The Magic World

C161: Drake vs. Rebeca

Un tiro silencioso bastó para callar al boca abierta. La frialdad de los guardias fue notoria cuando dejaron que Rebeca llorara y gritara a media noche. Ambos cerraron la puerta del escenario con sus caras duras. Ninguno de los compradores tuvo que preocuparse. El presentador tembló de miedo por las consecuencias que vendrían. Sin embargo, los hechiceros que se acercaron no duraron ni 15 minutos allí. Como es el caso de un hombre pobre, sin trabajo, sin propiedades ni familia, decidieron llevarse el cuerpo y limpiar la zona, nada más. Rebeca gritaba una y otra vez, pero ellos no le prestaban atención.

—¡Murió mi mejor amigo! —le informó a uno de los hechiceros que vigilaba la zona. Ni siquiera le dirige la mirada, solo quita sus manos de la túnica. —¡Él no hizo nada malo!

—¡Cállate, sucia niña! —le gritó, acompañado de un empujón que la dejó en el suelo.

—¡Él... él... él!

—¡Una niña no podría entenderlo! —aclaró, avanzando al igual que sus compañeros—. No sabemos quién pudo hacerlo, pero no vale la pena. Era un don nadie.

—¡Lo hizo un hombre! ¡Está allí!

La curiosidad detuvo sus pies para voltearse y observar el lugar que ella señala. Les pide a sus compañeros que esperen y se acerca a la entrada. «Si nuestro alcalde murió asesinado, ¿quién dice que el criminal no estaría aquí?», se preguntó. Sin embargo, le bastó con recibir la respuesta de un guarda espaldas y el presentador: «No oímos nada. Por favor, no molesten. Esto es un asunto privado». El hombre corpulento mostró una identificación. Rebeca no pudo detallar el símbolo, apenas notó algo. Unas disculpas venidas del hechicero y de regreso al retiro del cuerpo. No hubo ninguna objeción. Ella trató de insistirle, pero él no quiso dirigirle la mirada por esa vergüenza que le hizo pasar. Luego de tanta molestia, solo dice unas palabras con un tono suave pero serio.

—Regresa a donde sea que duermas, y sigue tu vida.

Frase que repitió incontables veces quién sabe hasta cuándo. El miedo al abandono fue presentado como un verdadero monstruo en su vida diaria. Aparecía en los sueños. Uno de los más comunes era en que la gente desaparecía, la calle iba quedando vacía hasta que estaría completamente sola. Luego la oscuridad acecha de una manera cruel, fría y silenciosa, apagando todas las luces. Una niña pequeña teniendo que enfrentar la soledad, el hambre, la sed y esas condiciones para seguir convida. Pero jamás pensó en hallarle sentido, solo trataba de continuar adelante; quizás luchando con la esperanza de que algún día tendría una familia. Ser abandonada por los padres pudo ser un hecho fuerte. Presenciar la muerte de su mejor amigo y cargar con esos recuerdos sería mucho para alguien tan joven.

—Nadie, y mucho menos a esa edad, debería vivir así. —dijo un hombre en la entrada del callejón un año después de la pérdida.

—Llevémosla, Andrei.

—¡Sí! Estará bien con nosotros. Al menos mejor que eso.

—Imbéciles. Tienen prohibido abusar de ella. —aclara él, mirándolos de reojo.

—¿Qué? Pero si no hemos dicho nada malo.

—Puedo oler las intenciones que tienen. Cuando se limpie y alimente, no quiero que pongan sus sucias manos en esa pequeña. —recalca, y se dirige a ella, quien abraza un cojín roto—. Hola, hola. ¿Cómo te llamas, amiga?

—Soy Rebeca.

—Únete a nosotros. Seremos como una familia.

¥¥¥

Rebeca realiza un buen salto para evitar la potente explosión que él libera de su cuerpo. El pasillo está echo un desastre, comienza a derrumbarse. A solo unos cuantos metros detrás se encuentra la gema. Es una chica de palabra, pero la duda de si podrá vencerlo se acrecienta muy rápido. Al devolverle la mirada, halla una imagen tenebrosa. La silueta de un chico caminando lentamente con llamas a su alrededor que devoran el pasillo. Sin embargo, desaparece en tan solo un parpadeo. Tuvo la reacción justa para bloquear un puñetazo de armadura, aunque no sería suficiente. La impulsa y estampa contra el muro. Sin darle tiempo, la toma por el cuello y apreta fuerte. Esta vez tiene la viva imagen del heredero al trono, el hijo del rey demonio, frente a ella.

—Nunca... quise lastimar... a alguien. —confiesa.

—Tu grupo emboscó a mis amigos, y vender la gema implica dejar a muchos en extremo peligro. —recalca Drake con el brazo prendido en llamas.

—No tengo... opción.

Enseguida lo empuja con ambos pies. Aguanta la molestia de la garganta para ser más rápida que él. Realiza una voltereta, lo engancha con ambas piernas y queda por encima de los hombros. Está montada. Sus piernas comenzaron a ser quemadas, pero fue un riesgo a cambio de impulsarse hacia atrás y estampar la cabeza de su enemigo al suelo. Fue capaz de alzarlo e impactarlo muy duro, hasta rompió el piso. Desgraciadamente para ella, este usó la armadura. El daño fue muy reducido. Así que se levanta y conecta un puñetazo fuerte en la mejilla. Botó sangre por la boca, y más con la próxima patada que la mandó lejos. Fue arrastrada hasta el otro extremo. Las llamas alrededor la están agotando, le quitan el aliento y dificultan su respiración.

—No puede ser. Haber llegado tan cerca de cambiar nuestras vidas y ahora todo quedó aquí por mi culpa. —dice en voz alta, sin haberse dado cuenta. Luego golpea el suelo para motivarse y ponerse de pie.



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En el texto hay: personajes variados, combates epicos, lugares magicos

Editado: 27.10.2022

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