The Magic World

C182: Decepción

—¡El equipo de Wizard Academy ganó la primera ronda! —informa el presentador con los brazos bien extendidos y mucho ánimo.

Bazasel fue el primero en eliminar a un enemigo, Deametry, quien estuvo complicando la situación. Al haber durado tanto tiempo con él, no consiguió hallar la cápsula faltante. Jake y Shey pudieron derrotar a Helaines, estuvieron muy cerca de lograrlo con Wizard, dejándolo al borde fracaso. Sin embargo, los sorprendió con un haz bajo la manga y volteó la situación en un minuto. El destrozo causado por Ash, llevándose la victoria contra Mihael, lo asustó hasta el punto de huir junto al producto. Para él, era mejor obtener dos cápsulas y dejarlas en la base que arriesgarse contra semejante bestia. Pero no sabía que Ash estaba en sus límites, y que fácilmente perdería la conciencia. La puntuación dio como resultado: Bextruz 1, Wizard Academy 2.

Un público enardecido que grita, festeja y sueltan papeles de los colores representativos de esa escuela: blanco y azul. La gente está muy alegre, no se diría lo mismo de Karthus, quien está sollozando en cuclillas a una esquina. «No los preparé lo suficiente», se repitió para si mismo. «Perder contra ella es humillante. Se está burlando de mí en silencio. Debo hacerme responsable y subirles más el ánimo a mis muchachos». Mientras tanto, Aurora sonríe de alegría y satisfacción, porque sus alumnos hacen lo mismo. Sienten que el esfuerzo valió la pena.

Entre tanto escándalo, alguien asoma su cabeza al escenario. Desde la punta de los muros que tiene el estadio, se monta y baja enseguida a los asientos más cercanos, la última fila. «Cuánto poder mágico concentrado en un solo lugar. Hay más que en la jerarquía angelical», piensa, sorprendido. Echa un vistazo al lugar, tratando de hallar a los jóvenes que han aparecido en la noticia de Capital Angels. Sin embargo, no logra hallarlos. Hay una acumulación de gente. Gran cantidad de personas se bajan de sus asientos para ir a comer o tomar algo. Tanto ruido y energía mágica dispersa no le ayuda a ubicarlos. Observa a los que salen del escenario, pero ninguno de ellos se parece. «Qué molesto es hacer este trabajo».

Descanso de una hora.

—¡... y la competencia estuvo buenísima! ¡Hay mucho talento en estos chicos! —exclama el joven de pantaloncito y sandalias.

—Sí. Mira, chico. La historia está buena, pero hay muchas personas detrás de ti que también esperan su burrito. —le informa el joven vendedor con fastidio. Las doce personas que están atrás lo miran furiosos.

—¡Ah, jaja! De acuerdo, me voy. —contesta, tirando accidentalmente la salsa de ketchup al piso. Todos lo continúan mirando con desprecio.

Una vez prueba el primer bocado del burrito, el cual lo deja enamorado por su sabor, escucha de repente a alguien pedir permiso a gritos. La gente se aparta rápidamente, pero él no reaccionó lo suficientemente rápido. Es empujado y elevado hasta casi pegar del techo. Dio varias vueltas manteniendo una expresión seria, cara dura, creyendo que tenía el burrito en la mano. Cuando lo ve volar a unos metros frente a él, su preocupación sube al máximo e intenta salvarlo. «La importancia de las vidas en la tierra, es fundamental salvarlas a todas aun así suponga un sacrificio», recuerda las palabras de un sabio. «Proteger mi burrito aunque me cueste la vida. Maestro, usted es todo un sabio», piensa. Al tocar el suelo, queda congelado durante unos segundos, pareciendo que todo estaba perdido, que la vida no tendría sentido. Pero ahí estaba. El burrito volvió a sus manos, y no había mejor forma de expresar esa felicidad que dándose un segundo buen bocado.

—¡Ven aquí, Tristán! —exclama la mamá, persoguiéndolo por todos los largos pasillos del estadio.

—¡Ya te lo dije! ¡No regresaré a casa hasta que termine de ver las competencias! —recalca mientras esquiva a una y otra persona.

«Este niño adquirió ciertas destrezas. ¿Cuánto ha cambiado desde que empezó a entrenarse con Mike?», se pregunta Ryu. —¡Sabes que el lugar más seguro es tu casa!

—En eso tiene razón. —le apoya un hombre panzón que bebe cerveza.

—¡Usted no le apoye! —le ordena Tristán, sacando una lengua de víbora que lo amenaza—. ¡Te repetí mil veces que ya no soy un niño pequeño al que debas cuidar!

—¡Pero eres mi hijo! ¡Nunca dejaré de cuidarte como madre que soy!

¡Paf! Choca contra algo duro que estaba frente a él. Ryu estaba comenzando a cansarse de tanto correr, y tuvo la suerte de que fue detenido. Sangra por la nariz, quedando adolorido y tirado en el suelo. La posición que tiene parece como si un auto lo hubiera atropellado. Cuando mira qué fue lo que golpeó, encuentra a Collette tratando de comprender la situación. A su lado está Mael confundido. «¿Quién es el que está con ella? Por alguna razón, me parece familiar», se pregunta Tristán, dejándole de prestar atención a la madre.

—¡Tú eres la vampira de aquella vez! —asume Ryu mientras le apunta con un dedo.

—Correcto, señora. Yo soy la vampiresa Collette Miracle, miembro del equipo Sanderict. —responde con una reverencia.

«Ya no quiero seguir escuchando ese nombre. Que alguien me haga un hechizo de sordera», se queja Mael mentalmente.

—¡Dile a Tristán que vuelva a casa conmigo! —ordena Ryu en voz alta, captando la atención de ciertas personas.

—¿Qué? ¿Por qué haría eso?

—¡Este no es lugar para él!



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En el texto hay: personajes variados, combates epicos, lugares magicos

Editado: 27.10.2022

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