The Magic World

C192: Somos muy diferentes

Uno de los momentos más importantes para todo ser humano y animal, el que debe respetarse absolutamente, sin lugar a dudas, es cuando tienen ese minuto de vulnerabilidad. Quizás 2 o 3 para los que se toman un poco más de tiempo. Los que leen el periódico duran más. Ni hablar de aquellos que fingen hacerlo para tener relaciones sexuales en un lugar público. Vaya fantasía en el sitio menos adecuado. Él no pierde la concentración extrema, apreta los puños mientras sube unos centímetros los pies para optar una mejor posición. Pero le cuesta terminar el proceso. Es una situación difícil de manejar cuando sufres de estreñimiento. Algunos datos arrojan la idea de echarse agua tibia en el recto para suavizar el producto. Esto solo en casos de que el proceso se tranque por la mitad.

—¡FUUUAAHH!

Grito de alivio que realiza al soltar la carga. ¿Cuántas personas pasarán por el mismo problema? La cantidad sería inimaginable para aquél que no se guíe de una idea. Aunque el producto no salió solo, sino que fue acompañado de unos gases que dejaron apestoso todo el baño para hombres. Las personas tuvieron que evacuar la zona inmediatamente. A diferencia de los demás, él sale tranquilamente luego de haberse lavado las manos por un minuto. No le afecta tanto su olor. Lo que sí opina es lo terrible que fue el esfuerzo para terminar el proceso. «Mmm, vaya. Creo que comer tanta comida chatarra no me hizo bien. Alteró mi forma de ir al baño», piensa el joven de pantaloncito amarillo.

—Siento que me quité un gran peso de encima. —confiesa al aire libre. Notando que las personas muestran desprecio por lo horrible que dejó el baño. —¿Cuántos kilos habré bajado?

—¡Con permiso por favor! —pide una de las tres limpiadoras que corren con el montón de materiales hacia allá—. ¡Debemos desinfectar el baño público número quince!

—Oh, me pregunto cuál será ese. Al menos ya sabré para no ir allá. —dice él, viendo cómo ellas pasan a su lado rápidamente y entran al baño de atrás suyo. Sin cambiar la expresión seria de cara dura, voltea y visualiza el desastre. —Vaya, esa sí que fue una carga potente.

¥¥¥

—¡Guaaah!~ ¡Me dolió en el alma verte así, Kevin! —exclama Boonie, sin querer soltarlo del brazo.

—¿Aún seguirás con eso? —pregunta él—. No fue para tanto, porque tenemos buena atención una vez salimos del escenario.

—¡Es que fue horrible que te atravesaran con una espada!

—¿Sabes? Me incomoda y duele más cuando apretas mi brazo.

—¡Lo sientoooo!~

—Vamos, Boonie. Mejorará pronto. —le asegura Lucy, caminando un poco más adelante que ellos junto a Drake.

—¡Nunca lo superaré! ¡Payton me las pagará!

—No sé cómo piensas cobrártelas, aunque espero que no salga tan mal. —confiesa Drake.

«Ahí estás, Jewall, Boonie. Ya estamos preparando el momento justo para capturarte, y dudo que sea difícil de hacerlo», piensa Ratma al verla desde unos pocos metros de distancia. Esta vez se vistió casi completamente elegante. Lentes oscuros, chaleco largo, pantalón, zapatos casuales y un sombrero. No llama la atención por tanta variedad de razas y vestimentas de distintas culturas que rondan cada pasillo. Él se acerca, consiguiendo cruzar a centímetros de ella a su lado. Pareció una persona cualquiera, pero ella tiene un presentimiento que la entristece. Los rayos del sol los iluminan. Instante en que recuerda su pasado fugazmente. Se detiene unos segundos para pensar, sentir y recordar. Tiempo que le tomó a Ratma para perderse en el público. Para cuando Boonie voltea, ya no lo vuelve a ver.

—Hey, ¿todo bien? —le pregunta Kevin, notando el comportamiento extraño tan repentino.

—Sí, lo estoy.

—Entonces vamos, dentro de media hora será el comienzo de la próxima ronda.

¥¥¥

Zed llega al pasillo de espectadores donde los estudiantes se quedan observando. Visualiza el nuevo escenario, llevándose la sorpresa del ambiente tenebroso que armaron. En este caso, solo se puede ver una torre de acero altísima que cubre casi todo el espacio. La pantalla muestra cómo está hecha por dentro. El centro es un círculo espacioso y amplio con un montón de lápidas. Fueron tallados los nombres de cada mago importante que falleció en una misión. Conmemoración para aquellos que sirvieron por el bien de otros. Tiene un total de 12 pisos, los cuales presentan distintas áreas en las que se puede encontrar variedad de materiales, estructuras, criaturas y demás.

La hora se acerca. La mayoría de estudiantes ya están preparados. Cada ronda que finaliza, aumenta la probabilidad de los que aún faltan por competir. El público vuelve a sus asientos, casi sin dejar de ver la enorme estructura que a penas cupo en el centro del estadio. Con tan solo voltear, encuentra a Bakugo caminando hacia él. Tiene una sonrisa. Le parece muy extraño viniendo de él, alguien que nunca fue de expresarse así. «¿Ahora vienes con esa actitud? Bueno, habiendo visto el cambio radical que diste en pleno combate, no me resulta tan raro», piensa Zed, apartando su mirada hasta que siente una mano en el hombro.

—Siento que cada vez estás más tenso. —confiesa Bakugo. Él tiene la parte superior de la cabeza vendada, además del abdomen.

—Qué va. ¿Ahora se supone que comprendes a los demás?

—Siento que me comprendo un poco más a mí mismo.



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En el texto hay: personajes variados, combates epicos, lugares magicos

Editado: 27.10.2022

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