A 18 días de las competencias...
—Así que habrán competencias. —asume Alator al leer el periódico.
—Vaya, con que esos estudiantes nuestros entrarán en las competencias contra Wizard Academy. —dice Bartol, sentándose a su lado para descansar unos minutos—. De seguro les irá bien. Han sido capaces de mucho.
—Sí, pero tampoco deberían subestimar a los magos en preparación de esa escuela.
—Jum, me gustaría estar allí y verlos en acción. —confiesa Bartol, mirando a la nada y recordando cada uno de sus rostros.
—Lo mismo digo, me encantaría asistir, pero tenemos una misión bastante importante que no debemos abandonar. —comenta Alator, poniéndose de pie y extiendiendo la mano a su compañero—. ¿Seguimos con nuestro trabajo?
—El trabajo de un mago heróico nunca para. Siempre hay algo que debamos hacer.
—Hey, necesitaremos apoyo en la costa. Encontramos a varios peones en un solo sitio. —informa el 1er comandante del 3er M.S. y se devuelve por donde vino.
—¿Varios peones? —pregunta Bartol, preocupado y serio—. Es la primera vez que esto ocurre.
—Lo mejor será prepararse para cualquier situación. Quizás estemos hallando la guarida de Zuko, el hechicero oscuro de gran peligro. —advierte Alator.
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Wizard Academy, escuela con cierto reconocimiento académico y perteneciente a un reino. Especializada en el desarrollo de dones. Su estructura es parecida a un templo. Grande, tres pisos de altura y las columnas que sobre pasan su nivel. La campana de buen tamaño es tocada por dos empleados para comenzar una celebración. También en las horas de receso. Lo que más caracteriza su estructura es lo limpia que suele estar. Impecable, la palabra que más acierta. Los pasillos alrededor tienen decoraciones doradas y jardines hermosos con una buena variedad de flora. Mucho más bonita que Bextruz.
—¡Después de tanta jaladera de pelotas, Prometheus aceptó el reto! —exclama Sandoval, bastante emocionado y alegre, dando vueltas en su silla giratoria con los brazos extendidos—. ¡No lo puedo creer!
—Eres demasiado ambicioso. —opina su secretaria, muy seria.
—No seas agua fiestas, Lua. ¿Sabes cuántas veces tuve que pedirle a ese hombre que aceptara?
—¿Qué tanto importan las competencias? —le pregunta, parada en el techo, y se tira al escritorio sin hacer ni un mínimo desastre—. Solo buscas tener fama.
—¡Busco que la gente le dé más mérito a esta escuela! —aclara, acortando la distancia entre sus caras—. Aquí hay mucho más potencial de lo que se imaginan.
Sandoval, director de Wizard Academy durante los últimos 9 años. Un mago profesional con excelente trayecto y gran experiencia. Cabello liso, rubio, piel blanca y alto de 1,82. Muestra tener contextura delgada, pero es por la ropa ancha que suele usar. Casi siempre viste formal de trajes claros como sus pantalones y zapatos pulcros. Nunca olvida su corbata preferida. Tiene una varonil barbilla y unos encantadores ojos azules. A diferencia de Prometheus, es mucho más joven, tan solo lleva 41 años de vida. Las energías de seguir creciendo son inmensas. Por lo que se levanta de su silla para dar su retirada de la oficina. Lua va detrás de él como una ardilla corriendo en el suelo.
—Estás conciente de que habrán dificultades, ¿cierto? —supone ella.
—Claro que sí, Luasita. Sobre todo tercer año suena bastante interesante. —comenta con una sonrisa que no puede bajar por el entusiasmo—. Allá tienen a un Dragon Slayer. La historia de ellos es impresionante.
—Ni que lo digas. ¿Cómo esa raza puede seguir existiendo?
—También está la poseedora del Steal Magic, una usuaria del don tipo Zoan mitológico, el hijo de Zeldrid...
—Y recuerda que está Melo.
—Ese muchacho... me pregunto por qué Prometheus aceptaría a un hada. No es común que ellas salgan de su territorio. —confiesa Sandoval, mucho más serio esta vez. Finalmente llegan al área de entrenamientos y observan a los estudiantes por el cristal reforzado que los divide. —También está Sanderict.
—Ouh, ouh, muy cierto. No sé cómo no lo mencioné al principio.
Lua es la joven secretaria de Sandoval. Perteneciente de una raza pequeña, apenas mide 1,22 de estatura. Tienen la apariencia de una ardilla, cola, pelaje, cachetes, manos y dientes. Su pelo es de color marroncito claro, está tan liso que muestra a simple vista lo bien cuidado que se encuentra. Suele traer su cepillo para peinarse en cualquier momento del día, y le importa mucho el aseo personal; característica que le agrada al director. Ojos cafés, manos inquietas, sin olvidar lo comelona que es. No trae zapatos ni guantes. Usa lentes, llevando puesta una camisa morada con falda más oscura que acentúa su retaguardia. Sandoval estuvo a punto de entrar al área de entrenamiento, pero se paró un momento al recordar algo importante.
—Lulu.
—¿Sí, señor?
—Baja la falda.
—Oh, muy cierto. —admite, muy apenada, tratando de acomodarse lo más rápido posible.
Una vez baja la falda y recoge su cola, pasan adelante para visualizar a cada uno de los estudiantes de tercer año que competirán. Utilizan métodos variados. Aparecen muñecos en un sector. Mientras dos avanzan, otro queda de apoyo para dispararles a larga distancia. No necesitó ver a sus objetivos, les atinó sin ningún problema. Salen otros tres más, pero los destrozan en unos pocos movimientos veloces. La profesora encargada de la orientación en las competencias da instrucciones y observaciones de los equipos. Todos están muy concentrados, se nota en sus caras que desean mostrar el mayor esfuerzo y destreza que poseen. De repente Sandoval llama a la estudiante más mencionada entre los profesores. La que demuestra mayor habilidad y fuerza.