The Magic World

C122: Proyecto X, Y, Z

Bolas de fuego azul lanzadas. Raider las esquiva yendo a una buena velocidad y acercándose al enemigo. Drake baja su mano y la alza rápido para liberar una ráfaga, pero Raider se trasladó hasta su lado antes de que lo hiciera. No le dio tiempo de reaccionar. La patada que conectó en el rostro fue tan potente que lo impulsó lejos, estuvo a un metro de caer del edificio. «No cabe duda, él tiene la fuerza física de Dynamo, tal vez mayor. Aún no conozco su don. Falta ver más de su potencial», piensa Drake mientras se levanta.

—¿Cómo supieron de nuestro escondite? ¿Raymond los contactó para que vinieran a Capital Angels? —interroga Raider.

—Vinimos por nuestra cuenta y nos topamos con un caso alarmante de las noticias.

—¿Se hizo tan viral? —Realiza un respiro profundo mientras pasa su mano por la cara. —Esa Maga Santa, Amber, nos jodió en grande.

—¿Amber? Leí que ella atrapó a uno de sus distribuidores.

—Sí, ahora se encuentra preso, y le obligan a pasar horas y horas de interrogaciones para sacarle información. Pero era imposible enfrentar a esa mujer, apenas pude escapar junto a otro de los míos.

—Comprendo. Lamento las dificultades que están teniendo, pero no podemos permitir que continúen.

De un momento a otro, Raider se acerca aprovechando su gran velocidad. Drake cubre ambos brazos de armadura y lo golpea en el abdomen. El puño se hunde ligeramente en su piel. Sin embargo, él dejó ser golpeado para contraatacar. Así consigue darle un fuerte puñetazo en la barbilla, logrando impulsarlo nuevamente. Sin embargo, se traslada más rápido, lo atrapa sujetándolo por la camisa y lo tira hacia el otro extremo. Esta vez Drake recibe mucho daño al arrastrarse por el suelo e impactar contra el muro bajo del borde. Comenzó a caer, pero se elevó con sus llamas.

—¿Por qué interfirieron en nuestro negocio? —pregunta Raider mientras esquiva sin problemas el gran puñetazo de Drake que rompe parte del suelo.

—Es ilegal, perjudica a los ángeles caídos, tomando en cuenta que no serán las únicas víctimas y, sobre todo, lastiman a muestra amiga. —responde. A la vez lanza varios puñetazos que Raider bloquea y esquiva con una leve sonrisa. Está seguro de su propia fuerza.

—¿Qué clase de razón es la última? ¿Vendrían aquí a meterse en algo tan peligroso por una amiga? —interroga. Cuando Drake intenta golpearlo, este se adelanta y de una dura patada en el abdomen lo manda lejos. —¿Cuánto dinero o beneficios les produce?

—Seguridad, confianza, amabilidad. Sentir que tienes a alguien que siempre busca ayudar a los demás. Ella se entrega a otros dejándose a sí misma en segundo lugar.

Raider corre e impacta un poderoso puñetazo en los brazos de Drake que lo bloquearon. Él trata de resistir todo lo que puede. «No es suficiente. Su fuerza física es demasiado alta para mí», piensa, preocupado. «Además, de alguna forma, se las arregla para predecir mis ataques. Sabe cuándo atacaré. Eso le permite jugar mucho en el combate». Luego su cuerpo aumenta su temperatura a los pocos segundos. Cuando su enemigo prepara un puñetazo de la mano libre, una extraordinaria explosión lo manda a volar y destroza su alrededor. El techo se está incendiado. Raider cayó cerca del borde con ciertas quemaduras notables.

—Eso fue muy divertido. —confiesa, quitándose la camisa dañada.

«¿No le hice tanto daño? ¡Liberé una buena carga de mi poder!», piensa Drake, asombrado por las pocas heridas de él.

—Ahora, comencemos el verdadero combate. ¿Quieres?

¥¥¥

Tristán había caminado hasta el final del primer sótano y encontró otras escaleras que lo condujeron al segundo. Estas son mucho más angostas. Guarda su tridente, colgado en la espalda y abre cuidadosamente una puerta metálica. Sus ojos se resplandecen al ver un laboratorio, donde está almacenada toda la droga de los distribuidores. Cientos de frascos llenos y listos para ser entregados a los compradores. El ambiente se mantiene frío con pequeñas máquinas que regulan la temperatura del lugar. Al lado derecho de la entrada son ordenadas cada dosis, toma cuatro para estar seguro. Luego le echa un vistazo a su alrededor. Hay máquinas al frente y del lado derecho. Tanto Collette como Tristán se asombran.

—Guaaoo. —reacciona la vampira y el tritón pega un brinco y un grito femenino—. Nunca había visto pantallas.

—¡Casi me matas del susto!

—¿Cómo es posible que existe tecnología aquí? ¿No se supone que en este mundo no la hay? —interroga con ambos puños apoyados en la cintura.

—Son cosas del mundo humano. Eso es lo que más me extraña.

—¿Para qué funcionarán?

—¡Espera un segundo! ¡No presiones alocadamente los botones!

—¡Pero estoy averiguando qué hacen! No sirven más que para realizar soniditos. ¡Bit, Buu!

—No debería hacerlo, pero si vuelves a tocar otro, te abofetearé.

—Ajá sí, ¿acaso eso me dolerá? —le reta Collette—. Bueno, tal vez sí un poco, pensándolo bien.

La pantalla grande que tienen enfrente es encendida por uno de los botones que presionó la vampira. "Proyecto X" era lo que mostraba, y pocos segundos después mostró distintos datos. Son muy contados la cantidad que pueden abrirse, casi todos tienen candados bloqueados llenos de misterio, sin título ni imagenes. Al tomarse su tiempo de ambos buscar la manera de abrir alguno, notaron que debía hacerse con el mouse. Tristán da click mientras que Collette le jala su cabello por lo ansiosa que está. El proyecto X se basa en las drogas, aquellas capaces de potenciar los poderes de cualquier individuo con un don. Las habilidades aumentan su efectividad y versatilidad. Este negocio es llevado a cabo por el propio dueño, quien Raider sería un subordinado.



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En el texto hay: personajes variados, combates epicos, lugares magicos

Editado: 27.10.2022

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