The Magic World

C149: ¡A por las gemas preciadas!

«Todos son muy alegres. La mayoría de veces están sonriendo y disfrutando sus vidas, pero dudo mucho que sean perfectas», piensa Leo, siguiendo a los tres hombres y la chica que lo llevan a su destino. Risas, alegría, copas chocando para el brindis, comida, tantos negocios abiertos y las calles en estados envidiables. La zona está bien cuidada. En comparación a los anteriores, la gran diferencia es que habitan personas adineradas. Casi todas lo son. Razón por la que Leo se repugna, no le gusta ver ambientes demasiado buenos o malos. De repente un hombre grita haber visto a la bandida, mostrando la recompensa de un millón de monedas por su captura.

—¿Quién es ella? —pregunta Leo. Justo llegan varios guardias para interrogar al señor.

—Ah, es la chica que tiene un grupo de bandidos para robar en casas. —responde la chica. El novio le da un leve golpe con el codo y le dirige una mirada que transmite un «No hables del tema».

—Vaya, es frustrante que roben cosas de tu hogar, lo que trabajaste mucho para conseguirlas. —comenta.

—Esa gata sucia no es más que una chupa sangre. Vive a dependencia de las cosas que tienen otros. —opina uno de los hombres.

—Si en verdad existe lo que dices, el mandamiento, puede que los bandidos se interesen en robarlo. —advierte la chica.

—¿Uh? ¿Por qué?

—¿Cómo que por qué? —pregunta el novio, fastidiado—. Los mandamientos son gemas valiosas que incontables seres darían su fortuna por tenerlas.

—¡Wah! ¡No sabía que esas gemas valían tanto! —confiesa Leo.

En ese momento recuerda que Bartol no tenía el mandamiento que poseía ese Golem. Tampoco habían criaturas vivas por la zona, todo estaba desolado. Sin embargo, aún quedan dos incógnitas: ¿qué sucedió en El Valle Rocoso? y ¿qué les habrá pasado a Kevin y Tristán? El hecho de no saber provoca picazón en su cabeza. Se rasca contínuamente hasta que llegan al final del pueblo Avestruz. A tan solo unos pasos estará entrando al pueblo Doll. Justo cuatro cascanueces de 3 metros de alto los obstaculizan. Leo se despide y agradece a las personas que lo guiaron, ahora quiere hacerse cargo él mismo. «Pronto descubriré dónde está ese mandamiento. Espérenme».

¥¥¥

Lucy vuela bien alto en el pueblo Oso, recordando la conversación que tuvo con Leyla.

"—¡¿Cómo piensas asumir que eso es verdad?! —le preguntó, dándole un golpe con un periódico en la cabeza—. ¡Si él no te dijo a la cara que se iba del equipo, entonces todavía no estás segura de que se fue!

—¡Pero Drake no mentiría con algo así!

—¡No me importa quién sea ese Drake! ¡No te creas todo lo que chismean hasta que lo hayas confirmado tú misma! —Vuelve a golpearla varias veces sin piedad.

—¿Entonces qué hago, señora Leyla?

—¡No me llames señora!

—¡Está bien!

—¡Descansa un poco y luego ve a encontrar a los dos miembros del equipo perdidos! ¡La misión no debería continuar si ellos aún no están!"

«Gracias por el hospedaje y tus palabras, Leyla. Aunque los golpes siempre estuvieran demás». En pleno vuelo, abre completamente sus alas al dar una pausa, y libera grandes cantidades de flamas por doquier. Los habitantes quedan sorprendidos. A estas horas de la mañana ya no hay pájaros que iluminen. La luna lo hace, pero el brillo del fénix es aún más resplandeciente. Unos lo tomaron como la representación de lo glorioso. Otros creyeron que se estaba manifestando el dios Luna en carne propia. Algunos llegaron al punto de querer arrodillarse, quizá podría ser un alienígena que conquistaría todo Purple Moon. «Si aún no han regresado al hotel, puede que estén perdidos. Pero también toma en cuenta que aquí hay rufianes. Pudieron haber sido secuestrados por tratarse de extranjeros», recuerda la aclaratoria de Leyla mientras las flamas se esparcen por las calles, sin quemar nada. «Existen dos calabozos en este territorio, cada uno está en el pueblo Oso y Avestruz, donde suelen apresar a los pocos bandidos que atrapan».

«Si ustedes están atrapados, de seguro Kevin podrá sentir y distinguir mi poder mágico de esta manera», asume ella, dando un gran esfuerzo en esparcir las flamas. De repente Kevin despierta de un solo golpe, tuvo una pesadilla, o quizás se trataría de una salvación. Siente una energía mágica peculiar que se esparce en distintas partes. Así como aquél día en que curó a la abuela Maggie, puede recordar la forma en que sentía esa habilidad. Sabe que es Lucy mandando un mensaje, lo capta inmediatamente y le patea a Tristán, quien todavía está roncando. Le da una y otra patada en las piernas, estando sentado contra la pared. Pero casi no reacciona. Como último intento, convierte varias piedritas juntas en una pistola con balas de goma. Atina justo en la frente y Tristán pega un brinco del susto.

—¡No me maten! ¡Soy muy joven para... !

—¡Tristán! No puedo convertir las esposas en alguna arma, no consigo tocarlas bien.

—¡Casi me muero de un infarto!

—¡Ven y ayúdame! ¡Lucy nos está buscando allá afuera!

—¿Lucy?

Las cadenas no tardaron ni un segundo más para romperse. Kevin sonríe frente a una figura alta y varonil. De inmediato rompe las cadenas de su amigo para luego separar con buen esfuerzo los barrotes de la celda. En tan solo un momento consiguieron salir sin problemas. De repente aparecen dos guardias que andaban por los pasillos. A varios metros de distancia Kevin los desarma con un tiro de rifle en cada una. Continúan avanzado hasta llegar a las escaleras, donde se encuentran a cinco hombres más. Todos tienen artefactos y armas que desconocen ellos dos. Un cazador tira un carrito que lanza aleatoriamente bolas pegajosas. Estas se adhieren al cuerpo de ambos y aumentan su tamaño, impidiéndoles tener buen movimiento. Otro cazador saca un arma pesada, la pone en el suelo y suelta varios cables cargados de energía que van directo hacia ellos. Kevin esquiva tres, pero Tristán los recibe más atrás y vuelve a ser electrocutado.



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En el texto hay: personajes variados, combates epicos, lugares magicos

Editado: 27.10.2022

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