—¡¿Por qué vuelves a levantarte?! —le pregunta Collette—. ¡Quédate en el suelo! ¡Considero que tienes buenos sentimientos como para seguir lastimándote!
—¿No piensas acabar conmigo? —interroga Zhul, torcido de dolor—. Pues, yo sí tengo intenciones de eliminarte. ¡Scarlet será quien cumpla sus sueños!
Él lanza dos bolas de luz que liberan una potente explosión, pero fueron esquivadas por Collette. —¿De dónde vienen esos sentimientos tan fuertes? —le pregunta ella.
—Scarlet... Scarlet tiene claro qué es lo que quiere en la vida mientras yo... —responde con intimidad, pero se retracta y libera un rayo de luz que es evitado por la vampira. «Increíble, su velocidad es demasiado molesta».
—Entonces... ¿qué hay de ti? ¿Qué pasa contigo?
—No hay necesidad de saberlo.
Collette nota en ese instante que algo le sucede a su enemigo. Tiene un problema que expresa en el rostro. Zhul absorbe energía lumínica, y se traslada a una tremenda velocidad al lado de ella. Luego extiende ambas manos mientras la vampira tuerse la espalda hacia atrás. Un rayo de luz pasa por arriba de ella. De inmediato conecta una patada en la cara de Zhul, lo toma con ambas piernas y lo alza para estrellarlo contra el suelo. Él siente mucho dolor por las heridas que ya tiene y este impacto contundente. Sin embargo, demuestra su gran determinación al sujetarla por el cuello. En seguida genera una bola de energía lumínica y la presiona en el abdomen de ella. Dura tres segundos presionando con rudeza. Collette bota sangre por la boca. Logró quitárselo de un empujón.
—Vaya, nunca antes me habían puesto en esta situación. —confiesa la vampira mientras se limpia los labios—. Supongo que debo usar todo mi poder.
«¿No estaba usando toda su fuerza?», se pregunta Zhul. No le dio tiempo de reaccionar cuando recibe un puñetazo tan potente que lo impulsó. Sin embargo, él viaja con una masa oscura pegada al pecho que lo atrae nuevamente y lo obliga a soportar una patada en la cara mucho más dolorosa. En el piso, abre ambas manos y consigue tener una alta velocidad por tan solo unos segundos. Cargar su cuerpo del elemento luz le proporciona mayor rapidez de movimiento. A pesar de su traslado veloz y el fuerte puñetazo cargado de energía que lanza, Collette creó un muro oscuro que resistió el impacto. Luego lo toma por sus extremidades para así golpearlo en el abdomen con una masa cubierta de púas que tuvo en la mano. Zhul cae sin casi esperanzas de continuar.
—Basta, ya no puedes continuar. —le asegura Collette.
—¿Sabes... lo frustrante que es... no poder salvar los sueños de alguien... ?
—Que quieres o admiras. Te entiendo. —completa ella, mirándolo desde arriba—. Mi hermano deseaba ser popular. Aunque no fuese el sueño de su vida, yo cambié su situación social a una mucho más solitaria.
—Eres una arruina sueños. No me imagino... a tus amigos.
—Es importante saber hasta qué punto nuestros deseos son sanos. —aclara y se agacha—. ¿Los tuyos son buenos?
—Yo no tengo aspiraciones.
—¿No tienes idea de qué hacer con tu vida? ¿Por qué trabajas como distribuidor de Raider? ¿O eres alguien que solo buscó conflicto conmigo?
—Trabajo con Raider porque mi familia decía que debía ser productivo, trabajar en cualquier cosa, pero que no podía estar sin hacer nada. Además, este negocio me ha dado muchas ganancias, lo que le importa a mi gente.
«¿Qué sentido tiene trabajar así?», se pregunta Collette. «Meterse en la mafia solo para ganar buena cantidad de dinero, dinero sucio, y estar involucrado en un proyecto tan peligroso. ¿En qué estaría pensando? ¿Qué hace un Dragon Slayer en la ciudad Capital Angels bajo el mandato de un asqueroso como Raider?»
—Me recuerdas a un amigo que tengo, se llama Jefrid. —confiesa ella de brazos cruzados.
—¿Ahora quieres darme, cof, cof, una charla? —interroga de mala gana, y ve que Collette le tiende la mano para ayudarlo a levantarse. Duda por un instante, pero la toma y cuidadosamente lo hace.
—Ya no quiero lastimarte, no te considero un verdadero enemigo.
—¡¿Dices que no soy digno de enfrentarte?!
—¡Oye! ¡Que la quemadura en mi abdomen me lasmitó muchísimo! —le grita, mostrándole sus colmillos—. Pero creo que eres un buen chico, y no deberías continuar por este camino.
—Pero...
—Entiendo lo que sientes por Scarlet. La admiras, así como Jefrid también lo hace conmigo. Pero ambos están metidos en un gran problema que perjudica a muchos. ¿No te duele más permitir que otros sufran?
—En ese caso, Scarlet sufrirá.
—Ella sufre con el odio constante que se acrecienta a medida que lastima a otros. —dice Collette, y lo toma del hombro—. ¿No crees que debería buscar algo mejor?
Los ojos de color morado iluminaron los de Zhul. Se quedó sin palabras, pero con la seguridad de que ambos estarían en buenas manos si se rinden. Asiente y los dos comienzan a caminar hasta que, de repente, el hotel se derrumba por los destrozos que debilitaron la estructura. Una nube de polvo y tierra cubre toda la plaza. Sin esperarlo, ella recibe un puñetazo en el abdomen, justo en la herida. Queda arrodillada al suelo mientras crea un escudo oscuro. No fue atacada otra vez. Cuando lo abre y observa mejor el entorno con menos polvo, Zhul ya no estaba presente. Desapareció de la vista.