The Magic World

C147: Ruptura

—¿Cómo pudo pasar eso? —pregunta Lucy, sin querer aceptarlo—. ¿Cómo permitiste que él se quedara solo?

«¡Déjame! Yo mismo me encargaré de encontrarlos y traerlos de vuelta. ¡Pero ya no formaré parte del equipo!», Drake recuerda las últimas palabras de Leo cuando estaba mejor para hablar.

—No podía hacer nada, dejó claro que ya no formaba parte del equipo. Estaba indispuesto a recibir nuestra ayuda, sobre todo la mía. —explica mientras lo acuestan en una camilla cerca de Bartol para atender sus heridas. Mael escucha atentamente la conversación sin dirigirles la mirada.

—No puede ser. —niega Collette, dando vueltas por toda la sala—. Drake y Leo pelearon, y él está herido, tratando de hallar a Kevin y Tristán, de los cuales desconocemos si estarán bien. Bartol, nuestra mayor esperanza y seguridad fue destrozado y no sabemos por qué.

—Tampoco tenía el mandamiento. El Valle estaba vacío, ni siquiera habían criaturas por la zona. —agrega Lucy, analizando la situación.

—¡Esto es un desastre! —opina Collette—. Leo abandonó el equipo pero todavía está en búsqueda de los otros dos. ¡No creo que podamos cargar con tanto a la vez!

—¿Adónde van? —les pregunta Drake al notar que se están retirando.

—Ya hice suficiente con mi habilidad. No puedo curar heridas tan profundas con un cuerpo que sobrepasa mis límites. —aclara Lucy.

—Yo... yo solo me quiero ir un momento.

«¿Qué debo hacer ahora?», se pregunta con una mano tocando su frente.

¥¥¥

«Malvada sea, ¿cómo pudo hacerme daño sus llamas? ¿De qué están hechas?», se pregunta Leo mientras camina con dificultad. La guía clara es aquél brillo en el cielo que está más cercano al pueblo Oso, pero la intención será avanzar por el río. «Aunque abandonar el equipo implica no compartir más con ellos, ¿o no? Seguiremos estando en las mismas clases, pero no trabajaremos juntos». Los recuerdos llegan a su cabeza, olvidando temporalmente cada uno de los dolores.

La vez que Boonie peleó con él para sentarse en el asiento cómodo de Zefirth, pero resultó ser el inodoro del pequeño dragón. Esa ocasión donde metió la pata enfrentando a la armera y brujas por si solo, pero todos le perdonaron. El sacrificio que dio para salvar a Collette e impulsarla en su camino como hechicera de magia oscura. Aquél puñetazo poderoso que mandó a volar a Dynamo, y enseguida todos lo defendieron del resto. Ese alivio de Boonie al ver que su pueblo fue limpiado de tanta amenaza. Cada momento que Lucy trata de ponerlo firme y educado. Las veces que tomaba con Kevin en El Bar de la escuela. La ocasión de encontrarse a Tristán en medio de un batallón en la caverna y confesarle que para él forma parte del equipo. Ser culpable de esa motivación para ir más allá de lo que cree poder. La fiesta y borrachera que tuvo en Lastres, celebrando la victoria. El doble puñetazo a Merly junto a Drake para conseguir el objetivo mediante el trabajo en equipo.

"—¡¡TE ESTOY LLAMANDO, MALVADO DEMONIO DE ALCANTARILLA!!

—¡¿Qué carajos quieres?!

—No has dado ni una pequeña disculpa por lo que hiciste, ni siquiera un arrepentimiento.

—Ujum. —Boonie apretó los dientes, absorbió magia y le zampó un puñetazo en la cabeza bastante fuerte. Le dolió mucho. —¡Mierda, mujer! Ya, está bien. Lamento haber causado ciertos problemas y angustias a ustedes por mi indecencia. Actué creyendo que podía hacerme cargo solo, pero se supone que somos un equipo.

—Así me gusta."

«Es difícil abandonar todo lo que he construido con ellos», piensa. Finalmente llegó a la entrada del pueblo Oso, donde se encuentran los cascanueces custodiando. Tomó uno de los botes gratuitos, algo deteriorados, y comenzó su recorrido al pueblo Doll. «Se supone que allá está la niña que podría dar información sobre el otro mandamiento. Si consigo tener ese poder momentáneamente y demostrarles que pude lograrlo, la situación cambiará». Le echa un poco de pólvora que había en los remos y se acostó para descansar un rato mientras llega. Bajo un lugar desconocido, no se sabe qué podría encontrar.

«Lo lamento, Kevin, Tristán. Iré por ustedes una vez consiga la gema».

¥¥¥

—La nieve a veces parece leche en polvo. —habla Boonie para sí misma—. Quisiera conocer un país hecho de dulce. Compleeetamente de dulce.

El bosque nevado queda justo al lado de El Valle Rocoso, entre los pueblos Panda y Oso. Boonie caminó por dos horas sin rumbo alguno, siempre tratando de desviar sus pensamientos. Pero era inevitable. Está confundida, haciéndose mil preguntas sin obtener claras respuestas. No quiere ver a Drake, tampoco a Leo. Mucho menos continuar con el objetivo que tenían al principio. Simplemente vaguea por la zona. Habla consigo misma hasta que escucha una carroza. Sintió la necesidad de ocultarse, y lo hizo detrás de unos arbustos. La carroza es lujosa, más grande, bonita y quizá más cálida que las de Bextruz. Falsa alarma, no era nada extraño, solo unas personas adineradas que paseaban por el lugar como de costumbre.

Sus piernas ya no aguantan. Está muy cansada para continuar. El frío tampoco resulta favorable, tensa sus músculos y la vuelve más rígida a pesar de tener actividad física. La nieve es muy alta, cubre hasta casi las rodillas. Sin embargo, ella avanza por el camino de las carrozas. De repente consigue a la que vio hace un minuto. Tuvo una parada extraña, no hay ninguna atracción, paseo o lago congelado para quedarse. Mantiene la mirada fija y, de un movimiento en conjunto, varios entran en la carroza. Quién sabe qué serán, fueron tan rápidos que no los percibió bien. Escucha el grito de una mujer y golpes dentro. Inmediatamente se acerca para defenderlos. Olvida lo agotada que está por un segundo, pero vuelve a tener el recuerdo al notar que su cuerpo es pesado y lento.



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En el texto hay: personajes variados, combates epicos, lugares magicos

Editado: 27.10.2022

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