En el segundo sótano...
—¡Oye! ¡Retráctate de haberme chocado a propósito! —ordena Collette de mala gana con la señalación de su dedo.
—¿Retractarme? —pregunta Zhul mientras se levanta lentamente.
—Ahm, sí. De eso estoy hablando, andaba en un momento importante. —aclara con gestos de las manos—. Por cierto, ¿quién eres tú? ¿Un distribuidor?
—Tú estabas a punto de quitarle el sueño a una jovencita. Eso es imperdonable.
—Ahm, daah, ella tiene deseos malévolos. En comparación a aterrar visitas y clientes, sin duda alguna ese es peor.
—¡Jamás intentes arruinarle el futuro a alguien que ya lo tiene planeado!
Zhul se tira a por ella, pero es confundido por la velocidad en que esta viaja. Dirige la mirada hacia distintos lados hasta que la encuentra unos metros detrás, esperando que él se diera cuenta. —Tus sentimientos por ella son buenos, pero hay que comprender hasta qué punto están bien nuestras acciones.
Él extiende su mano y dispara un rayo de luz que ella esquivó por poco. Le había tomado de sorpresa su habilidad. Se traslada rápido hacia él, evita otro rayo y realiza una vuelta para conectarle una patada doble en el pecho. Este choca contra el techo y cae al suelo mucho más enfadado. Luego se levanta mientras abre la mano para absorber toda materia lumínica. Deja a Collette sin visión cuando sus ojos de Dragon Slayer se adaptan a la oscuridad. Inmediatamente va al ataque, pero deja de percibirla en un instante, ni siquiera puede olerla. Usó masa oscura para cubrirse. Sin embargo, se deshizo sola dos segundos después como ella también desapareció.
«¡Te atrapé!», escuchó de repente atrás suyo. No le dio tiempo de voltearse cuando ella conecta cinco golpes de mano abierta en puntos clave de la espalda. Zhul suelta un gemido de dolor al recibir los fuertes y rápidos impactos. Luego ella desliza la pierna por el suelo para tirarlo, pero una bola cargada de luz conecta en su pecho y la impulsa varios metros. Esa pequeña explosión de materia lumínica concentrada quemó parte de su camisa manga larga y el pecho. La respiración de Collette es agitada, así que primero trata de calmarla.
«Boah, acabo de llevar un buen susto. Los ataques de luz que lanza son potentes», admite Collette, despeinada y en posición de defensa. Zhul extiende sus manos y realiza un giro liberando dos rayos de luz que viajan por todo el pequeño sótano. La computadora se daña, varios frascos de dosis se rompen al igual que otros muebles de metal. «Esta chica no será tan fácil como el Dragon Slayer», asume él cuando nota que está pegada en el techo por evadir su ataque.
—Vaya, vaya. Parece que no estaba tan en forma como antes. —comenta Collette y se deja caer de pie—. Además de esa bruja, nadie me había exigido tanto esfuerzo.
—¿Te estás burlando de mí?
—Y ¿de qué se trata el proyecto Z? —le pregunta, ingorándolo.
—Bastarda. ¡Todos ustedes únicamente buscan arruinarle el futuro a otros! —exclama, enfadado.
—Y ¿tú permitirías las malas acciones de los demás?
—¿Eh? ¿A qué te refieres?
—¿Consideras que está bien maltratar a los ángeles sin alas y abusar de ellos? ¿Qué hay del negocio de tanto peligro que tienen? —interroga mientras se acerca muy imponente—. Si se trata de arruinarle los planes sucios y abusivos de unos por el bien de otros, entonces créeme que estaré de acuerdo en interponerme.
»¡Y lo haré o no me llamo Collette Miracle! —declara con pose de heroína.
«¿Lo dice en serio o en verdad se está burlando de mí?», se pregunta Zhul y en seguida la pierde de vista. Tras su búsqueda con la mirada, recibe un duro puñetazo de masa oscura en la mejilla. Collette ataca a cierta distancia usando la masa como si fuese de goma. Él se reincorpora rápido, pero la vuelve a perder y la consigue a dos metros arriba. Luego ella expulsa masa y le hace forma de una mano del tamaño de su cabeza, y lo estampa contra el suelo. «¡Mierdaaa! Está a un nivel que no me esperaba!», asegura él. No le da tiempo de reaccionar cuando ya está dando vueltas por todo el sótano, llevándose objetos por delante. No consigue despegar su cabeza de la masa pegajosa.
—¡Ríndete ahora! —le ordena Collette, sin dejar de darle vueltas.
—¿Cómo crees que lo haría... permitiendo que Scarlet pierda su mayor sueño? —pregunta Zhul.
De inmediato usa un rayo de luz que quema la masa y logra cortarla. Cae de pie pero muy golpeado por tantos objetos que se llevó. Ambos están frente a frente a unos metros de distancia. Él prepara su poderoso ataque, el cual funcionó para derrotar momentáneamente a Leo. Absorbe lo más rápido que puede energía lumínica, quedando más a oscuras como antes. Sin embargo, Collette reaccionó apenas pudo, y generó una masa oscura con forma de mano bastante grande desde el suelo. Un tamaño que sobre pasa al de su enemigo. Finalmente cancela la preparación del ataque cuando la mano lo empuja hacia arriba. Impacta fuertemente contra el techo, lo atraviesa. Impacta con otro, es atravesado. La mano saca a Zhul de los sótanos. Viaja por el aire con una increíble destrucción y levantamiento del suelo hecho escombros. Cae reventado, muy lastimado, con sangre en la boca, muchos raspones y moretones.
«¿Quién... es esta loca?», se pregunta Zhul, con poca fuerza para moverse mientras la ve salir a la plaza por el gran agujero que creó.