Pasamos varios días de viaje a nuestro destino. El trayecto fue sumamente largo. Nos quedábamos por la noche en otros pueblos para reanudar el avance de este trayecto. Tomamos el transporte en carrozas, botes y a caballo. Ese último lo disfrutaron mucho Boonie y Lucy. Lamentablemente Kevin tuvo que sufrir bastante cada día de viaje. Nos hubiera gustado quedarnos en sitios que llamaron mucho nuestra atención, pero no queremos descuidar esta misión.
Llegamos en bote al territorio donde se encuentran dos mandamientos. Sin embargo, no podíamos entrar libremente. Hay un montón de lanzas enormes hechas de piedra que impiden el paso. Observamos detenidamente nuestro alrededor. El cielo está nublado. Tiene una apariencia similar a Blood Sacred, muy tenebroso y oscuro. Apenas tenemos visión de un pueblo cercano, pero no como para detallarlo.
—Según el mapa de Bextruz, esta debería ser la entrada. —aclaro mientras lo veo y hago comparaciones—. La entrada dibujada en el mapa es muy parecida a la de enfrente.
—Parece una fortaleza. —comenta Lucy.
—¡Tristán! Ve y nada en el mar para encontrar una forma de... —dice Boonie con pose de militar.
—¡Ni pienses que me sumergiré a aguas desconocidas y de mala pinta! —le interrumpe de inmediato.
—¿Qué tal si todos nos sumergimos? —plantea Bartol con una sonrisa forzada.
—¡No! —contestamos al unísono.
—Yo estoy fuera del juego en estos momentos. —confiesa Kevin, tirado a un costado del bote—. Aunque siento presencia mágica cerca.
—Sí, viene de la entrada. Alguien debe estar allí. —agrega Bartol con seriedad.
Lucy abre sus alas y vuela por lo alto de esas lanzas. Es posible que haya una forma de entrar sin tantas complicaciones. De repente, vemos que la atacan mientras trata de descender. Varias lanzas son disparadas a gran velocidad. Si no estuviera a esa distancia, posiblemente ya le hubieran atinado. Leo se eleva con su propio impulso para apoyarla. Collette enganchó su masa oscura en la pierna de él y lo usó como transporte. A los pocos segundos las lanzas enormes que obstaculizaban el paso se hunden en lo profundo del mar. Tristán recarga los remos con pólvora mágica. Avanzamos hacia el ambiente tan escalofriante y extraño mientras notamos a los tres en la cima de un pilar de rocas.
—¡Eh! ¿Qué fue eso? ¿Hallaron algo? —les pregunta escandalosamente Boonie.
—Las lanzas fueron tiradas por muñecos de paja. —responde Leo, y alza a uno para que lo observemos mejor.
—Se desactivaron automáticamente cuando pisé el mismo suelo que ellos. —cuenta Lucy, detallando uno—. Pero sus movimientos eran muy naturales, no fueron tan mecánicos.
—Debe ser alguna clase de defensa que tienen. —supone Bartol—. Puede que esta zona sea un poco aislada del extranjero.
—Tengo el presentimiento de que alguien nos observa. —confiesa Kevin, tratando de reincorporarse, pero le es inútil.
—No sé de qué hablas. No presiento ningún poder mágico por la zona. —dice Bartol.
No nos detuvimos en el avance hacia el primer pueblo. Purple Moon, un territorio conformado por 4 pueblos, un bosque invernal, zonas rocosas alrededor y corrientes que nos conectan al mar. Ahora mismo hemos llegado al primer pueblo. Según Boky, está habitado por humanos, pero nos advierte de las criaturas monstruosas que hay en los próximos territorios que no son habitados por personas. Para ganar tiempo después de varios días viajando, decidí que nos separaremos en distintas partes tratando de conseguir información. Sabemos que dos mandamientos están en uno de los sitios de Purple Moon, pero debemos averiguar dónde. Cada uno de nosotros nos dividimos en equipos de dos. Cualquier alerta, todos contando a Bartol, tenemos los collares teletransportadores.
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—¿Por qué nos tocó a nosotros lo más aburrido de la misión? —pregunta Collette, apoyada en el mostrador de recepción.
—No te preocupes por eso, vampirita. Los demás no tomarán acciones adelantadas sin nosotros, únicamente buscarán información. —le dice Bartol, muy amigable.
—Eres raro. En ocasiones, pareces un ser tan intimidante como una columna intumbable, pero en otras te muestras pasivo.
—¡¿Pasivo?! ¡¿Cómo te atreves a dirigirte de esa manera a un comandante?! —interroga, furioso. Pero Collette ni siquiera le dirige la mirada. Solo está esperando a que alguien le atienda.
—De eso estaba hablando.
—Oh, bueno, está bien. Respeto la opinión de quien sea. Siempre será válido mientras no sea con intenciones de ofender.
—No dejas de ser raro.
—¡Cállate, vampira vulgar e indecente!
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Un día muy transcurrido en la calle. Las personas estudian, trabajan, se divierten en los alrededores y pasean. A simple vista se puede observar a la gran mayoría con buenos recursos. Bien vestidos, de apariencia culta, casas bonitas y locales decorados y muy llamativos. Lucy le pregunta a las personas si conocen sobre supuestas gemas de los mandamientos, como si fuera mera curiosidad. La mayoría responde amablemente que no. Unos pocos escucharon algo, quizá un rumor, pero es todo. Mientras tanto, Boonie no deja de ir a cada tienda y visualizar los objetos, accesorios y cualquier producto. Aunque los vendedores la vean tan interesada, en realidad no planea comprar nada. El ambiente la hizo sentir cómoda y alegre.