The Magic World

C133: Drake vs. Raider

"—Karthus es demasiado fuerte. Sería imposible vencerlo. —opinó Agnes en un entrenamiento con él.

—¡JAJA! No necesariamente soy tan fuerte, sino que el espíritu de ustedes está débil. —explica con ambas manos apoyadas en la cintura como superhéroe.

—¿Espíritu débil? ¿Desde cuándo habíamos entrado en ese tipo de temas? —interroga Bakugo de mala gana.

—¡Cállate y deja que el profe hable! —le ordena Bibi con un puñetazo en la cabeza.

—¡A mí nadie que no sea mi familia me manda!

—¡JAJAJA! En términos de combate, necesitamos fortaleza física para pelear, pero también mental. —aclara Karthus mientras los aparta—. ¿Ustedes tienen una razón para luchar? Úsenla a su favor."

—¡Aunque me parta los huesos, no voy a perder! —grito mientras esquivo un golpe de Raider.

—¡Para ya de pelear por nada! No hay forma física de que puedas detenerme. —ordena él, y percibe cuándo atacaré, lo que facilita sus esquivadas—. ¡La destrucción de Capital Angels será inminente!

—¡Cállateeee! —ordeno mientras conectamos puñetazos, pero no logro igualar su fuerza.

Caigo al suelo, todavía intentando resistir. Me aplasta, lentamente me hunde sin que pueda empujarlo. Las llamas que libero se vuelven más débiles y son deshechas. Mi poder mágico actual no es suficiente para continuar un buen combate. Pateo varias veces su abdomen con mi armadura. Logré que me soltara y diera unos pasos hacia atrás. Luego libero una violenta ráfaga de fuego mientras me levanto. Pero fue capaz de resistirlo. Se acercó a mí y conectó un golpe duro en la mejilla. Comienzo a caer directo a mi derrota. Los pies y piernas tiemblan al tratar de mantenerme firme, ya no aguanto tantas heridas. Golpeo con las fuerzas que me quedan el abdomen de Raider. Usé lo que tenía de ambos dones, sabiendo que eso no bastaría.

—¡Drakeeee! —me llama Lucy, preocupada, y corre hacia mí, sin energías para transformarse.

—¿Qué está pasando? —pregunta Kevin con un ángulo difícil de observar.

—Nuestro... nuestro líder está a punto de desmayarse. —informa Leo, anonadado.

Me niego a caer vencido. Necesito descubrir la historia de mi padre, conocer otras partes de este mundo y volverme un mago profesional. Además, no puedo dejar que mis amigos y los ángeles caídos pasen peligro por él. Es un completo monstruo. Cuando estoy a nada de perder el equilibrio, noto que hay sangre derramándose en el suelo. «Sangre...», pienso y subo la mirada. Raider está botando sangre por la boca desde ese último golpe que le di.

Me reincorporo lo más rápido que puedo. Ignoro el puño que presiona mi mejilla e inmediatamente conecto un puñetazo de armadura con todas las ganas. Le devolví el mismo golpe. Noté que más sangre salió. Así que realizo un giro e impacto una patada en el abdomen. En seguida otra en la pierna, luego una última en la barbilla para tomar un respiro. Se echa para atrás, pero vuelve a mi vista esa imagen que representa la dureza de su cuerpo. Lanzo una bola de fuego a la cara que esquiva y golpea mi abdomen con el brazo. Me tira varios metros a lo lejos. Sin embargo, me levanto nuevamente y tiro muchas bolas de fuego. Al principio las esquivó debido a la percepción que tiene de la magia, sabe cuándo atacaré, pero no pudo evitarlas todas.

—¿Cómo es posible que su cuerpo nunca se queme? —se pregunta Leo cuando detiene a Lucy y le impide acercarse más—. Mejor es no interferir. Podríamos salir más heridos, y eso complicaría la situación.

Raider comienza a verse muy cansado. Todo el daño que le generé se acumuló a lo largo de nuestro combate. Boonie continúa proporcionándome energía mágica, sin embargo, lo hace con mayor lentitud. Está agotada.

—¡¿Por qué te sigues levantando?! —pregunta Raider, obstinado.

Bibi me derrotó en las competencias que tuvimos. Sentía tanto miedo y preocupación en el momento que le di la oportunidad de vencerme. Lucy había mencionado que ella tenía un carácter muy duro, suponía que eso le acercaría a la victoria. Carácter. No solo basta poseer habilidades en combate, también es importante fortalecer la mente. Nuestros pensamientos son principales impulsores de las acciones. Si no tuviera razones tan grandes para luchar, no habría vuelto. Pero tengo la carga de mi equipo, los ángeles caídos, la ciudad y su único hogar, más el futuro de una adolescente que necesita ayuda.

—No hay forma... Raider... de que puedas romper mi espíritu. —le aclaro, apoyado en mis rodillas por el cansancio—. Por lo tanto, deberás dejarme inconsciente bajo la nube de calor que te consumirá.

Mis llamas azules cubren todo el entorno de la plaza. Los escombros del hotel se vuelven cenizas más rápido. Raider hace un último intento de acabarme, es lo único que piensa ahora. Esquiva dos ráfagas que lanzo y conecta un puñetazo en mis brazos. Logré cubrirme con la armadura, pero el dolor es casi insoportable. Los pies son arrastrados sin poder evitarlo. Saco uno de los brazos y golpeo su abdomen con el uso de ambos dones. Conecto otro. Uno más. Recibo una pisada en el pie seguido de un golpe en la barbilla. Lágrimas salen de mis ojos por todo el sufrimiento que cargo. Es una desventaja, ya no puedo verlo bien. Qué incomodidad. Nuevamente me golpea la mejilla mientras cuestiono la victoria. Siento que he forzado demasiado mi cuerpo. Boonie ya no puede darme más energía.

—Cae de una buena vez... ¡Raider! —le ordeno mientras me impulso hacia él e impacto un fuerte puñetazo en el rostro.



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En el texto hay: personajes variados, combates epicos, lugares magicos

Editado: 27.10.2022

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