Déjame, déjame! —exige, y trata de empujarlo, pero él es más pesado de lo que aparenta ser—. ¡Nadie puede arreglarme! ¡Tendré que seguir viviendo así hasta la eternidad!

—¿Eternidad?

—No quiero seguir lastimando a más nadie. Por favor, vete. —le pide con sus ojos cerrados.

«Entonces la maldición no solo se trataba de volverla un arma capaz de matar con facilidad. Resulta que también se volvió inmortal», deduce Alator, parándose un momento. «Para que alguien pueda darle la eternidad a una persona, debe tener altos conocimientos de hechicería oscura. Diría que ni siquiera conozco a un mago capacitado para eso».

—Cromprendo lo que estás pasando. Debe ser bastante duro para tí, sin duda alguna. Pero me ofrezco a ayudarte en cambiar tu posible futuro. No te aseguro que dejarás de sufrir. Solo busco la manera de que consigas tener una vida mejor.

—¿Cómo crees que puedas ayudarme? —pregunta ella. El aura se vuelve mucho menos densa.

—Las maldiciones son increíblemente difíciles de hacer, también para deshacer. Conozco gente que trabaja a diario en revertir hechizos, encantamientos y maldiciones. —le explica, y extiende su mano a ella—. Formo parte de las divisiones de un Mago Santo. Soy Alator. Si me permites, tal vez pueda ayudarte.

—Soy... —Por un momento, duda. Pero la leve sonrisa de Alator le hizo entrar en confianza. —Soy Jelena.

—Jelena, puede que tengamos una mala época, mas no significa que siempre tendremos una mala vida.

En la zona principal, el centro...

Un puente hecho de rocas se derrumba. El agua salpica por todos lados y se agita fuertemente. Los gritos de lucha y dolor se escuchan por doquier. Sangre derramada que decora el suelo a un escenario violento. Espadas chocando, las pistolas que, de un buen tiro, le quitan la vida a cualquiera. Un hombre ataca con ambas hachas, pero el tritón fue capaz de detenerlo con sus dos espadas, empujarlo y generarle varios cortes. Otro masacra a golpes a un pirata. Entre cuatro hombres consiguieron vencer a un tritón, jugando sucio.

En cuanto a números, los piratas de Gibson llevan ventaja con 1700 hombres mientras que los soldados de la princesa Mary son apenas 180 los que aún se mantienen en pie. Si bien es cierto que los tritones son mucho más fuertes que cualquier humano, el enfrentarse a varios al mismo tiempo les resulta complicado y desventajoso. Aunque Lady Death haya acabado con la mitad y que el equipo Sanderict se encargó de cientos al instante, todavía queda una gran cantidad de ellos. Siguen armados y con energías para luchar. Los tritones comienzan a perder fuerza. Además, estos sufrieron el ataque del Cracken.

—¡Señor! ¡Nuestras tropas caen más rápido con el paso del tiempo! ¡Son demasiados! —le informa un soldado a Mike mientras él vence a dos piratas fácilmente. Los manda a volar con su increíble fuerza.

—¡Señorita, ya está listo! —le informan a Lucy. Mike, preocupado, voltea para ver lo que sucede.

—¡Tiren! —ordena ella.

Entre varios tritones jalan un montón de cuerdas amarradas a una enorme pila de rocas. Al caer, los piratas se ven obligados a movilizarse y cambiar de posiciones. Se acercan hacia la entrada. Casi ninguno sufrió daños, pero unos cuantos caminos y espacios quedaron enterrados bajo las rocas. Otra decena de tritones salen disparados como proyectiles, apuntando a la zona donde se encuentra el enemigo regado. Los están apartando cada vez más. Al principio, Mike se preguntaba por qué han hecho eso. De repente entran cuatro tentáculos y destroza por completo a cientos de esos piratas. Mientras tratan de tomar mejor posición, porque saben quién les está haciendo esto, unos 40 tritones los emboscan. Han aparecido de distintas partes, sobre todo del agua.

—No puedo creerlo. Esa ha sido una increíble estrategia. —opina Mike con los ojos bien abiertos—. Y eso que yo soy uno de los líderes aquí. El que debe llevar todo el peso de mis soldados. Me siento más inútil.

—¡Mike! Voy a intentar curar a la mayoría de nuestros tritones. ¡Por favor, cúbreme mientras lo hago! —le pide Lucy, volando hacia una esquina de buena altura y vista.

—Ah, vale. Entonces me haré cargo de eso. ¡Trataré de ser el mejor apoyo!